ALTERNATIVAS A LA VENTA AMBULANTE

El Sindicato Mantero pone sobre la mesa seis propuestas para salir de la calle

Un vendedor y miembro del sindicato muestra uno de los modelos de la marca Top Manta.

Un vendedor y miembro del sindicato muestra uno de los modelos de la marca Top Manta.

Helena López

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En octubre del 2015, después de un verano en el que estuvieron en el punto de mira mediático, presentaron el Sindicat Popular de Vendedores Ambulantes, con la intención de que ya no se hablara más de los manteros sin contar con la voz de los manteros. Ser su propia voz. En verano del 2017 presentaron la marca Top Manta, en noviembre abrieron la tienda en el Raval, hace un año lanzaron su primera línea de moda, con el provocador eslogan'ropa legal hecha por gente ilegal' y están trabajando en la nueva línea que presentarán el próximo mes de abril. Pasos pequeños -tienen los medios que tienen- pero decididos para intentar avanzar en la búsqueda de alternativas a las falsificaciones y consolidarse como una empresa social dentro del mundo de la moda con un objetivo claro: mejorar las condiciones de vida de las personas migrantes que sobreviven vendiendo en las calles, así como la búsqueda de oportunidades de regularización y trabajo. 

También han optado por el camino de la moda como alternativa a la manta en la cooperativa Diomcoop -esta con la ayuda del Ayuntamiento de Barcelona. En su caso han creado la marca Diambar.

Hasta seis propuestas

Además de la moda, desde el Sindicato Mantero señalan que entre los vendedores ambulantes que trabajan en Barcelona hay agricultores, carpinteros, paletas, artistas, escritores, sastres, músicos, poetas, soldadores y comerciantes. "Personas que ya están formadas o que ya traen desde su país una profesión". Para ellos han trabajado una serie de proyectos y propuestas como alternativas a la manta, para los que solo necesitan, dicen, "apoyo político y económico".  

El primero es un proyecto de agricultura ecológica, "que considere el respeto a la tierra, la no contaminación con productos químicos y sobretodo el cuidado de las personas que trabajan en el campo". Un proyecto cooperativo que contaría con 10 o 15 manteros "que ya saben trabajar la tierra, que tienen experiencia y que además les gusta como profesión". Lo cultivado se venderá a restaurantes, colegio o entidades que promuevan lo ecológico. También han puesto sobre la mesa una cooperativa de impresión serigráfica y un bazar de artesanía africana. "Tenemos muchos compañeros artesanos dentro del sindicato. Se podría hacer un gran bazar a las afueras de Barcelona donde se expongan y vendan estos productos; crear un punto de referencia de la cultura africana en Barcelona", cuentan. 

Peluquería para exmanteras

El cuarto proyecto es un "promotora cultural de eventos africanos" y el quinto una peluquería. "Hay compañeras en las calles que saben hacer trabajos de peluquería y estética. Se podría abrir un local con peinados y estilos africanos donde las compañeras puedan trabajar sin que se les persiga", cuentan. Por último plantean crear una cooperativa par "montar y desmontar ferias y de vigilancia".  "Necesitamos permisos, cursos y una pequeña financiación", concluyen.