Solsona, Vic y Barcelona buscan víctimas de abusos en sus iglesias

Iglesia del municipio tarraconense Constantí.

Iglesia del municipio tarraconense Constantí. / periodico

Guillem Sànchez

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A la espera de que se concreten las guías de actuación antipederastia que el papa Francisco acordó publicar tras la histórica cumbre vaticana de finales de febrero, algunas diócesis catalanas han comenzado a mover ficha en dos sentidos: revisar los protocolos contra los abusos sexuales y comenzar a rebuscar en su propio pasado para encontrar víctimas.

Son avances que se anuncian cuando en las últimas semanas han salido a la luz los abusos sexuales cometidos por cuatro sacerdotes de Tarragona y uno de Girona. EL PERIÓDICO destapó los casos de las parroquias de Constantí -que provocó que afloraran las denuncias contra otros dos párrocos de la misma diócesis- y de Sant Jaume dels Domenys. El diari Ara publicó, por su parte, el del rector de Vilobí d'Onyar.  

Solsona hace un llamamiento

El obispo de Solsona, Xavier Novell, ha abierto una investigación interna para revisar las actuaciones de sacerdotes que hayan ejercido en parroquias de su jurisdicción desde 1930. Es decir, revisarán los archivos existentes, según promete, para encontrar rastros de abusos sexuales cometidos por parte de párrocos. Novell también ha abierto un correo electrónico 'abusos@bisbatsolsona.cat' y un teléfono (677 83 05 03) para dar con afectados. 

"No dudéis que si los delincuentes están vivos actuaremos determinadamente, de acuerdo con las leyes vigentes y buscando desde el primer momento evitar cualquier otro delito". "Pido [a las personas que sepan algo al respecto] que tengan el coraje de revelar lo que pasó", ha solicitado. "Entiendo el dolor que supone remover estos recuerdos -agrega el obispo-, pero pienso que el silencio es complicidad con los delincuentes y desprotección para futuras víctimas". 

Barcelona ha sentenciado a siete religiosos

El arzobispado de Barcelona ha revisado, en un sentido similar al anuncio de Solsona, los archivos existentes al respecto de abusos cometidos por sacerdotes de su diócesis hasta 1990. Desde entonces, constan siete casos de otros tantos religiosos ya sentenciados -por procesos canónicos internos comunicados a la Doctrina de la Fe-. 

Tanto el cardenal de Barcelona, Joan Josep Omella, como el de Vic, Romà Casanova, han avanzado la creación de comisiones mixtas, integradas por profesionales "laicos". Omella subraya que la de la capital catalana estará integrada por expertos, mujeres y hombres de los campos de la psicología o derecho, que ayudarán a todas aquellas personas que contacten con cualquiera de las tres diócesis [bajo la tutela de Omella: Barcelona, Terrassa y Sant Feliu de Llobregat] que suponen, aproximadamente la mitad de la población de Catalunya.

Casanova ha detallado que el equipo de Vic funcionará inspirado en las medidas promovidas desde el obispado de Astorga (León) y reunirá profesionales religiosos y seglares para "valorar y atender posibles casos de abusos". Ante cada víctima que aparezca, ha subrayado el obispo, "se debe pedir perdón, colaborar en su esclarecimiento y encontrar la manera de ayudarla en su restablecimiento". 

En un comunicado, el obispo de Vic afirma que los abusos "son un tema transversal en toda la sociedad, un tema silenciado y muy doloroso para las víctimas que, en la mayoría de casos, tienen secuelas y no consiguen hablar hasta que son adultas".