CRISIS EN LA IGLESIA CATÓLICA

El papa Francisco esquiva a los activistas contra la pederastia eclesial

Las organizaciones ECA y SNAP han sido excluidas de la cumbre para la protección de la infancia

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Guillem Sànchez

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Los activistas de ECA (Ending Clergy Abuse) y SNAP (Survivors Network of those Abused by Priests), las dos principales agrupaciones de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, se han desplazado a Roma pero no han logrado que se les incluya en la cumbre para la Protección de la Infanciacumbre  que arrancará este jueves 21 de febrero y finalizará el domingo 24. Tampoco han podido reunirse, de momento, con el papa Francisco, el impulsor de este encuentro histórico que persigue contener la crisis de pederastia que sufre la Iglesia católica.

La cumbre contará con la participación de víctimas elegidas por el Vaticano que intervendrán en persona, o a través de grabaciones proyectadas en cada jornada, cuya identidad se mantiene en secreto. Sin embargo, la santa sede ha excluido a las asociaciones ECA, SNAP o Bishop Acountability, que dirige Phil Saviano, el activista que colaboró con el diario 'Boston Globe' para destapar los abusos silenciados por la diócesis de Boston (EEUU), un trabajo periodístico que fue llevado al cine en la película 'Spotlight'.

Reunión informal

A 24 horas del inicio de la cumbre, sus organizadores han tratado de apaciguar los ánimos de los activistas con una reunión montada contrarreloj en el Instituto Maria Bambina, ubicado fuera de los muros del Vaticano. Ha servido de poco.

Una docena de víctimas de estas asociaciones han sido recibidas por Hans Zollner, coordinador, Federico Lombardi, moderador, y Charles Scicluna, fiscal de la Doctrina de la Fe. Pero no por el papa Francisco. Y aunque la presencia del pontífice no estaba confirmada, su ausencia no ha gustado dado que no habrá, en principio, más ocasión de que pueda escucharles.

"¿Cuál es el plan?"

Peter Isely, portavoz americano de la ECA, lamentaba a la salida que Scicluna había esquivado alguna de las preguntas directas que le formulaban recordando que él "no es el papa". "¡Ese es el problema! ¡Queríamos hablar con el Papa!", ha exclamado.

El español Miguel Hurtado, víctima del monje Andreu Soler de la abadía de Montserrat,Miguel Hurtado,  también ha participado en la reunión. "Nos han escuchado y hemos sido contundentes. Pero al final les hemos querido saber qué medidas van a tomar y nos han respondido que no podían avanzar nada porque todo se discutirá durante la cumbre y que lo que acordado se hará público el lunes 25 en una rueda de prensa".

"¿De qué tienen que hablar?", se preguntaba Isely, la única medida aceptable será que den la orden de que "cualquier sacerdote que abuse de un menor será excomulgado y entregado a las autoridades civiles" y que cualquier encubridor "será expulsado" de la iglesia.

El poco margen de tiempo para preparar esta reunión ha impedido que asistiera un representante de África. Sí ha habido, no obstante, miembros de América del Norte, América del Sur o Europa.

"Los obispos tienen que ponerse las pilas"

Juan Carlos Cruz, víctima del sacerdote Fernando Karadima y denunciante del primer escándalo de pederastia eclesial en el país suramericano, ha sido el más conciliador con el papa Francisco. "Creo que él está haciendo todo lo que puede. Pero necesita a los obispos. Les pido a los obispos que se pongan las pilas y cumplan con las leyes. Los chilenos viven en otra luna y los españoles en un desastre espantoso". En mayo del 2018 los 34 obispos de Chile presentaron su renuncia. El Papa los había citado en el Vaticano después de verse obligado a pedir perdón por haber defendido al obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos sexuales de Karadima, durante su viaje a Chile. Francisco, tras leer los informes realizados por el arzobispo Charles Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu sobre la ocultación de la pederastia en Chile, comprendió que defender a Barros había sido un error. 

Phil Saviano ha entregado una carta a Scicluna en la que le recuerda que los casos que se van conociendo poco a poco en todo el planeta, como los revelados en Pensilvania (el estado americano publicó en agosto un informe con documentación de 300 supuestos casos de "sacerdotes depredadores" sexuales que abusaron de más de 1.000 menores en las diócesis de Greenburg, Eire, Scrantom, Allentown, Harrisburg y Pittsburgh) o los escándalos del excardenal Theodore McCarrick (expulsado del sacerdocio por el Papa), "el barco del catolicismo se está hundiendo" en Estados Unidos y en el resto del mundo. 

"Creemos que si los hechos se conocen completamente, los remedios serán claros", considera. Por ello, Saviano, ha pedido al Vaticano que divulgue los nombres de los curas culpables de abusos, y su ubicación, información que posee la Doctrina de la Fe, para "impulsar una nueva era de transparencia".