ENTREVISTA

Armando Bastida: "Aumentar el permiso de paternidad no es la mejor noticia"

El enfermero de Pediatría, y autor de 'Sana, sanita', reclama un permiso anual para las madres y que la sociedad se conciencie de la importancia vital que tiene criar a los hijos

Armando Bastida, en el centro de salud de Terrassa donde trabaja.

Armando Bastida, en el centro de salud de Terrassa donde trabaja. / periodico

Olga Pereda

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Padre de tres hijos, enfermero de Pediatría con 19 años de experiencia y divulgador, Armando Bastida es una voz autorizada en lo que a crianza se refiere. Es responsable del proyecto Criar con sentido común, en el que ofrece apoyo profesional a padres y madres. Muchos de sus artículos sobre la paternidad y la maternidad están salpicados de humor, igual que su último libro: 'Sana, sanita. Diario de un enfermero de Pediatría' (editorial Grijalbo), un cómic ilustrado por Raquel Gu en el que Bastida narra las luces y las sombras de la atención sanitaria pública infantil.

Uno de los personajes es un pediatra veterano que apuesta por la leche de fórmula en lugar de las lactancias maternas. Y alega que así las mamás tienen más tiempo para trabajar o para vivir.

Él piensa que es moderno. Pero es la perversión del paternalismo: ya decido yo por ti.

Luego descubrimos que el médico y una enfermera prejubilada tienen un chanchullo con una marca de leche. ¿Esto está basado en hecho reales?

Sí. Hay profesionales de la salud que lo hacen.

¿Es frecuente?

Bueno, yo lo he visto. La industria entra en los centros de salud para explicar los beneficios y las novedades de sus fórmulas. Entran los de las cremas, los de los medicamentos… Y nos dan la literatura científica. Afirman que sus estudios son independientes. A veces lo son y otras, no tanto. Te dan esa información y, sutilmente, te ofrecen asistir gratis a un congreso o un viaje. No es ético.

El libro también habla de la importancia de la nutrición infantil y de cómo a las abuelas les cuesta mucho dar una manzana a sus nietos para merendar y optan por nocilla y natillas industriales.

Creo que sienten que tienen que hacer algo para ganarse a los nietos. La industria ha conseguido que vivamos rodeados de azúcar y que no nos parezca mal. Hay azúcar añadido en todo: kétchup, Cola-cao… Las abuelas no ven peligro, es una manera de hacer felices a los peques, lo mismo que ponerles la televisión todo el rato. En lugar de eso, sería genial que jugaran a cosas chulas y les contaran historias de su época.

"Si tu hijo no es alto y le obligas a comer para que crezca se convertirá en un niño bola: bajito y gordito"

¿Por qué hay obsesión para que los bebés y los niños pequeños ganen peso y sean rollizos?

Venimos de la época de la guerra y el hambre y se ha instalado la creencia de a más gordito más saludable. A veces hasta los pediatras caen en eso también y si un niño está normal de peso dicen que va justito. En realidad, lo único importante es que el peso sea acorde con la altura. Mucha gente piensa que la altura depende de lo que el niño coma, cuando no es así. Si tienes un niño bajito y le obligas a comer para que se haga más alto lo único que tendrás será un niño bola: bajito y gordito.

La altura de un niño depende de sus genes, ¿verdad?

En un 90% sí.

‘Sana, sanita’ también muestra a una madre cuyo hijo es adicto a las pantallas. Le sobran kilos y cuando en el centro de salud se le recomienda una dieta rica en fruta y verdura, la madre les reprocha querer matarle de hambre.

Es ignorancia. Algunas mamás y papás creen que sus hijos e hijas necesitan energía. Yo veo en la consulta niños que nada más quitarse la camiseta sé que les sobra peso. Y los padres, sin embargo, están convencidos de que está bien. Un niño de 7 años no debería tener barriga. Tiene que levantar los brazos y se le tienen que ver las costillas. Si eso sucede, está perfecto. Pero sufrimos sedentarismo y una alimentación llena de ultraprocesados. También me encuentro con padres y madres que afirman que sus críos no beben agua porque no les gusta. ¿Pero cómo no bebe agua un niño? Así estamos. Hay que reeducar.

Insiste mucho en el libro en la falta de conciliación. Y eso que el permiso de paternidad se acaba de ampliar

Esa es una buena noticia para los padres. Y también para los bebés. Pero no es la mejor noticia. El bebé necesita a mamá o a papá mucho más tiempo. Y normalmente a mamá, que es quien lo ha parido y quien, quizá, le esté amamantando. Es a la persona a la que más va a echar de menos cuando llegue la semana 16, cuando el bebé se queda sin madre unas cuantas horas al día. No tiene sentido. La mayoría de padres que nos hemos quedado en casa implicados en el cuidado de los hijos jamás pediríamos más tiempo de permiso porque sabemos lo mucho que nuestro bebé necesita a su madre. Y ellas necesitan al bebé. Es una espiral. Cuando te das cuenta de eso piensas: cualquier avance dádselo a ellas, no a nosotros.

Pero el Gobierno lo ha hecho para que no se penalice laboralmente a las mujeres.

Esa es la intención, otra cosa es que funcione. Lo que me molesta es que no se ha pensado en el bebé. Se ha pensado en igualdad. Pero igualdad no significa que sea lo más justo ni lo más equitativo. Al decir que el padre es igual que la madre lo que están haciendo es minusvalorar el papel de la mujer como madre, relegando la maternidad a algo que todo el mundo puede hacer. Las empresas van a seguir prefiriendo contratar hombres. Una mujer se puede volver a quedar embarazada, cuando los niños se pongan malos es ella la que se ausentará del puesto de trabajo y son ellas las que se cogen excedencias. No se está haciendo lo que se debería hacer.

¿El qué?

Concienciar a la población de lo importante que es cuidar de los hijos. Necesitamos permisos más largos para los dos. Si una madre cuida de sus críos deberíamos pensar que lo que está haciendo es muy importante. Porque lo es. Lo que hay que hacer, insisto, es aprobar permisos más largos. De un año y con cotización. Y cuando ese permiso acabe, si quieres que a ellas no se las penalice laboralmente se debería conceder a los padres (hombres) permisos laborales para ir al pediatra o a las tutorías y días de baja para cuidar al niño cuando esté malo. Y todo eso lo deberíamos hacer nosotros, los hombres. Que ellas tengan 12 meses de permiso pero que luego nosotros nos ocupemos de todas esas cosas.

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