en gran canaria

Condenado a 13 años de cárcel un policía nacional que intentó matar a su exmujer

El agente le asestó 50 puñaladas en presencia del hijo de ambos, un bebé de 11 meses

Patrulla de la Policía Nacional, en una imagen de archivo.

Patrulla de la Policía Nacional, en una imagen de archivo. / periodico

Efe / Las Palmas de Gran Canaria

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La Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado 13 años de prisión por un delito de tentativa de asesinato a un agente de la Policía Nacional que intentó matar a su exesposa en Telde (Gran Canaria) en marzo del 2017, a la que asestó 50 puñaladas en presencia del hijo de ambos, un bebé de 11 meses.

La sentencia de la Sección Segunda considera probado que "no existe duda alguna de que el acusado fue el autor de los golpes, del intento de estrangulamiento, de los tirones de pelo... y de las puñaladas sufridas por la víctima, dirigidas en su mayoría al pecho y al cuello, al ser su intención, en todo momento, acabar con su vida".

Agresor y víctima comenzaron una relación entre el 2010 y el 2011 y, tras romper en el 2016, ella quedó embarazada en un encuentro casual que tuvieron cuando se había ido a vivir a otro municipio. Fue así como ambos volvieron a vivir juntos en la vivienda que él posee en Telde, donde, el 4 de marzo del+ 2017, ocurrieron los hechos.

Transcurridos unos meses desde que retomaron la convivencia empezaron a tener problemas y, ante esta situación, ambos decidieron poner punto y final a la relación, aunque la mujer pidió algo de tiempo para poder encontrar un trabajo.

En ese periodo añadido en el que siguieron viviendo bajo el mismo techo y en el que trataban de acordar la custodia y manutención del menor, la víctima denunció al procesado después de que este le amenazara con que un juez le podría quitar a su hijo porque, a diferencia de él, ella no tenía trabajo ni vivienda. Sin embargo, esa denuncia no prosperó porque no fue ratificada y se archivó. Con posterioridad, la mujer decidió comprar una grabadora para corroborar si la situación que vivía era real, según dijo ella en el juicio, y con el fin de que la creyeran.

La víctima puso en marcha esa grabadora cuando, a primeras horas del 4 de marzo del 2017, sintió que alguien trataba de entrar en el domicilio de su expareja, donde siguió residiendo junto a su hijo y sin la presencia del dueño, que se había ido a vivir con sus padres ante el temor de volver a ser denunciado.

La sentencia destaca como "prueba excepcional la grabación de todo lo sucedido el día de los hechos", coincidente con la versión de la víctima y de los testigos.

Ese día, el procesado había acudido a su domicilio en compañía de su padre con el fin de cambiar la cerradura del cuarto trastero, donde ella tenía sus pertenencias, y pedirle a su expareja la llave del garaje, que pretendía poner en alquiler. El padre del procesado acudió con su hijo a la vivienda y lo esperó en la calle, tal como él le pidió, mientras el agresor la apuñalaba con un cuchillo mientras el bebé de ambos lloraba en su cuna a escasos metros.