EN MADRID

Un instituto abre un aula con pedales para hacer actividad física durante las clases

La llamada 'Aula Pedal' es un proyecto de una investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid

Clase con pedales Inst.Fraguas

Clase con pedales Inst.Fraguas / periodico

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El Instituto Antonio Fraguas 'Forges' de Madrid capital ha habilitado un aula con pedales para que los alumnos hagan actividad física durante las clases y no solo durante la asignatura de Educación Física.

"Nos preocupa que los chavales no hacen mucho ejercicio, son muy sedentarios: el móvil, la tele, el ordenador... Por lo menos una hora al día aquí hacen algo de ejercicio. Luego, resulta que también parece que tiene ventajas a la hora de sentarse bien, prestar atención...", ha señalado el profesor de Lengua Juan Torralba, en declaraciones a Europa Press durante una de sus cuatro lecciones semanales.

La llamada 'Aula Pedal' es un proyecto de la investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid y profesora de Educación Física del 'Forges', Beatriz Polo, cuyo trabajo consiste en buscar estrategias para aumentar el nivel de actividad física de los alumnos.

El centro ha hecho una inversión para apoyar el proyecto ya que el aula cuenta con mesas regulables en altura y sillas especiales, además de los pedales y los pulsómetros que llevan los alumnos, a los que Polo ha destinado parte de su Beca de Internacionalización de Doctorandos.

Con esa beca costeó su estancia en Estados Unidos, donde descubrió estrategias como las aulas con pedales y los pupitres activos y comprobó que eran viables, por lo que decidió probarlas en España.

A finales del curso pasado realizó un proyecto de viabilidad en el 'Forges', que consistió en poner en práctica las clases con pedales en diferentes asignaturas --siete en total-- y con 157 alumnos de distintas edades, durante un periodo de cinco semanas. Un 87 por ciento de alumnado dijo que le gustaba el proyecto y quería continuar con el mismo.

Este curso, para el desarrollo del proyecto, era necesario aplicarlo a un nivel entero y que el mismo profesor diera clase a todos los alumnos, y el único voluntario al inicio del curso que cumplía esos requisitos fue Torralba, que daba clase de Lengua a todo 4º de la ESO, dos grupos de 30 alumnos cada uno, cuatro horas a la semana.

"No es una idea tan marciana"

"Si lo cuentas es un poco extraño: alumnos que van a estar en clase pedaleando mientras reciben clase. Entonces, a priori, a cualquier profesor le choca, pero si lo ves realmente no cambia gran cosa, la clase se da prácticamente igual o mejor y ellos hacen ejercicio, no es una idea tan marciana sino que parece que funciona", ha manifestado Torralba.

De hecho, Polo ha asegurado que el año pasado se controló la competencia matemática con un pre-test y un post-test para comparar el grupo de control y el grupo de intervención y que resultó que había una "ligera mejoría".

"Nuestro objetivo era al menos que se quedase neutro, que no bajasen los resultados, y no solo no bajaron sino que aumentaron ligeramente", ha apostillado la investigadora. "Y también lo vimos en condición física", ha proseguido Polo, quien ha explicado que se les hizo la misma prueba de condición física antes y después, un test de 20 metros.

En el 'Aula Pedal' los alumnos están sentados de dos en dos y 15 alumnos pedalean y los otros 15 no, porque en función de los resultados de distintos test de condición física, competencia lingüística y atención y mediante una herramienta estadística se han configurado dos grupos equilibrados. Así, uno será grupo pedal y otro grupo de control hasta diciembre, cuando se intercambiarán los papeles.

Esperando resultados

"Todo lo que parece que está hecho sobre la marcha, para nada, lleva una rigurosidad total, está muy medido", ha subrayado Polo, que ha recalcado que se trata de una investigación en curso de la que se esperan obtener resultados próximamente.

Por ahora, según el profesor de Lengua, pedalear y atender en clase "es compatible, como mínimo igual que en cualquier otra aula". "No veo grandes diferencias, incluso los veo mejor sentados", ha señalado, al tiempo que ha indicado que, por ejemplo, los alumnos no se dan tanto la vuelta en su asiento, como ocurre en las aulas normales.

"Ayer tuve una clase diferente, eran ellos los que estaban dando la clase y yo estaba sentado, en unas exposiciones orales y me senté en unos pedales porque me tocó por casualidad y estuve toda la clase pedaleando. Hay un momento en el que desconectas, pero sí estaba concentrado en lo que estaba pasando aquí", ha comentado. No obstante, para hacer exámenes prefiere un aula donde los alumnos estén separados porque "es más fácil controlar".

Polo ha indicado que hay artículos científicos que dicen que la actividad física ayuda a alumnos con trastornos de atención, y que en el 'Forges' comprobaron el curso pasado que el pedalear mejora el comportamiento de los "alumnos disruptivos", al estar entretenidos haciendo actividad física.

La docente ha destacado que el decreto vigente en la Comunidad de Madrid, en el artículo 9.4, "dice que diariamente hay que promocionar en los centros escolares la actividad física y el deporte", al tiempo que ha defendido el aumento de las horas de Educación Física, que según el Gobierno regional pasarán de dos a tres el próximo curso.

El 'Forges' ha solicitado ser uno de los Institutos promotores de la actividad física y el deporte (IPAFD), y desarrolla un proyecto comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

En esta línea, la directora del centro, Laura Moreno, ha aprovechado para reclamar que un pabellón deportivo, ya que se trata de un centro nuevo que abrió sus puertas el curso pasado sin terminar y que no dispone de gimnasio.

CAFETERÍA BIO

Este curso, el Instituto Antonio Fraguas también ha inaugurado una cafetería cien por cien orgánica, gestionada por la empresa 'Pleneat', que cuenta con sus propios terrenos en Cuenca que destina a ganadería y agricultura ecológica.

Moreno ha subrayado la importancia de "enseñar a comer bien desde niños y adolescentes", por lo que el centro no ofrece chucherías ni refrescos con azúcar, sino bollería y bocadillos sin harinas refinadas, sin azúcar refinado y comida orgánica.