SENTENCIA EN MATARÓ

Condenado a pagar las labores de extición de un incendio forestal que él provocó

Bomberos tratan de extinguir las llamas de un incendio en el bosque

Bomberos tratan de extinguir las llamas de un incendio en el bosque / EFE / MIGUEL A. LOPES

J. G. Albalat

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La negligencia de quemar rastrojos o cañas cerca de una zona forestas y provocar un incendio no solo puede comportar que el autor del fuego se siente en el banquillo de los acusados y se le imponga una pena de unos meses de prisión, sino que también sea condenado a pagar a la Generalitat los gastos  de los servicios para extinguir las llamas. Eso es lo que le ha ocurrido a J. B, que el 12 de enero del 2016 originó un fuego en Teià. Un juez le ha castigado a desembolsar  6.366 euros a la Direcció General de Prevenció y Extinció de Incendis por el coste de las labores de los bomberos, que movilizaron 25 efectivos y ocho vehículos.

La sentencia ha sido de conformidad, al haber aceptado el acusado la petición de la fiscalía de cuatro meses de prisión (se le ha suspendido) y multa por un delito de incendio forestal por imprudencia grave. La pena es inferior a la reclamada inicialmente, al aplicarle la acusación pública las atenuantes de confesión y reparación del daño, pues  J. B. ha depositado los 6.366 euros y otros 2.083 euros por los daños producidos en una finca colindante, según la resolución a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO.

La jueza de Mataró que ha redactado el fallo sostiene que sobre las 12.15 horas de 12 de enero del 2016, el acusado, a pesar de “saber o aceptar que las condiciones meteorológicas no eran nada adecuadas” y de no haber comunicado como dicta la normativa vigente de que iba a hacer fuego, quemó unas cañas que había en la finca.

Condiciones desfavorales

Las llamas se extendieron a la zona forestal próxima y situada a menos de 500 metros. J. B, incide la resolución, hizo ese fuego, además, “sin adoptar las medidas de precaución más elementales”, como disponer de agua u otro medio de extinción, cuando “sabía además que se trataba de un día con una condiciones muy favorables a la propagación del incendio forestas”. Así, en esa jornada se registró 15 grados positivos, una humedad relativa de un 31% y una velocidad del viento de 20,5 kilómetros hora de media hacia las 12 del mediodía.

Al prender las cañas y sin que el acusado adoptara la más “elementales” normas de cuidado a la hora de “decidir y hacer esa actividad en solitario”, el fuego, sin poder evitarlo, se propagó “con mucha facilidad” de los márgenes hacia la zona forestal. En total se quemaron 1,8 hectáreas de terreno, formado por matojos y pinos. Al no poder controlar las llamas, J- B llamó al teléfono de emergencias. El incendio fue extinguido por los bomberos al cabo de unas cinco horas y “evitó con su actuación que aquella extensión quemada y afectación no fuera superior”. El encausado reconoció a la policía municipal que él había quemado las cañas.