LUGAR DE PEREGRINACIÓN

El Papa interviene el santuario de Lourdes para "volver al rezo"

Francisco envía a un comisario para rebajar el nivel de negocio en torno al lugar, como hizo con Medjugorge

La gruta de Lourdes, en torno a la que se construyó el santuario en el sur de Francia.

La gruta de Lourdes, en torno a la que se construyó el santuario en el sur de Francia. / periodico

Rossend Domènech

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Primero envió a una especie de investigador camuflado, monseñor Rino Fisichella, y este jueves ha decidido que el famoso santuario de Lourdes, en el sur de Francia, visitado anualmente por más de un millón de peregrinos ha sido intervenido. La carta del Papa ha sido leída por Fisichella a todos los sacerdotes y a los 330 miembros del personal administrativo del santuario.

El nuevo comisario será Antoine Hérouard, obispo auxiliar de Lille, que permanecerá en el lugar por un tiempo que no ha sido revelado “para acentuar el primado espiritual y no el financiero”. La intervención afecta solo al santuario y no a la diócesis donde se encuentra.

Es la segunda vez en poco tiempo que Francisco interviene un santuario, tras el caso de Medjugorje, situado en Bosnia Herzegovina, donde la intervención ha sido por un período  “indeterminado”. Según la agencia italiana de notícias ADN-Kronos, el volumen de negocio del santuario de los Balcanes, que recibe más de dos millones de fieles por año, oscilaría en torno a los 11.000 millones de euros por año, el 70% de los cuales sin pagar impuestos. Según otras fuentes, serían 600 millones los que ingresan las instituciones más directamente religiosas. En Italia hay sumarios abiertos por la labor de la Camorra, la mafia de Nápoles, en aquel santuario, que el Vaticano aún no ha reconocido nunca.

En Medjugorje, el comisario, Henryk Hoser, obispo emérito de Varsovia-Praga, está a “disposición” de la Santa Sede y no del obispo local, al igual que el interventor de Lourdes.

Francisco ha escrito que desea “comprender qué nuevas formas, además de las que ya existen, se pueden adoptar en el santuario de Lourdes, surgido por las supuestas apariciones de la Virgen a un grupo de niños,  para que sea cada vez más un lugar de oraciones y de testimonio cristiano que se corresponda a las exigencias del pueblo de Dios”. En otras palabras, la misión del “enviado especial” del Papa en el santuario de los Pirineos, es poner orden y rebajar el peso del negocio.

Diócesis ultracatólica

Lourdes recae en la diócesis de Tarbes-Lourdes, cuyo obispo es Nicolas Jean René Brouwet, que pertenece al numeroso grupo que siguen las enseñanzas del difunto monseñor ultracatólico Marcel Lefebvre, excomulgado por Juan Pablo II aunque sus sucesores fueron rehabilitados por Benedicto XVI.

El obispo tradicionalista Brouwet había contratado tres años antes al exdirectivo de Renault Guillaume de Vulpian para dirigir los negocios que envuelven el santuario y sanear los balances. A causa de varias inundaciones y sobretodo del miedo a posibles ataques terroristas en los últimos años se había producido un notable descenso de peregrinos. La misma Opera Romana Pellerinaggi –una especie de operador turístico vinculado al Vaticano—había tenido que anular numerosos vuelos charter hacia el santuario.

Tras unos 10 años de pérdidas, el exdirectivo de Renault ha conseguido cerrar el último balance con un superavit de 30 millones de euros. Uno de los capítulos favorables ha sido el aumento del impuesto hotelero de 2 euros a 2,5 euros y la disminución de los costes de los seguros.

El portal Vatican News explica la decisión de Bergoglio como el nombramiento de un interventor para que cuide de los peregrinos “para que Lourdes y todos los centros marianos del mundo respondan a la vocación de ser lugares de plegaria y testimonio cristiano”. “Para acentuar el primado espiritual respecto a la tentación de subrayar demasiado el aspecto administrativo y financiero”, había escrito el Vaticano en el caso de Medjugorje.