COLECTIVOS VULNERABLES

El Banc dels Aliments detecta una estabilización de la pobreza

El 'Gran Recapte d'Aliments', en el Mercat de la Concepció de Barcelona.

El 'Gran Recapte d'Aliments', en el Mercat de la Concepció de Barcelona. / periodico

Elisenda Colell

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El año pasado el Banc dels Aliments repartió 24 toneladas de comida a entidades sociales y asociaciones de vecinos que ayudan a personas que no pueden costearse su alimentación. En total, llegaron a 200.000 usuarios en toda Catalunya. Cifras de récord, pese a que los responsables del Banc aseguran que el número de personas atendidas en los últimos años se ha "estabilizado". Carne, pescado, y legumbres, pero también café, verduras o fruta son algunos de los alimentos de los que, durante el 2018, el Banc se quedó corto.

La entidad alerta de que la necesidad real es mucho mayor. "Solo cubrimos el 31% de las demandas alimenticias", explicó el director, Lluís Fatjó, haciendo referencia, especialmente a los productos frescos.  "A las entidades solo les podemos facilitar carne y pescado una vez al mes, cuando en realidad se tendría que comer mucho más", alertó Fatjó. Es cierto que año tras año los alimentos recaudados por el Banc van creciendo. Pero el temor, o el problema, es que la necesidad es tal que aún sigue siendo imposible poder garantizar una dieta saludable y equilibrada para quien no se puede costear ni la compra del súper. Que, en la mayoría de casos, afecta a niños en edad de crecimiento.

Pobreza crónica

Los responsables del Banc aseguran que en la zona de Barcelona sí bajó un 6%. "Esto es una consecuencia más de la cronicidad de la pobreza, la mayoría de personas llevan varios años sin poder salir de esta situación", explica el director. 

Por perfiles, el 95% de los beneficiarios son familias que viven en la pobreza extrema, es decir, con menos de 470 euros al mes. “La pobreza infantil es enorme y muy preocupante”, asegura Fatjó. Uno de cada cuatro usuarios está en el paro de larga duración, y ya se ha quedado sin ayudas. Aunque un "grueso importante" de ellos pertenece al colectivo de los trabajadores pobres: personas que tienen empleo temporal y muy mal pagado que no les permite llegar a final de mes ni tan solo cubrir su compra en el supermercado.

Aunque al Banc dels Aliments les preocupa la situación de los hogares simpapeles. Calculan que dos tercios de las personas que viven en la pobreza se encuentran en situación “irregular”. “Son personas que sí van a los comedores sociales, pero no entran en la mayoría de programas sociales”, supone Fatjó. Y sobre las ayudas sociales, en especial la Renta Garantizada de Ciudadanía, los responsables del banc suponen que el abasto de estas ayudas son “muy testimoniales” y no están llegando “al grueso de la población que llega al banco”. De hecho, explican la rebaja del 6% en Barcelona a estas ayudas sociales que ofrecen las administraciones.

Más excedente alimentario

Sin embargo, hay un dato que, como mínimo, trae a la esperanza. Las empresas que se dedican a la alimentación, en especial las grandes cadenas de supermercados y Mercabarna, cada vez aportan más ‘excedente alimentario’. Es decir, aquellos alimentos que se estropean y ya no se pueden vender, pero sí son aptos para el consumo. La cantidad de comida rescatada se ha multiplicado por cuatro, hasta superar las nueve toneladas en Barcelona, y las 12 en toda Catalunya. “Ahora lo que necesitamos es más infraestructura para poder traer esta comida lo más rápido posible”, pide el director. 

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