SENTENCIA EN BARCELONA

Condenada la Generalitat por un accidente de tráfico provocado por un jabalí

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J. G. Albalat

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19 de diciembre del 2014. O. M. circulaba con su moto por la carretera C-59 a la altura del término municipal de Palau Solità i Plegamans (Vallès Occidental) cuando un jabalí se cruzó en su camino. Fue repentino y no pudo esquivarlo. La colisión con el animal provocó su caída y el arrastre del vehículo por el asfalto. El jabalí falleció y el motorista sufrió contusiones múltiples. Cuatro después del accidente, un juez ha condenado a la Conselleria de Territori i Sostenibilitat a pagarle una indemnización porque la valla de la carretera estaba mal instalada o porque un defecto en su diseño permitió que el cerdo salvaje se colara por debajo de la barrera y llegara a la calzada.

En Catalunya, la mayoría de accidentes de tráfico provocados por animales salvajes en las carreteras catalanas se producen por culpa de los jabalís. El año pasado, hasta diciembre, los Mossos intervinieron en 2.367 siniestros con animales implicados y que provocaron heridas a casi 200 personas, aunque ninguna víctima mortal, según datos oficiales.  En la mayoría de estos accidentes (un 80%) se producen por el atropello de jabalís, seguidos por los corzos. En el primer caso se tratan de especímenes de entre 80 y 150 kilos cuya colisión con un vehículo es importante.

La moto de O. M. quedó dañada  y él sufrió contusiones, lo que le ocasionó que estuviera durante 17 días de baja labora y se sometiera a rehabilitación. En un principio, reclamó a la Conselleria de Territori, pero su demanda fue rechazada. Por ello, acudió a la justicia. Su abogada, Liliana Villanueva, presentó una demanda por la responsabilidad de la Administración.

Sentencia novedosa

El Juzgado Contencioso Administrativo número 17 de Barcelona ha condenado a la Generalitat a pagar a O. M. una indemnización de 11.372 euros. “En la actualidad es difícil probar la culpa de la Administración en estos casos, por eso la sentencia es novedosa. Desde una reforma legislativa del 2014, la culpa de entrada siempre es el conductor. Es este el que debe probar que él actuó bien y  la negligencia de la Administración”, según fuentes jurídicas.

O. M. lo ha conseguido. La sentencia señala que él, como queda reflejado en el atestado policial, no cometió ningún tipo de imprudencia y que la irrupción de un animal en la calzada es “un hecho de imposible previsión por muy atento que se circule”, pues se tratan de una especie “muy rápida que impide una reacción adecuada”. El juez desestima que pueda imputarse la responsabilidad de la Administración por la falta de señalización, pero en cambio sí que considera que la valla “no cumplió su cometido” al permitir que el jabalí pasara por debajo, ya sea “por falta de mantenimiento, por algún defecto de diseño o colocación”.