INSECTO VIAJERO

Las chinches se hacen fuertes en los pisos turísticos

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Gisela Macedo

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Aunque ya nos habíamos olvidado de ellas, el aumento del tráfico de personas y mercancías las han convertido en una de las plagas con más presencia en localidades turísticas como Barcelona o Madrid. Se trata de las chinches: llegan escondidas en las maletas de los visitantes cual polizones y se instalan en sus hoteles o apartamentos de destino. Así, el siguiente huésped que llega tiene muchas papeletas para llevárselas a su casa y continuar expandiendo la plaga. Las chinches son insectos viajeros y unos de los más molestos que pueden entrar en nuestras casas. Son extremadamente resistentes a los insecticidas de uso doméstico y tan pequeños que pueden trasladarse de una vivienda a otra a través de los enchufes.

Miden entre 4 y 7 milímetros y tienen el cuerpo achatado, de color marrón que pasa a rojizo después de alimentarse. Se esconden alrededor de botones y costuras de los colchones, en el somier o en cualquier grieta de la pared, y salen de noche para alimentarse de nuestra sangre mientras dormimos. Una sola chinche puede picar más de una vez, aunque normalmente se alimentan en grupo, por lo que es común que aparezcan picaduras en distintas zonas de piel expuesta. Aunque no transmiten enfermedades, sus picadas acostumbran a desembocar en una reacción alérgica que produce hinchazón y sensación de quemazón. A parte, convivir con estos bichos también puede causar ansiedad y problemas para dormir.

Traídas por los visitantes

En Barcelona y Madrid, las empresas de control de plagas están experimentando un crecimiento del número de llamadas relacionadas con las chinches. Según ha informado la compañía Rentokil a EL PERIÓDICO, la media española de demanda de control de esta plaga está en un 12%, mientras que en las dos capitales se está registrando un 20% de la demanda, ocho puntos por encima de la media española. 

El turismo trae chinches, los viajeros las llevan en las maletas y las van dejando en los hoteles y apartamentos, lo que ha provocado que se esté manifestando su presencia donde antes no la había”, aseguran fuentes de la empresa, que también han informado sobre las zonas con más plagas, que coinciden con las más turísticas: Ciutat Vella en Barcelona; Lavapiés y Malasaña en Madrid.

Las zonas con más plagas son las más turísticas: Ciutat Vella en BCN; Lavapiés y Malasaña en Madrid

Miguel Gallego, técnico de la compañía Serviset Plagas, ha notado el aumento de la demanda en su empresa: "Hace 10 años los casos de chinches se atendían muy esporádicamente; podían pasar meses entre llamada y llamada. Fue a partir del 2013 cuando comenzamos a experimentar un incremento de las solicitudes que se ha prolongado hasta el día de hoy. Ahora, todas las semanas recibimos llamadas por este asunto", cuenta.

Los pisos turísticos, los más afectados

El caso es que, mientras que hace unos años los incidentes con chinches más graves se encontraban en los hoteles, ahora mismo el problema se está trasladando a los pisos turísticos. Esto se debe a que los hoteles ya cuentan con protocolos de actuación y de control contra las plagas. De hecho, muchos hoteleros se preocupan por entrenar al personal para que sean capaces de detectar la presencia de chinches cuando todavía es muy insignificante. Por el contrario, los particulares que alquilan pisos turísticos no acostumbran a tenerlos, lo que convierte estos apartamentos en auténticos nidos de chinches

Este fenómeno no extraña en absoluto al director general del Gremi d’Hotels de BarcelonaManel Casals, quien lo considera lógico debido a la gran diferencia de normativa que existe entre hoteles y pisos turísticos: “Es ridículo. A los hoteles les exigen unas medidas de control de la salubridad extremas para proteger la calidad del destino turístico. Los otros, en cambio, no tienen que cumplir con ningún requisito en términos de salud ni tampoco de seguridad. Hoy hablamos de plagas de chinches, pero mañana podemos estar hablando de riesgo incendios en los pisos turísticos, debido a una falta total de exigencia de medidas de control".

"Los hoteles tienen que cumplir con unos controles de la salubridad que no se exigen a los pisos turísticos"

Manel Casals

Director general del Gremi d'Hotels de Barcelona

Por su parte, la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) defiende que, si bien es cierto que no existe ningún protocolo que obligue a estos alojamientos a tomar medidas para el control de plagas, desde la entidad se aboga por el cumplimiento de unos estándares de calidad. Eso sí, la ejecución de buenas praxis dependerá en última instancia de cada propietario. Igualmente, Fevitur ve como una buena señal que las empresas de plagas estén realizando cada vez más servicios en los pisos turísticos, ya que esto significa que "se están tomando medidas para solucionar el asunto".

Detectarlas a tiempo

Otro factor relacionado con el resurgimiento de las chinches es la falta de conocimiento de la población, según apuntan los profesionales de Rentokil: "La mejor forma de evitarlas es la detección temprana, pero la gente no sabe identificar su presencia. Además, los productos biocidas más eficaces fueron prohibidos por sus altos niveles de contaminación y los actuales, aunque son menos perjudiciales, también son menos efectivos".

¿Cómo podemos localizar nosotros mismos la presencia de estos insectos? El experto Miguel Gallego recomienda visualizar el colchón de nuestra cama sin cubrir, la mesa de noche, el somier, el cabezal de la cama y los enchufes de nuestro aposentamiento. “Aunque no veamos las chinches directamente, podemos detectar su presencia si encontramos señales como las mudas que van dejando, que tienen un aspecto parecido a las cáscaras de las pipas de girasol”, comenta el técnico de Serviset.

"Son una lotería que reparte más papeletas entre los que viajan regularmente"

Miguel Gallego

— Administrador y técnico supervisor de Serviset Plagas SL

No obstante, Gallego también alerta que las chinches no sólo se encuentran en las habitaciones de los alojamientos, sino que también pueden agarrarse a nuestro equipaje en otros lugares, como las bodegas de los autocares. Por eso debemos ir con cuidado al llegar a casa: “Cuando regresamos de un viaje, la maleta nunca debe ir a parar a nuestro dormitorio. Tenemos que dejarla en una habitación donde no haya ninguna cama en la que puedan instalarse y, a su vez, que sea un lugar con un fondo blanco para que su avistamiento sea más fácil. Si detectamos la presencia de estos insectos en la ropa, basta con meterla en la lavadora para acabar con ellos. En cuanto a la maleta contaminada, lo más recomendable es confinarla durante 13 meses o congelarla”, explica el experto, quien sentencia: "Las chinches son una lotería que reparte más papeletas entre los que viajan regularmente y, antes o después, acaba tocando".