ACUERDO EXTRAJUDICIAL

Purdue ofrece miles de millones para cerrar las demandas por la crisis de los opioides

La familia Sackler se desvincularía completamente de la compañía que les hizo multimillonarios con la venta del OxyContin

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Ricardo Mir de Francia

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De todas las farmacéuticas dedicadas a la venta de analgésicos opioides, ninguna está tan asociada a la devastadora crisis social y sanitaria generada en Estados Unidos por estos medicamentos como Purdue Pharma, el fabricante de OxyContin, la droga que se ha convertido en el símbolo de la epidemia. Tras facturar más de 35.000 millones de dólares con sus ventas desde que saliera al mercado en 1996, la compañía de la familia Sackler se enfrenta ahora a cientos de demandas por haber “tergiversado de forma escandalosa” los riesgos de adicción de sus fármacos para el dolor crónico, según consta en los documentos judiciales. En respuesta a esa ofensiva legal, que ha puesto en peligro la viabilidad de la empresa, Purdue ha ofrecido hasta 12.000 millones de dólares para cerrar extrajudicialmente todas las demandas. 

La noticia desvelada por NBC News y más tarde confirmada por otros medios llega solo un día después de que un tribunal de Oklahoma condenara a Johnson & Johnson a pagar 574 millones de dólares por haber contribuido decisivamente a extender la epidemia en el estado. Una sentencia que marca un antes y un después en el intento de las distintas administraciones por recuperar parte de la factura dejada por la crisis y sentar a sus responsables en el banquillo. En las últimas dos décadas cientos de miles de estadounidenses han muerto por sobredosis de opioides legales e ilegales. Un desaguisado que le ha costado al país 504.000 millones de dólares, según estimó hace dos años un informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.

La propuesta de Purdue aspira a cerrar de una tacada las más de 2.000 demandas que enfrenta de estados, municipios, condados o grupos de pacientes. Litigios como el que presentó en mayo el estado de Nueva Jersey acusando a los Sackler de haber “levantado un imperio multimillonario basado en la adicción”. La semana pasada sus representantes se reunieron con abogados de los demandantes en Cleveland y les ofrecieron una cantidad que oscila entre los 10.000 millones y los 12.000 millones. De ellos, unos 3.000 millones saldrían directamente del bolsillo de los Sackler, una de las 20 familias más ricas de EE UU, según la lista Forbes. 

El grueso del pago, sin embargo, no sería en efectivo. Purdue se declararía en quiebra para transformar la compañía en un fideicomiso público, que serviría para que todos los beneficios de la venta de sus medicamentos – no solo los opioides—vayan para los demandantes. Paralelamente, donaría a las administraciones implicadas en el litigio los fármacos que está desarrollando para tratar la adicción a los opioides. En el paquete también se incluirían ingresos de la venta de Mundipharma, la red de compañías asociadas propiedad de los Sackler que comercializa sus productos fuera de EE UU. 

Si los demandantes acaban aceptando la oferta, el clan se desvincularía completamente de la empresa que les hizo multimillonarios y, que más tarde, con el escándalo, arruinó también su reputación, construida a golpe de filantropía. Algunas de las galerías de arte más importantes del mundo han anunciado en los últimos meses que dejarán de aceptar donaciones de los Sackler o retirarán su nombre de algunos pabellones tras ser objeto de diversas protestas organizadas por grupos de activistas