La defensa de Pablo Ibar luchará de nuevo por la repetición del juicio

El ciudadano hispanoestadounidense Pablo Ibar, durante una audiencia en el Tribunal Estatal de Florida, que le juzga como presunto autor de un triple asesinato.

El ciudadano hispanoestadounidense Pablo Ibar, durante una audiencia en el Tribunal Estatal de Florida, que le juzga como presunto autor de un triple asesinato. / periodico

Patricia Martín

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Una nueva y masificada cárcel. Con un nuevo compañero de celda, después de que el primero, a los pocos días de su llegada, fuera acuchillado. Nuevas normas que acatar y peligros a los que enfrentarse en el patio. Así transcurre la vida de Pablo Ibar desde que el pasado mayo fuera condenado a cadena perpetuacadena perpetua por un triple asesinato, en 1994, del que siempre se ha declarado inocente. Después de años de lucha, logró que se repitiera el juicio, pero sus esperanzas volvieron a topar con un muro y fue declarado, de nuevo, culpable. Si bien, pudo eludir la pena capital y el corredor de la muerte, donde pasó 16 de los 25 años que lleva entre rejas.

“Ahora al menos se puede duchar una vez al día” y Tania Quiñones, con la que se casó en la cárcel, "sólo está a una hora de distancia". Hasta aquí, “los puntos buenos de su nueva vida”. Porque la cárcel a la que fue trasladado en julio, Okeechobee Correctional Institution, el penal más grande de Florida, es un “lugar peligroso”, según relató con resignación y una mirada llena de pena su padre, Cándido Ibar, este miércoles en una rueda de prensa en Madrid.

Muerto de miedo

En ella, Cándido confesó que el último juicio, que estuvo, como los dos primeros, repleto de controversias, “le quemó totalmente” y por eso sólo se ha visto con fuerza para visitar a su hijo una vez. Después decidió trasladarse a España, para ver si en su país de origen logra “calmarse” y “coger fuerzas para continuar con la lucha”. Según él, Pablo está “fuerte”  y poco a poco se va “amoldando a la situación”; tiene compañeros con los que juega al fútbol pero tiene “mucho miedo” a que las bandas y pandillas que proliferan en la cárcel fijen en él su mirada.

Y, previsiblemente, pasará allí bastantes años más. Incluso morirá en el penal, si su familia y defensa no logran impedirlo, puesto que la cadena perpetua en EEUU no es revisable. Ibar ya ha dado el primer paso para solicitar, de nuevo, ser sometido a juicio. La administración estadounidense tiene que remitirle la transcripción de la última vista celebrada, un proceso que suele demorarse un año. A partir de ahí, su defensa apelará al Tribunal del Cuarto Distrito de Florida y si esta corte no accede, ante el Tribunal Supremo de Florida. Las opciones no se agotan ahí, también puede acudir a la justicia federal. Si bien, Andrés Krakanberger, portavoz de la Asociación Pablo Ibar Juicio Justo, no cree que sea necesario llegar tan lejos porque “existen numerosas pruebas de su inocencia” y en EEUU son frecuentes las exoneraciones de delitos, aunque hayan pasado muchos años.

Posible desmovilización

Para recaudar fondos, la asociación ha activado un 'crowdfunding' aunque teme que haya “cierta desmovilización” por parte de la sociedad española, dado que Ibar ya no está en el corredor de la muerte. “Pero si no lo sacamos de allí, es como si lo estuviera”, lamentó Krakenberger. Y todo pese a que en la escena del crimen no se hallaron ni huellas ni ADN de Ibar y sí de dos hombres sin identificar. Además, el tercer juicio puso de manifiesto, según la defensa, que existieron sobornos, manipulación de pruebas y de testigos por parte de la fiscalía y la policía para incriminarle.

“La justicia en EEUU no sé si responde al dinero o a otro poder. No sabemos lo que están tapando pero sí que de juicio justo, nada”, reflexionó Cándido Ibar.