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Protesta global

Una marea climática inunda las calles de Barcelona y Madrid

Manifestación de estudiantes con motivo de la huelga climática

Manifestación de estudiantes con motivo de la huelga climática / periodico

Gisela Macedo / Manuel Vilaseró

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Este viernes se ha celebrado la Huelga Mundial del Clima, una protesta a nivel global convocada por el movimiento estudiantil ‘Fridays For Future’ (F4F) impulsado por la joven activista Greta Thunberg. Su objetivo es exigir a los líderes mundiales que tomen medidas urgentes para acabar con la crisis climática. En España, más de un centenar de municipios de han sumado a las protestas, entre ellas Barcelona y Madrid, en dos marchas que han acumulado 20.000 personas respectivamente. 

En la capital catalana la protesta se ha iniciado a las 18 horas en los Jardinets de Gràcia y ha culminado en la plaza de Catalunya con un parlamento, ‘castells’ y conciertos. Los manifestantes, mayoritariamente jóvenes, han alzado su voz bajo las consignas “No a la indiferencia, esto es una emergencia”, “Cambiemos el sistema, no al clima” y “Viva la lucha ecologista” y han levantado carteles de lo más variopintos, donde se podía leer ‘Luchamos por nuestro futuro”, “No hay un planeta B” y "Winter is not coming", mientras decenas de voluntarios, también jóvenes, han estado organizando y velando por el buen funcionamiento de la marcha. 

Una de las adolescentes que se ha sumado a la protesta es Noa Rubio, quien a sus 14 años tiene muy claro que el planeta necesita medidas urgentes: “La tierra tiene un límite y la estamos tratando de una manera que no toca. Necesitamos acciones drásticas para evitar la contaminación" dice, y llama la atención a aquellos que no se toman en serio a sus compañeros: "Aunque seamos jóvenes sabemos pensar Somos el futuro y sabemos que nosotros tendremos que sufrir las consecuencias del cambio climático”, sentencia. 

Jóvenes admirables

Nora Roche y Alexandra Castañer son dos universitarias de 25 años a quienes les asombra la implicación de los quinceañeros: “Nos gusta ver a los estudiantes de secundaria aquí. Hace pocos años, cuando nosotras teníamos su edad, esto no pasaba” dicen. A su vez, se alegran de que la huelga vaya enfocada a pedir acciones a los dirigentes políticos, porque “nos venden que la población puede salvar el planeta reciclando, pero es mentira, porque continúan ocurriendo cosas que no están a nuestro alcance”.

Pero no solo los jóvenes han salido a la calle a clamar por el planeta. En el Paseo de Gracia de Barcelona también se han podido ver familias enteras con hijos y personas de todas las edades; como Elena, Joana y Pep, de 61, 65 y 67 años, quienes observan orgullosos el compromiso de las nuevas generaciones, algo que dicen “hace llorar de emoción”. Entre las familias asistentes se encuentran Cloe, de 10 años, y Maria Lluïsa, de 75, nieta y abuela que a la salida del colegio han decidido irse juntas a la concentración. La pequeña asegura quiere “un cambio grande para el medio ambiente” y advierte: “Aunque no nos quieran escuchar, tenemos razón”.

Cloe no es la úncia niña presente en la marcha, donde se han podido ver multitud de niños y bebés acompañados por sus padres, preocupados por su futuro. Es el caso de Elpida Theodorakakou, quien ha acudido a la manifestaciçon con sus dos hijos de cuatro y siete años. “Me pregunto en qué condiciones van a llegar ellos a nuestra edad” dice, y subraya la importancia de elegir a unos líderes políticos comprometidos con la causa climática: “Hay que empezar a votar a partidos que en su agenda política tengan al medio ambiente como una de sus prioridades”, asevera. 

"Menos McDonald's y más Amazonas"

En Madrid tampoco se recuerda una manifestación medioambiental como la registrada este viernes en décadas, y menos por una cuestión tan poco tangible hasta ahora como el cambio climático. Unas 20.000 personas han recorrido las calles que llevan desde Atocha a la Puerta del Soldurante más de tres horas. Los adultos han respondido a la llamada a la participación de los organizadores, los estudiantes de Fridays for Future (Juventud por el Clima) de Greta Thunberg y la marcha se ha llenado de padres, maestros, dirigentes ecologistas y, como no, de políticos.

Los focos de los medios de comunicación han estado en buena parte centrados los dirigentes de Podemos y Más Madrid, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón que han marchado a pocos metros de distancia atrincherados detrás de sus pancartas sin dirigirse la palabra en ningún momento. El dirigente morado apareció flanqueado por toda su plana mayor quizás para compensar el golpe de mano ‘verde’ que unas horas antes le acababa de asestar su exnúmero dos al acordar una alianza electoral con los ecologistas de Equo, hasta ahora integrados en su coalición.

“Estamos satisfechos de contar con Equo porque fueron de los primeros que denunciaron la situación del clima antes de que nadie saliera a la calle”, declaraba un satisfecho Errejón, mientras Iglesias prefería no hablar de la cuestión para no robar el protagonismo a los jóvenes.

No se lo robaron en ningún momento. Los estudiantes desfilaron ajenos a estas polémicas luciendo una profusión de pancartas y eslóganes a cada cual más ingenioso. Como el “Menos McDonald's y más Amazonas” o “El cambio climático es peor que el bachillerato”. Una manifestante rompió moldes al lucir el siguiente cartel en inglés:  "I want a hot boyfriend, not a hot planet"(“Quiero un novio caliente, no un planeta caliente").

El lema local que estuvo más presente fue la reivindicación de Madrid Central, la zona de bajas emisiones que la derecha han intentado eliminar, hasta ahora sin éxito.

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