La mala racha del agua del Serrallo

El camino es una auténtica maravilla. Una carretera interminable, recta, entre arrozales. A nada del parque natural del Delta de l'Ebre. El mar solo se ve en el último tramo, pero se intuye desde que se deja atrás Sant Jaume d'Enveja. Al llegar, aunque estamos en pleno mes de julio, apenas cuatro coches. una inmensa playa, larga y ancha, como suelen serlo en la costa de Tarragona. Una pareja del pueblo, un pescador con su pareja y un paseante. Nadie más en la playa del Serrallo, una maravilla natural que, sin embargo, fue durante unos días, el único arenal con el agua 'solo buena' de toda Catalunya. Las otras 254, excelentes. 

Umberto sale del agua y se acicala el pelo mientras su mujer aguarda en la toalla, parapetada bajo una sombrilla azul y amarilla, a unos cuatro metros de la orilla. Viven en Sant Jaume y esto les queda cerca. Si el plan incluye comer, entonces quizás se aventuren a bajar a Sant Carles de la Ràpita; pero eso ya son más de 20 minutos de coche. Al contarle el asunto de la calidad del agua, Umberto no se sorprende demasiado, aunque tampoco parece importarle. Señala a derecha e izquierda y explica que el Serrallo está limitada por dos canales que vienen de los arrozales. "Ahí echan absolutamente de todo durante los meses en los que están abiertos, que suele ser entre mayo y octubre. De pequeños cazábamos ranas, había un poco de todo en el canal, ahora no sobrevive casi nada".

Catalunya: buenas playas, mejor mar

Lo cierto es que el análisis era completamente provisional, porque las cifras que toma la Agència Catalana del Aigua (ACA) deben interpretarse con bloques de datos de cuatro años tomados durante la temporada de baño. Que fuera la única playa buena en ese análisis de mediados de junio no arroja conclusión alguna, más allá de demostrar que el maridaje algún fenómeno meteorológico y la presencia de canales de riego teminó con esas bacterias fecales en la primera línea de mar. 

En la zona central de la playa, justo donde muere el camino donde dejar el coche, no hay presencia alguna de suciedad. En la desembocadura del canal, a un kilómetros, se amontonan hojas y algun animal muerto. Nada fuera de lo previsible. No muy lejos de ahí está pescando Txoko, un veterano de la zona, exempresario del mundo de la noche, nacido en Andorra pero residente en el Delta de l'Ebre desde hace años. "De aquí he sacado peces hermosísimos, muchos los regalo a los restaurantes de la zona. Tú habla mal de esta playa, que así seguirá sin venir nadie. Si dicen que el agua está mal, tú pon que está envenenada".