Las fiestas mayores se blindan contra el machismo

zentauroepp49356434 bcn190810191251

zentauroepp49356434 bcn190810191251 / Ángel García

Elisenda Colell

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los ayuntamientos tratan de evitar el acoso y las agresiones sexuales durante sus fiestas mayores con protocolos específicos e instalando puntos de atenciones a las mujeres. La iniciativa emergrió hace poco más de tres años, de la mano de grupos feministas y de mujeres organizadas y se ha ido extendiendo a los distintos municipios. Este verano, y tras el protocolo que ha desarrollado la consellería de Interior, ningún consistorio se atreve ya a no disponer de un 'punto lila' que atienda las mujeres. 

"Recuerden que este es un espacio de fiesta libre de agresiones machistas", es un mensaje que sonó durante los conciertos que se celebraron en las fiestas mayores de Vilanova y la Geltrú, la semana pasada. RosesManlleuBadalona Barcelona son algunas de las localidades donde próximamente se van a celebrar fiestas mayores. Todos ellos, han decidido instalar almenos un punto violeta, un espacio que sirva para reconocer s una agresion machista y sexual, pero también preveer que no se den, expular a hombres al mínimo tocamiento no consentido y atender a las víctimas si las hay.  Muchos cuentan con un protocolo ya existente, otros aplican el que ha desarrollado la conselleria d'Interior este año.

No es para menos, las agresiones sexuales en Catalunya han aumentado un 7,6% durante el primer semestre del año, y los abusos sexuales han despuntado hasta el 20% respecto el semestre del 2018. De hecho, los espacios de ocio donde se mezcla música y alcohol en el aire libre son considerados "de riesgo" según los expertos.

Barcelona, redes en cada distrito

Una de las primeras fiestas mayores que dearrolló un punto de atención a la víctima y un protocolo contra las agresiones machistas fué idea de grupos feministas del barrio del Poblesec el 2014. A partir de ahi, la idea se extendió a todos los distritos con protocolos y formación a todas las personas que forman parte de las comisiones de fiestas. Un ejemplo son las Fiestas Mayores de Gracia, que se celebran a partir del 14 de agosto. "El trabajo comunitario previo en cada barrio es clave, si no trabajamos conjuntamente ayuntamiento, cuerpos de seguridad y organizadores de la fiesta no vamos a lograr espacios libres de machismo" asegura Maria Gas, directora de Servicios de Feminismos i LGTBI de Barcelona.

Un año más, el ayuntamiento montará un stand bajo el lema 'Només Sí es Sí', y como el año pasado se instalarà en la plaça de la Revolució. Estarà abierto a partir de las 21.30h y cerrarà cuando terminen los conciertos. Los tres primeros días hasta las cinco de la madrugada, los tres siguentes hasta las cuatro. Y el 21 de agosto, el último, hasta las dos. Igual que el año pasado, dos educadoras se moverán por las diferentes calles, sensibilizando y actuando en caso que vean comportamientos machistas o agresivos.

Otro caso es el punto violeta que se ha instalado en el Font Marítim. "Allí no tenemos tanta cooperación con las discotecas", asegura Gas. Constata que es un espacio donde han visto "hombres esperando para aprovecharse de las mujeres que beban alcohol". A diferencia de las fiestas mayores, el ayuntamiento no puede identificar el acoso o las agresiones que pasan dentro de los locales, ni expulsar a los agresores.

Roses, el primer punto lila de su historia

Este martes empiezan las fiestas mayores de Roses (Alt Empordà). Es la primera vez que va a existir un punt 'lila', es decir un espacio en la fiesta que se dedique a sensibilizar sobre las agresiones sexuales o el acoso, y acompañar a las victimas si se produce algun caso. Una decisión, que llega después de las elecciones municipales. "Cuando estabamos en la oposición cada año pedíamos un punto violeta, ahora que estamos en el gobierno no hemos dudado en instalar uno", asegura a este diario el regidor de festes Èric Ibañez (ERC).

Un equipo de educadoras y psicólogas especialistas del grup NUR, que prestan este servico en todos los pueblos de la comarca, van a estar asesorando durante las cinco noches que hay fiesta nocturna, desde las 23h y las 5h de la madrugada. Ibañez asegura que también van a aplicarlo durante la noche de Carnaval.

Manlleu, la lucha de las jóvenes

Hace años que las fiestas de verano de Manlleu (Osona) cuentan con la fiesta jóven, que mezcla conciertos, risas y consumo de alcohol hasta la madrugada. En 2016 las chicas que integran esta comisión decidieron que no querían soportar más tocamientos ni agresiones. El año siguiente, visto que "el ayuntamiento no estaba por la labor" decidieron crear un punto lila, basándose en lo que hacían en sitios como el Poblesec, según explica la miembro de la comisión feminsta de la Fes-te Jove, Judith Caballeria.

Atendieron 25 incidencias, la mayoría "en cuanto salían de la fiesta para casa". Exigieron un bus nocturno al ayuntamiento para volver a casa. Y lo lograron. En 2018 fueron solo 10 incidencias. Para las fiestas de este año (del 9 al 18 de agosto) mantienen el punto violeta para atender y sensibilizar en la zona de conciertos, pero hay una noche de fiesta -la nit de la serpent- que la organiza el ayuntamiento. "Hemos ido siempre por detrás de ellas, y este año va a ser el primero que, durante esta noche, nosotros garantizaremos el punto lila, aquí los políticos hemos tenido que aprender de los movimientos feministas", reconoce el regidor de igualdad, Rafa Cuenca (ERC).

