EPIDEMIA INCONTROLABLE

MSF alerta de la "velocidad de contagio" del brote del ébola en el Congo

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Beatriz Pérez

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Más de 1.300 personas murieron desde agosto del 2018, cuando se declaró el último brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC), hasta junio de este año. Con más de 2.000 casos confirmados, se trata de la mayor epidemia registrada en el país y la segunda mayor de la historia. Ayer mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el actual brote "emergencia internacional" y, según Médicos Sin Fronteras (MSF), "los retos para controlarla no dejan de crecer". La oenegé ha confirmado este jueves a este diario que, en estos momentos, no hay personal sanitario español trabajando en contra el ébola en la RDC, pero no descarta que lo haya más adelante.

"Las señales son claras: la gente sigue muriendo en las comunidades, los trabajadores sanitarios continúan contagiándose y la transmisión no se detiene. La epidemia no está bajo control y necesitamos un cambio de marcha, de velocidad: pero este cambio no debe realizarse a costa de las restricciones de movimiento ni del uso de medidas coercitivas sobre la población afectada", señaló Joanne Liu, presidenta internacional de MSF, ayer tras la declaración de la OMS. El organismo  confirmó ayer el primer caso de la enfermedad en la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, localizada a 350 metros kilómetros de lo que hasta ahora es el epicentro del brote y a unos 20 de la frontera con Ruanda. 

Para la oenegé, la actual "velocidad de contagio" es uno de lo factores "más preocupantes". Pero también hay otros, como el "violento conflicto" que vive la RDC y el hecho de que "la población desconfía de los centros de tratamiento". Esta violencia, además, obliga a la población a huir de unos lugares a otros en busca de refugio, lo que hace más complicado controlar potenciales casos de infección. 

"Desconfianza" a las autoridades

El epidemiólogo y jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, llama a la calma y explica a este diario que la declaración de emergencia de la OMS permite "movilizar actuaciones y recursos" que sin ella serían difíciles de movilizar. "En la RDC hay una notable desconfianza hacia las autoridades locales porque son poco transparentes. Por eso, cuando estas autoridades dan una instrucción lógica [como por ejemplo vacunarse del ébola] la gente la cuestiona", añade además Trilla.

El epidemiólogo señala las tres medidas de control del ébola: detectar los casos, aislarlos y tratarlos; identificar los contactos con el infectado, seguirlos y vacunarlos; y entierros sanitariamente adecuados. "La actual vacuna preventiva contra el ébola es todavía experimental. Sirve para los contactos del infectado y para el personal sanitario. Es muy efectiva si se aplica rápidamente después del contacto", dice Trilla. Sin embargo, esta vacuna hay que fabricarla, transportarla y mantenerla a -70 grados centígrados, algo que comporta "problemas logísticos" en África. 

Durante el actual brote de ébola en RDC ya se han vacunado a unas 100.000 personas. "Y estamos convencidos de que si la cosa no ha ido a más es por la vacuna", asegura el epidemiólogo. Aun así, MSF pide un "enfoque de mayor envergadura" para la prevención de la epidemia, lo que significa "un mayor acceso a la vacunación de la población para reducir la transmisión".