Los casos de médicos con trastornos mentales y adicciones crecen un 30%

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Patricia Martín

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Los médicos, como cualquier persona, padecen problemas psicológicos y tienen adicciones. Si bien, en su caso estos trastornos pueden afectar a la vida de sus pacientes. Por ello, los colegios de médicos pusieron en marcha en 1998 un programa único en España y referente mundial, que presta atención a los facultativos que padecen enfermedades mentales o adicciones, buscando que se rehabiliten lo antes posible para que puedan volver a ejercer. Y el paso de los años ha evidenciado la necesidad de este servicio, dado que la demanda de profesionales sanitarios que necesitan ayuda ha aumentado exponencialmente. En el binomio 2017-2018, fueron atendidos 877, un 30% más que en los dos años precedentes, siendo el mayor crecimiento desde el 2011.

Así, en los primeros 12 años ingresaron en el programa 2.415 facultativos, mientras que en los últimos ocho la cifra asciende a 2.756, lo que hace un total de 5.171 sanitarios con trastorno mental y/o adicciones atendidos desde 1998, de los cuales el 90% se ha recuperado. Estas cifras no suponen que en el colectivo médico los problemas de salud mental sean superiores al resto, dado la prevalencia es del 10% de la población en España, un porcentaje similar a la previsión de profesionales sanitarios que pueden padecer este tipo de enfermedades en su vida profesional.

El síndrome del médico quemado

Si bien, el crecimiento experimentado en los últimos años preocupa al sector, puesto que puede deberse a que “el sobreesfuerzo” y la “masificación” en consultas y hospitales provoquen lo que se conoce como el síndrome del “médico quemado” y, por tanto, aumente sus trastornos, según expuso el presidente de la Organización Médica Colegial, Serafín Romero, en la presentación de los datos. Y es que en Atención Primaria y Urgencias hay déficit de profesionales, debido a los recortes por las crisis, según viene denunciando el colectivo desde hace tiempo. Y la situación puede empeorar si no se palia antes del gran volumen de jubilaciones previstas.

En este contexto, parte del aumento de la demanda asistencial podría deberse también a que las plantillas están cada vez más envejecidas (los médicos de entre los 51 y 60 años son los que presentan más problemas mentales), aunque hay un incremento de casos entre menores de 30 años (del 13% al 17% en tres años) que los colegios y sindicatos achacan a la alta competitividad existente para ingresar en la carrera, las largas jornadas durante la formación o la frustración ante las expectativas profesionales, que lleva a muchos jóvenes recién licenciados a buscar trabajo en el extranjero.

Aumento de las agresiones

Por último, se calcula que el incremento de casos también puede deberse a que las agresiones a facultativos también crecen o que el llamado Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) tiene cada vez más penetración y por tanto más afectados que deciden no ocultarse y pedir ayuda.

De hecho, una de las claves de su éxito es que es confidencial, dado que al igual que el resto de población, los profesionales con problemas mentales tienden a silenciarlo y automedicarse por miedo a la estigmatización social. Aún así, el 56% de los profesionales atendidos en los últimos dos años solicitaron ayuda por iniciativa propia. El resto ingresaron en el programa gracias a la información trasmitida por colegas -que tienen el deber deontológico de informar-, los psiquiatras o los departamentos de riesgos laborales.

El origen, en Barcelona

Y es que, según explicó Romero, la iniciativa surgió en Barcelona tras registrarse varias denuncias de malas praxis, que los servicios jurídicos detectaron que estaban originadas por trastornos mentales o adicciones. Ante ello, el colegio de médicos de la capital catalana decidió actuar y el programa se ha extendido al resto de España. Si bien, con una financiación heterogénea. Así, mientras Salut lo ha incluido en su cartera de servicios, otras autonomías solo financian una parte y del resto tiene que ocuparse la organización médica colegial.

De los 877 nuevos diagnosticados entre 2016 y 2017, 147 fueron apartados de sus trabajos por riesgo de mala praxis, 56 por conflictos en el entorno laboral y 15 médicos tuvieron que cambiar de centro de trabajo. La mayoría se recuperan después de ser atendidos, pero un 16% se vio abocado a una incapacidad permanente o a dejar su trabajo. En cuanto a los diagnósticos, el 74% sufría trastorno mental, un 10% patología dual, un 9% alcoholismo y un 5% otras adicciones.

En cuanto al sexo, las mujeres (un 58% en los últimos dos años) comenzaron a superar a los hombres afectados a partir del 2015.