ENTREVISTA EN 'IDEALISTA'

Esther Argerich: "Animo a Irene Montero a que sea ella la que les busque un piso a 1.000 euros"

La propietaria de un polémico piso que iba a ser desahuciado en Barcelona ha contado su versión de lo ocurrido con los inquilinos

Cartel de un piso de alquiler en la avenida de Madrid de Barcelona

Cartel de un piso de alquiler en la avenida de Madrid de Barcelona / periodico

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“Llevo en un estado de ansiedad continuo desde que se me ha puesto en medio de una polémica que, a mi parecer, no tiene ni pies ni cabeza: el piso es mío, lo quiero de vuelta y no lo quiero poner más en alquiler”, ha asegurado Esther Argerichla propietaria del piso mencionado por Irene Montero en Twitter, en una entrevista concedida a 'Idealista News'.

La portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Irene Montero, difundió en la red social un vídeo en el que pedía que se frenara el desahucio de una familia con tres hijos a la que Argerich había subido la mensualidad un total de 300 euros. Sin embargo, Montero realizó la petición a la propietaria revelando su nombre y apellidos. Desde entonces la propietaria asegura vivir en un estado de ansiedad continuo. 

“Imagina tener un piso en propiedad y que después de más de diez años cobrando la misma renta decides subirlo por circunstancias personales. Ahora imagina que, por actualizar el precio de ese alquiler, previo aviso de cuatro meses a los inquilinos y que ha estado congelado desde entonces, empiezas a recibir amenazas por parte de sindicatos, escraches en la puerta de tu trabajo y la violación de tu privacidad en televisión por parte de políticos populistas. Pues ese es mi caso”, ha dicho Argerich en la entrevista.

Amenazas y acoso

“Era octubre de 2018 y cumplía el contrato. Por aquel entonces la administración del inmueble recaía sobre una inmobiliaria de la zona, que se puso en contacto con los inquilinos mediante burofax para comunicarles la finalización del contrato a fecha 31 de octubre, un procedimiento habitual”, explica la afectada. Después llegaron las amenazas y se vieron casi obligados a dejar de llevarme los papeles del piso por culpa del Sindicat de Llogaters.

“Los inquilinos, de los que yo no diré el nombre porque no lo veo necesario, alquilaron el piso por primera vez en agosto de 2007 con una renta pactada de 1.100 euros mensuales. Es un piso que está en el Eixample derecho, con cinco habitaciones y 140 m2. Por las circunstancias económicas por las que pasó medio país, se decidió que pasaran a pagar 1.000 euros, en vez de los 1.100 pactados. Es más, en alguna ocasión se intentó ofrecerles la opción de que alquilaran otro piso que tenemos, en otra zona y algo más pequeño, por un precio más asequible, pero se cerraron en banda, ya que ellos querían vivir en ese barrio: es decir, vivir en un barrio de clase alta a precio de ganga”, añade la propietaria.

"Cabe destacar que los inquilinos del piso ahora mismo son un matrimonio, que si bien la mujer no trabaja el marido, que es empleado del sector de la sanidad, cobra unos 2.500 euros al mes, y tres hijos; uno tiene 14 años y los otros dos tienen 25 años y 21 años y, según me consta, trabajan", añade la propietaria. 

“Llegado el momento de la finalización del contrato, mi marido y yo comentamos qué precio se podía pedir por el piso, que heredé de mis padres. Ellos nos dijeron que por las características del piso y la situación actual del mercado, tenía un valor de unos 1.500 euros, pero nos pareció mucho, por lo que decidimos que, al ser unos inquilinos que llevaban mucho tiempo en el piso y que hasta entonces no habíamos tenido ningún problema con ellos, quedamos que la renta se subiría a 1.300 euros como una consideración hacia ellos”. Su respuesta, según la propietaria, fue que “no aceptaban la subida y que tampoco se iban a ir del piso”.

Teniendo en cuenta que el inmueble tiene 140 m2, como sostiene la propietaria, y que el precio del m2 de la zona se sitúa en 14,5 euros el m2, según idealista, la renta de la vivienda a precio de mercado sería de unos 2.030 euros mensuales. O lo que es lo mismo, cerca de un 36% más de lo que solicita la dueña.