TRAS LA CUMBRE ANTIPEDERASTIA

La Iglesia española no investigará los casos de abusos sexuales del pasado

El cardenal Blázquez alega que no tiene autoridad sobre las diócesis para encargarles este tipo de estudio

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Primera reacción de la Conferencia Episcopal Española (CEE) después de la cumbre por la Protección de la Infancia celebrada entre el 21 y el 24 de febrero en el Vaticano. Su presidente, el cardenal Ricardo Blázquez, que ha sido uno de los 190 líderes religiosos convocados por el papa Francisco a un encuentro elaborado para ser un punto de inflexión en la peor crisis que vive la institución en su milenaria historia, ha asegurado este martes que, desde la conferencia, "no se encargará a las diócesis un informe sobre los casos de pederastia que han podido ocurrir en el seno de la Iglesia católica alegando que "no tiene autoridad" para hacerlo.

Tres días después de la cumbre en el Vaticano, y a pesar de ser cierto que la conferencia -que funciona como un órgano colegiado que debe respetar la autonomía de cada diócesis- no tiene autoridad para dar órdenes a los obispos españoles, ha sorprendido que se haya mostrado tan tajante y ni siquiera haya animado a las respectivas diócesis a escarbar por su cuenta en el pasado. 

Normas, no orientaciones

El cardenal ha señalado que está a la espera de recibir del Vaticano las normas de actuación frente a los casos de abusos sexuales a menores, que aún se están elaborando tras la cumbre de Roma y que serán comunes para toda la Iglesia católica. Blázquez ha explicado que pronto recibirán esas "normas concretas", no solo orientaciones, "de las que los obispos van a ser examinados". "Las normas, si se quebrantan, se piden cuentas, y con las orientaciones es más difícil", ha subrayado para dejar claro que las conclusiones del encuentro sí obligarán a las diócesis, una condición que los activistas y las víctimas de abusos desplazadas a Roma estos días habían solicitado.

Aunque lo que esperaban asociaciones como la ECA (Ending Clergy Abuse) o SNAP (Surviver Network of those Abused by Priest) es que tales normas fueran un llamamiento a denunciar ante la justicia civil a los sacerdotes culpables y expulsarlos de la Iglesia. Sean las que sean las normas que acaben llegando del Vaticano no serán tan contundentes, algo que ha implicado que la cumbre se haya cerrado con la frustración manifiesta de las víctimas. 

Por tanto, y a la espera de estas directrices de Roma, la Iglesia española no va a tomar por su cuenta ninguna medida nueva para abordar la problemática de la pederastia. Blázquez sí ha explicado que no se va a volver a repetir "un procedimiento que se pensaba que podía dar resultado y se ha visto que no", como es el traslado de los abusadores a otras diócesis. En realidad esta estrategia ha sido históricamente el eje de la ocultación de la Iglesia y de la propagación de la pederastia hasta convertirla en una epidemia. 

"Un problema de pederastia no se cura con un traslado, una cuestión de este estilo no se cura solo económicamente, estamos tratando de relaciones personales heridas, profundamente heridas", ha señalado.

También ha confirmado que las diócesis, en el caso español, están dispuestas a colaborar con la Justicia, a través de la denuncia al Ministerio Fiscal, tal como pide -sin ordenar- el Vaticano. También ha pedido que, cuando esto suceda, se debe respetar la presunción de inocencia del supuesto abusador porque "no es bueno que desde el momento en que hay una denuncia, aparezca uno ante la sociedad como condenado".

Blázquez ha recordado la voluntad de la Iglesia española de participar "eficazmente en erradicar esta cuestión tan grave". Pero también ha instado a tener "una mirada más amplia" porque -ha dicho- "de los niños se abusa por muchas vías". "Como humanidad, como personas, hemos contraído una deuda inmensa con tantos niños y niñas", ha indicado.

Un encuentro "valiente"

Del encuentro de Roma, cree que la reunión se convocó "confianza y valentía" y ha destacado que ha supuesto un "sí inequívoco a las víctimas, a sus familias y a la colaboración con las autoridades del Estado" y un "no" a los abusadores, a los encubrimientos, al silencio cómplice y al tratamiento inadecuado por parte de las autoridades de la Iglesia.

Ha valorado los encuentros con las víctimas, que han ofrecido una narración "suscitadora de lágrimas, con la capacidad de sugerencia de lo que para ellas había significado el destrozo personal, algunas hasta la muerte de su fe. Era estremecedor el escuchar, con un respeto inmenso, a los que nos contaban una historia a veces espeluznante". "La Iglesia quiere afrontar esta situación" e ir al encuentro de estas personas y "ofrecerse humildemente para charlar".

Blázquez ha explicado que él mismo ha recibido en los últimos años a víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y que, su compromiso, es seguir reuniéndose con estos en el futuro.