El 43,4% de los conductores fallecidos en el 2018 habían consumido alcohol o drogas

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Patricia Martín

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El ‘si bebes, no conduzcas’ sigue sin acabar de calar en buena parte de la población española, pese al dinero invertido en las campañas de sensibilización, el aumento de los controles en las carreteras y el endurecimiento del Código Penal. El informe anual del Instituto Nacional de Toxicología arroja que el 43,4% de los 535 conductores fallecidos durante el 2018 en accidentes de tráfico y sometidos a autopsia había consumido alcohol, drogas y/o psicofármacos, esto es, cuatro de cada diez.

El porcentaje se mantiene prácticamente invariable desde el año 2015, si bien, el estudio comparativo desde el año 2008 indica que los resultados positivos en alcohol registran una tendencia a la baja, al pasar del 30,9% de los conductores fallecidos hace una década al 26,5% en el 2018. Sin embargo, la tendencia se invierte en el caso de las drogas: ha aumentado casi nueve puntos en diez años, del 10,7% al 19,1%. Y, sobre todo, la evolución al alza se debe a las altas tasas de consumo de cannabis y cocaína. 

"Atención, que no es una encuesta, son datos reales", advirtió el director general de Tráfico, Pere Navarro, en la presentación del informe. "Los que se matan, de una forma u otra, tienen alteradas las condiciones normales para la conducción", añadió el máximo responsable de la DGT. Con la franqueza que le caracteriza, señaló que, como en “el tema del alcohol, Tráfico ha hecho todo y más”, lo “único” que se le “ocurre” como explicación para que aún haya personas que después de tomarse unas cervezas o copas se pongan al volante es que tengan una sensación de "impunidad". Por lo que, para aminorar esta percepción, la DGT ampliará el número de controles en las carreteras, que en el caso del alcohol ascienden este año a cinco millones.

En cuanto a las inspecciones para detectar la presencia de drogas, España es el país con el mayor número de la Unión Europea, 30.000 el año pasado, con lo que ya está “en el buen camino”, según destacó Pere Navarro.

Respuesta fiscal

Por su parte, el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, anunció que el próximo viernes dará a conocer un “documento jurídico-científico” con el que las fiscalías actuarán para dar una “respuesta rigurosa” a aquellas personas que conduzcan después de haber ingerido drogas. “Hasta aquí hemos llegado”, señaló, sin querer dar más pistas de por dónde irá su instrucción.

Respecto a la conducción tras el consumo de psicofármacos, Vargas anunció que tienen en mente impulsar la puesta en marcha de un “protocolo” para que los médicos que receten los antidepresivos dejen claro en la receta que no se puede conducir tras ingerirlos. En la actualidad, un icono es el que avisa en los prospectos de algunos fármacos. Y es que España es uno de los países con mayor consumo de tranquilizantes, debido a que se prescribe Valium o Lexatim con demasiada ligereza, según admiten los propios médicos, a lo que hay que sumar los problemas psicológicos derivados de las penurias económicas o la soledad de muchos mayores.

Los perfiles

De hecho, según el informe de Toxicología, el perfil del conductor o el peatón fallecido con resultado positivo en sustancias estupefacientes es muy diferente. Entre los primeros predominan los varones de entre 25 y 54 años, a bordo de un turismo, que había bebido (el 61% de los casos) o consumido drogas (el 44%). Los psicofármacos se redujeron al 25% de los casos.

Si bien, entre los fallecidos a pie, la mayoría son mayores de 50 años que había consumido psicofármacos, en el 52% de los casos, seguido del alcohol (45%) y las drogas (21%). En el caso de los peatones, el porcentaje de positivos fue del 38,5%, un porcentaje también muy alto.

Intoxicaciones severas

El director del Instituto Nacional de Toxicología, Antonio Alonso, reseño, además, como uno de los datos más “alarmantes” de la memoria anual que la “intoxicación de alcohol”, tanto en conductores como en peatones, era “muy severa”  en la mayoría de los casos. Así, el 71% de los muertos al volante con resultado positivo arrojó una tasa de alcoholemia alta, igual o superior a 1,2 g/L, un porcentaje que ascendió al 80% en el caso de los peatones. “Ese consumo afecta a la conducción o la capacidad motora y sensorial de manera muy importante”, reseñó, para a continuación lamentar que “el único riesgo que probablemente se plantearon” los conductores ebrios era “no ser detectados, pero el verdadero riesgo es sufrir o provocar un accidente fatal”.

En cuanto a las drogas, por sí sola la sustancia más consumida fue el cannabis (59% de los casos), seguida de la cocaína (51%). En cuanto a los consumos combinados, el de mayor prevalencia fue el de alcohol y cocaína (39%), seguido del de alcohol y cannabis (28%) y el de las tres sustancias al mismo tiempo (el 13%).

La memoria de Toxicología no incluye todos los accidentes de tráfico con víctimas mortales, sólo los analizados en centros pertenecientes al Instituto, pero la muestra es lo suficientemente amplia para ofrecer resultados estadísticamente significativos.