Las entidades piden que los discapacitados repentinos mantengan el empleo

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Elisenda Colell

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Puede ser por un accidente de moto yendo al trabajo o porque una máquina de la fábrica le haya dejado sin brazo. La discapacidad sobrevenida o repentina afectó en el 2017 a 197.294 personas en Catalunya y a 1,5 millones en el conjunto de España, según un informe del Observatorio de la Discapacidad Física. La federación ECOM, que defiende los derechos de las personas con discapacidad física, lamenta que ante estas situaciones las empresas opten por "expulsarles" del trabajo, "sometiéndolos" a las prestaciones económicas institucionales.

En un comunicado enviado a la prensa con motivo del Día del Trabajador, la ECOM insiste en que las personas con discapacidad también son clase obrera. "El trabajo es un elemento esencial en la vida", sentencia el presidente de ECOM, Antonio Guillén, que pide "priorizar, proteger y mantener el trabajo" a aquellas personas con discapacidad sobrevenida "siempre que tengan el deseo y capacidad de seguir trabajando". 

Discapacidad y expulsión laboral

Según esta entidad, cuando la discapacidad aparece, de repente, en la vida de un trabajador, lo más habitual es que pierda el empleo. En concreto, estas personas suelen sufrir "restricciones" para retornar a su puesto y acaban siendo "expulsadas" de las empresas a través de una extinción de contrato por invalidez. Así pues, la única salida que encuentra la mayoría es que la familia les mantenga económicamente o bien que, una vez tienen el estatus de discapacidad, logren una ayuda económica. Es, a su parecer, a lo que tienden tanto las administraciones como la ley. "La discapacidad y el trabajo no son contradictorios ni incompatibles", critica Guillén, que pide "resaltar las capacidades del trabajador en vez de sus incapacidades", que suele ser lo más habitual.

"Son los grandes olvidados", lamenta ECOM al hablar de las personas con discapacidad sobrevenida. Y es que, a su entender, las ayudas y planificación para la discapacidad está pensada para las personas que nacen con esta patología. En cambio, cuando se trata de un accidente o un hecho súbito, las atenciones dejan de existir. 

Miedo a perder la prestación

Además, este comunicado señala que, aunque muchas personas no son conscientes de ello, la ley permite que las personas con discapacidad puedan cobrar un salario, y un subsidio que lo complemente. "Hay poca información sobre esta posibilidad y mucho miedo a perder la prestación", señala Guillén. Aparte de permitir la inserción social de estas personas, también les ayudaría a tener más ingresos. Y es que, según ECOM, las personas con discapacidad tienen que asumir muchos más costes que el resto de la población.

Propuestas para las empresas

A ojos de las entidades que atienden estas personas, habría que incorporar varias medidas. Por ejemplo, que se creen incentivos y ayudas a las empresas para incorporar un "cambio de actitudes". Ya sea con el asesoramiento, el apoyo técnico o las campañas de información y sensibilización. A su vez, piden que los protocolos de las empresas incluyan un apartado donde se garantice la permanencia al sitio de trabajo.

En esta línea, también regañan a los sindicatos. "Tienen que ser un aliado clave" para defender los sitios de trabajo de las personas que tienen una discapacidad de repente, aseguran en el comunicado. Y, por último, piden cambios a las mutuas de accidentes laborales. Más allá de la rehabilitación y recuperación del profesional, les piden un "papel más activo" para adaptar los lugares de trabajo y así facilitar que se que la mayoría de empleados puedan volver a su lugar de trabajo.