'Alerta pulpo' en Vilanova

En Vilanova y la Geltrú la fiesta mayor terminó la semana pasada. Más allá de haber formado todos miembros de la comisión de fiestas, y contar con un punto lila formado por profesionales, aquí hay una particularidad. Cuando alguna chica denuncia alguna agresión grave, suena la 'alerta pulpo' y la el concierto se para. "Este año ni hizo falta", explica el técnico de juventud, Jordi Valls, pero sí que varios hombres fueron expulsados por los vigilantes de seguridad, la mayoría por haber tocado a mujeres sin su consentimiento.

Badalona, poca cooperación

Las fiestas de agosto de Badalona, que tienen lugar la semana que viene, también van a contar con la instalación de un punto violeta. Lo contrata el ayuntamiento para las tres noches de conciertos del día 13 al 15 de agosto. Sin embargo, a la comisión de fiestas no le gusta esta forma de trabajar. "Les hemos dicho que nos gustaría cooperar con ellos, hacer un protocolo conunto, pero nada, nosotros apenas sabemos nada de como funciona el punto lila ni donde se va a instalar", se queja Txell Cots, miembra de la comissión de fiestas de Badalona. "Si todos los miembros de la fiesta no trabajan juntos el punto lila es como una seta, no sirve para nada", explica el vilanovino Valls.

Un refugio violeta

Un grupo de chicas de 16 años se acercan al punto violeta y explican que hay un grupo de 15 chicos que se han postrado en una calle. "Piden a todas las chicas que queremos pasar por ahí que les tenemos que dar un beso". "He conocido un chico esta noche, nos hemos empezado a besar y él ha intentado introducir sus dedos en mi vagina". Ella le dijo que parara, se resistió y él optó por morderla en el cuello. "Suerte que chillé, y unos amigos me vinieron a ayudar". Son solo dos casos que recoge la memoria del Centre Jove d'Atenció a les Sexualitats (CJAS) tras su experiencia en 54 puntos lila de 13 localidades en los últimos tres años.

De septiembre del 2019 a mayo del 2018, a través de los puntos lila, el CJAS registró 178 agresiones a mujeres. Una de cada cuatro son acorralamientos, persecuciones o invasión del espacio personal. El 23% corresponden a tocamientos sin consentimiento. En una de cada cinco las mujeres se sintieron humilladas con insultos o comentarios. Diez fueron agresiones físicas, y dos mujeres fueron violadas.

"No nos llega todo lo que nos debería llegar”, asegura Raquel Gómez, psicóloga y coordinadora del proyecto Fes-te la nit, del CJAS. “Pensamos el agresor sexuales como un hombre desconocido que viene y nos agrede. Sí se da, pero no siempre es así”, añade. Y es que, según Gómez en muchas casos los agresores son amigos, parejas o ex parejas. “Aún falta mucho trabajo por identificar y dejar de normalizar ciertos comportamientos que son agresiones sexuales”. Por ejemplo, no poder decidir el método anticonceptivo, o la de tener que realizar prácticas sexuales que a una no le apetecen.

Precisamente por esto es tan importante el trabajo de prevención que hacen los puntos lila, normalmente al inicio de la noche, incluso antes de los conciertos si les dejan instalarse. El grupo Nut lo integran psicólogas especialistas en violencia machista y de crisis, que gestiona varios puntos lila, especialmente en la provincia de Girona.“Hacemos una dinámica para ayudar a identificar casos de acoso o control”, explica una de sus profesionales, Mireia Casellas.

“Hay niñas de catorce años que ya nos explican que han vivido al menos seis situaciones de este tipo, es muy grave” asegura la psicóloga. Si bien es cierto que el aumento de personas que les llegan también es por qué las mujeres han dicho basta. “Las chicas jóvenes se quejan de cualquier tocamiento, las más mayores normalizamos muchos actos de violencia” constata Judit Caballeria, miembro de la comisión feminista de la Fes-te Jove.

 “A partir de las dos de la madrugada es cuando llegan las mujeres que han sido agredidas”, cuenta Casellas. Aunque la mayoría de ellas no reportan situaciones vividas en el espacio de fiesta, sino casos previos. El informe del CJAS habla de 18 agresiones que ocurrieron en fiestas anteriores. “Hay personas que nunca antes se han sentido cómodas para relatar un abuso, maltratos en la pareja o una violación, incluso en la infancia” dice Casellas. “Es muy grave, debemos reflexionar sobre qué está fallando en el sistema para que nunca antes hayan encontrado un espacio de escucha que no les responsabilice ni les culpe”, añade Gómez.

Por ello, las expertas piden más educación sexual en las escuelas y un mayor conocimiento del sistema médico y los espacios de asesoramiento a la víctima, con profesionales formados suficientemente para que la víctima no se sienta culpable. En definitiva, políticas públicas más allá del punto lila durante las fiestas.

Una vez termina la fiesta mayor las profesionales elaboran exhaustivos informes sobre los espacios de la fiesta. “No puede ser que las fiestas estén en zonas de bosque o que se tenga que pasar por calles sin iluminar, esto aumenta las posibilidades de riesgo de agresiones”. Otro espacio clave, los lavabos, que es un ‘punto caliente’ de agresiones. “A veces vemos que están aislados de la fiesta, o que están colocados atrás, entre vallas, de formas que no hay un control visual de lo que pueda suceder”, critica Gómez.