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La impactante foto que retrata los efectos del cáncer infantil en la familia

"Esto es el cáncer infantil. Lo tomas o lo dejas", ha escrito Kaitlin Burge junto a una imagen de su hija apoyando a su hermano enfermo

El pequeño Beckett vomita apoyado por su hermana, en una imagen que su madre, Kaitlin Burge, ha publicado en Facebook.

El pequeño Beckett vomita apoyado por su hermana, en una imagen que su madre, Kaitlin Burge, ha publicado en Facebook. / periodico

El Periódico

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A veces una imagen vale más que mil palabras. Dice y revela mucho más. Es lo que pensó Kaitlin Burge, una mujer de Texas (EEUU), cuando el pasado 3 de septiembre colgó en Facebook una impactante fotografía de su hijo enfermo de cáncer vomitando, apoyado por su hermana. Con la publicación de esta imagen, que se ha viralizado, Burge ha querido retratar la dureza del día a día de su hijo y el impacto que el cáncer infantil tiene no solo sobre el enfermo, sino sobre toda la familia.

"Esto es el cáncer infantil. O lo tomas o lo dejas". Con esta cruda frase acaba Kaitlin Burge su post, en el que explica que "lo que no te dicen sobre el cáncer infantil es que afecta a toda la familia". "Siempre oyes cosas sobre los problemas médicos o económicos que comporta pero ¿cuántas veces oyes hablar de los problemas que afrontan las familias que tienen más niños?, plantea. 

A su hijo Beckett le diagnosticaron leucemia hace un año. En la imagen, Beckett, de cuatro años, vomita mientras su hermana Aubrey, de cinco, permanece a su lado, acariciándole la espalda. Tras admitir que para algunos "esto puede ser duro de ver o leer", relata cómo sus dos hijos, que se llevan apenas 15 meses, pasaron de jugar juntos en el colegio y en casa a estar juntos en una fría habitación de hospital.  Y explica cómo la enfermedad ha cambiado también la vida de su hija. "Con 4 años vio cómo su hermano iba en ambulancia a la uci. Vio a docenas de médicos sobre él, con máscaras, agujas, medicamentos... No sabía lo que pasaba. Solo que algo malo le pasaba a su hermano, su mejor amigo".

Ya en casa, la niña fue testigo del efecto del cáncer en su hermano: "Vio sus dificultares para andar o para jugar. El enérgico y alegre hermano pequeño que ella conocía era ahora un niño enfermo, silencioso y soñoliento. Nunca quería jugar. No podía andar sin ayuda".

Burge plantea la pregunta que quizás muchos se hacen: ¿por qué llevamos a la niña con nosotros y por qué vio todo esto tan pequeña? Y ella misma la responde: "Los niños necesitan apoyo y unidad y no deberíamos mantenerles al margen de la persona que está enferma. Lo más importante es mostrar a los enfermos que les cuidamos no importa cuál sea la situación. Ella pasó una importante cantidad de tiempo al lado de su hermano, en el baño, mientras se encontraba mal. Ella estuvo a su lado. Le ayudó y le cuidó sin importar la situación. Hasta hoy, están más unidos. Ella siempre cuida de él. Vómitos entre sesiones de juego. Despertarse para vomitar. Estando junto a él, acariciándole la espalda cuando está mal. Pasar de 13 kilos a 9 kilos. Esto es el cáncer infantil. Lo tomas o lo dejas", concluye esta madre que pone sobre la mesa que en estas situaciones "los hermanos son los olvidados la mayor parte del tiempo. Hacen muchos sacrificios que la gente no ve".