DECLARACIÓN JUDICIAL

El urbano que disparó a Sota alega que sintió "miedo" cuando se abalanzó hacia él

zentauroepp48883267 mani sota bertran190701103715

zentauroepp48883267 mani sota bertran190701103715 / periodico

J. G. Albalat

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El guardia urbano de Barcelona que disparó a la perra<strong> 'Sota'</strong> ha asegurado este lunes ante el juez que sintió  “una alteración del corazón, miedo," cuando se dio cuenta de que el animal, que estaba agresivo y había "enseñado los colmillos", corría directo hacia él. "Mi instinto me hizo sacar el arma y sacrificar al animal", ha explicado el agente, que ha declarado como imputado. "Fue la única manera de protegerme”, ha subrayado.

Su compañero de patrulla, también investigado, ha sostenido que vio como el dueño del perro, que estaba muy alterado, azuzaba al can para que les atacara. Los dos testigos presenciales que estaban citados en calidad de protegidos, al final, no han declarado. La acusación particular ha desistido después que el magistrado les levatara la condición que le otorgó por el temor a represalias. Otros dos testigos han admitido que ellos llegaron al lugar cuando 'Sota' ya estaba muerta, aunque han recalcado que “la policía era muy hostil” y no atendió en ningún momento al animal. Una veintena de animalistas se han concentrado en la Ciutat de la Justícia de Barcelona, donde se ha celebrado el interrogatorio.

La versión de los dos policías municipales difiere totalmente a la ofrecida hace unos días por Tauri Ruusalu, el amo de la perra, que llegó a decir que ese 18 de diciembre, en los alrededores de la plaza de Espanya, el urbano disparó sin justificación a 'Sota'. Este lunes, el agente que mató a la perra ha afirmado que el can estaba muy agresivo y que la única forma que tuvo de defender su integridad física fue “sacrificar al animal”, según fuentes jurídicas. Los agentes han respondido a las preguntas de la fiscalía y de su abogada, Paz Vallés, y se han acogido a su derecho a no contestar a las acusaciones, tanto la particular como las populares.

Los policías han recalcado que cuando patrullaban con el coche vieron a un perro suelto. Pararon y, según su versión, el dueño del mestizo labrador empezó a insultarles y se abalanzó hacia el vehículo. Fue entonces cuando salieron y pidieron la documentación al amo del can, que vive en la calle. Según los guardias urbanos, el sintecho estaba muy alterado y le contagió esa agresividad a 'Sota'. Han agregado que le pidieron varias veces al amo que lo atara, pero que este no hacía caso. Los agentes primero intentaron apartar a la perra con sus porras, hasta que el animal saltó sobre uno de ellos y le mordió en el codo izquierdo, rompiendo el uniforme (está depositado en el juzgado como prueba de convicción).

Refuerzos ante la agresividad

Ante esta situación, los urbanos imputados se apartaron y pidieron refuerzos. Fue entonces cuando, según ha explicado el agente que disparó, la perra se dirigió hacia él agresiva y corriendo. En el momento de que saltaba hacia él, sacó su arma y le pegó un tiro en la cabeza. El animal falleció al instante.

El agente que apretó el gatillo ha insistido en que es un "gran amante de los animales" y que ha tenido "hasta cuatro" en su casa. Ha concretado que en el caso de 'Sota' consideró que "iba a causarle un mal irreparable". Durante sus 15 años de ejercicio profesional, ha incidido, ha realizado "cientos de intervenciones" con animales de todo tipo y "nunca" había tenido un incidente igual como el de ese día. Y reflexionó: "Al final el perro es el reflejo de su dueño y aunque se ponga nervioso su propietario puede controlarlo. En este caso fue todo lo contrario, el dueño utilizó a su perro como arma contra mi". 

Fuentes de la defensa han alegado que el informe balístico señala que el disparo se hizo a menos de un metro, aunque la necropsia de la perra señala que en la herida no había restos de pólvora. De ahí que la abogada Inés Guardiola, que ejerce la acusación particular, insista en que el disparo se produjo a más distancia, como a unos tres metros. Los dos agentes han negado que golpearan al dueño de 'Sota', como este ha denunciado.