EN CATALUNYA

Miles de niños dependen de las entidades sociales para la vuelta al cole

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Elisenda Colell

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La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima que la vuelta al cole costará unos mil euros de media a las familias. Entre esos gastos se cuentan libros, estuches, mochilas y ropa escolar para tener todo el material indispensable con el que iniciar el curso. Un dispendio que miles de familias no pueden asumir y que ha llevado a las entidades sociales a emprender diversas campañas de ayuda a estos padres por la falta de becas y ayudas públicas específicas sobre esta cuestión. "No damos abasto a toda la demanda", reconoce la Cruz Roja, que alerta de que disponer de este material es clave para los niños. 

Campañas de voluntarios

Solo en la provincia de Barcelona, la Cruz Roja necesita adquirir material para llegar a más de 6.000 niños de entre 3 y 16 años. Lo explica Ismenia Vilasis, coordinadora de los proyectos para la vuelta al cole de la entidad humanitaria. "Tenemos que poner límites porque no llegamos a toda la demanda", sostiene con pesar la coordinadora. Primero tratan de atender a las familias vulnerables con las que trabajan habitualmente, pero constantemente reciben llamadas de los Servicios Sociales pidiendo material. Y no pueden abarcarlo todo. 

Por un lado la Cruz Roja usa fondos propios para financiar material, especialmente los libros de texto. Pero la parte más fuerte del reparto lo hacen con una campaña que este año se llevó a cabo los días 6, 7 y 8 de septiembre en los supermercados Carrefour. Allí, los voluntarios piden a los clientes que compren material escolar como mochilas, estuches o agendas. Y con esto esperan hacer miles de lotes para quienes lo necesiten. 

Otra de las entidades que brinda esta ayuda es Cáritas. Solo en la diócesis de Barcelona (que cubre medio Baix Llobregat, Barcelonès y Maresme) prevén gastarse más de 300.000 euros para ayudar a poco más de 600 familias. Admiten también que no van a poder atender a todos aquellos que lo necesitan. "No tenemos más fondos".

Riesgo de discriminación

Esta entidad no solo se dedica a comprar libros, mochilas o libretas. También financia actividades extraescolares, excursiones durante el curso o parte de los comedores que las becas no cubren. "Nos estamos encontrando muchos niños que si no fuera por este dinero no tendrían libros y no podrían hacer cosas que hace el resto de su clase", relata Mercè Darnell, responsable de proyectos de Cáritas Barcelona. Especialmente con las colonias, las excursiones y las clases de música y deporte. "Las extraescolares són vitales para la inserción social, para la cohesión y para motivar a los niños". La entidad critica que las administraciones no estén invirtiendo en estas actividades asociadas, y avisa de que de la discriminación a la que se expone a las familias vulnerables puede tener varias consecuencias. 

"Afecta gravemente al nivel académico, no pueden hacer deberes ni seguir al resto de compañeros del aula", subraya Darnell. Pero hay otra derivada, aún peor: la segregación escolar, el acoso y la revictimización de la pobreza. "Estos niños asumen que no son como el resto, que son diferentes, y esto es muy grave", lamenta la responsable de Cáritas. 

La entidad recuerda, sin embargo, que sus gastos escolares no se producen solo este mes, sino que se alargan durante todo el año. Especialmente con las familias inmigrantes que buscan refugio en Catalunya, o con otras que, debido al aumento del precio del alquiler, se han tenido que cambiar de domicilio y, por consiguiente, de colegio. "Las familias que están luchando para pagar la comida, la vivienda y buscar trabajo a veces no pueden estar tan pendientes de los niños, y nos encontramos chicos en octubre o noviembre que no tienen los libros de texto", comenta Darnell.

Cruz Roja y Cáritas son solo dos entidades, pero son las que cubren más territorio en Catalunya. Además de ellas, centenares de asociaciones vecinales, entidades de barrio y otras organizaciones desempeñan esta función, tratando de enyesar las grietas que tiene el sistema escolar público en lo que a ayudas económicas se refiere. De no hacerlo, el riesgo de la exclusión podría dispararse en cuanto estos niños se tuvieran que incorporar al mercado de trabajo. Según los datos del Institut Català d'Estadística (Idescat), uno de cada tres menores en Catalunya vive en riesgo de pobreza, un porcentaje que ha ido aumentado en los últimos años.