ENCUENTRO EN LA SANTA SEDE

La Amazonia reclama poder ordenar curas casados

El debate divide a obispos y cardenales participantes en el sínodo del Vaticano, cuya posición fluctúa entre la implantación en la zona, en toda la Iglesia y la negativa

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Rossend Domènech

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Hacer una excepción para la Amazonía en lo que respeta a permitir la ordenación de hombres casados como sacerdotes y a abrir la puerta a que las mujeres puedan acceder al diaconado, o plantear las dos cuestiones a todo el universo católico convocando un encuentro de obispos expreso para tratar el tema. Esa es, por ahora, la disyuntiva que se plantea el Sínodo de la Amazonia, en marcha desde el 7 de octubre en el Vaticano para tratar los problemas de esa zona.

A una semana de su fin (el 27 de octubre) y tras 15 días dedicados a la inmensa región latinoamericana: siete países con 30 millones de habitantes y unos 132 pueblos indígenas distintos, empiezan a evidenciarse las diferentes posiciones dentro de la Iglesia católica. De momento, son 12 los análisis y propuestas existentes que antes de que la cumbre termine serán reunidos en un solo documento para entregarlo al Papa. Y el pontífice deberá decidir qué hace con ello.

De los 12 grupos, cinco, entre ellos, italianos, españoles y portugueses-brasileños, se han manifestado a favor de la ordenación sacerdotal de hombres indígenas casados y de instaurar el papel de las diaconas. Esgrimen como argumentos a favor, la escasez de curas en la Amazonia y la complicada movilidad en la zona, razones, ambas, que provocan que muchos cristianos del área solo vean a su párroco dos veces al mes o, en las circunstancias más adversas, un par de veces al año. El resto de grupos han ignorado o, en el mejor de los casos, solo apuntado las dos cuestiones pidiendo un sínodo mundial que afronte dichos temas.

Violencia en la zona

Los obispos italianos moderados por Luís Ladaria Ferrer, prefecto para la Doctrina de la Fe, han propuesto lo que algunos han llamado el rito amazónico. O sea, circunscribir las cuestiones en aquella zona del mundo para "permitir el desarrollo, bajo el aspecto espiritual, teológico, litúrgico y disciplinar de la riqueza singular de la iglesia católica en Amazonía". Con ello, se evitaría plantear la cuestión del celibato a toda la iglesia latina o del mundo. Por otro lado, uno de los grupos con portugueses y brasileños afirma textualmente que "ha sido considerada como necesaria para Amazonía la ordenación de hombres casados de probada fe".  Y entre los españoles, se anima a seguir "estudiando el asunto de las mujeres diácono, mirando más a sus posibilidades futuras que a su historia pasada", en la antigüedad ya existía esa figura femenina.

En lo que sí coinciden todos los grupos de trabajo es en hacer hincapié en la violencia que reina en la Amazonia, con delitos como el tráfico de menores y de mujeres, de órganos y drogas, y las amenazas y criminalización de los líderes. "La violencia en Amazonía es practicada contra las personas, los pueblos, las culturas y la naturaleza", apunta uno de los documentos. Otro añade: "Ante las grandes amenazas que sufre el territorio, la voz de la Iglesia [...] tiene que hablar de forma colegial, no de una manera personal, para que tenga fuerza y eco frente a los organismos gubernamentales".

Pacto en las catacumbas

Paralelamente, algunos de los obispos y cardenales del sínodo –entre ellos, el brasileño Claudio Hummes, el peruano Pedro Barreto, y el obispo emérito de Xingu, Erwin Kräutler– firmaron ayer un pacto con 15 puntos para impulsar una Iglesia "con rostro amazónico, pobre, servidora" y ecológica. Este compromiso llega más de medio siglo después del Pacto de las Catacumbas de 1965, por el  que algunos jerarcas católicos se comprometieron a hacer de la pobreza una señal de su acción pastoral. Como entonces, se ha firmado tras una misa en las catacumbas de Santa Domitila y lleva por título 'Pacto de las Catacumbas por la Casa Común. Por una Iglesia con rostro amazónico, pobre, servidora, profética y samaritana'.