Infancia, objetivo de guerra

Save the Children infancia en guerra

Save the Children infancia en guerra / Mohammed Awadh

MIREIA RECASENS. SAVE THE CHILDREN

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Uno de cada cinco niños en todo el mundo vive en zonas de guerra. Eso significa que aproximadamente 420 millones de niñas y niños ven su infancia truncada por los conflictos armados. Son cifras escalofriantes que no han hecho más que crecer: nunca en los últimos 20 años ha habido tantos niños en esta situación, según el informe de Save the Children No a la guerra contra la infancia.

Son muchos los países donde aún hoy en día los niños y niñas sufren las consecuencias de las guerras, pero los 10 lugares donde la infancia ha sido más castigada son Afganistán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Irak, Mali, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen. En estos países, al menos 870.000 personas han muerto entre los años 2013 y 2017 por las consecuencias indirectas de la guerra, como la desnutrición, las enfermedades o la falta de agua, saneamiento y atención sanitaria. De estas, 550.000 eran niños y niñas menores de cinco años.

Otro dato demoledor: en las guerras actuales hay cinco niños asesinados por cada soldado muerto en combate. Esto pone en relieve que la población civil y, especialmente la infancia, se ha convertido en un objetivo de guerra.

Las consecuencias de los conflictos son múltiples. En Yemen, por ejemplo, por cada niño muerto a causa de las bombas, decenas mueren de hambre. Desde que se intensificó el conflicto hace cuatro años, más de 85.000 niños y niñas han muerto de inanición, en gran parte por el bloqueo que las partes implicadas han hecho de la ayuda humanitaria. En todo el país actualmente hay 24 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, una cifra que no para de crecer.

En estos conflictos, las niñas son especialmente vulnerables a sufrir violencia física y sexual. Uno de los testimonios que recoge el informe es el de Masika, una chica de 15 años de República Democrática del Congo que se unió a un grupo armado cuando su padre murió porque no tenía como mantener a sus hermanos. “Creí que era la única opción que tenía para sobrevivir”, cuenta. Pero aún no sabía que su infierno acababa de comenzar. “Cuando llegué los soldados no paraban de pedirme que me acostara con ellos. No me quedó otra opción que rendirme.” Con solo 15 años, Masika tuvo que sufrir una de las peores violencias contra la infancia que existen.

En estos contextos, las escuelas juegan un rol muy importante ya que, en muchas ocasiones, son el único espacio donde se puede garantizar el derecho a la educación y la seguridad de los menores. Por ese motivo, es esencial mantenerlas como espacios seguros para la infancia. Cuando los niños y las niñas estan fuera de la escuela tienen muchas más probabilidades de ser reclutados por grupos armados o ser víctimas de violencia sexual.

No podemos guardar silencio ni mirar para otro lado cuando estos crímenes contra uno de los colectivos más vulnerables, las niñas y los niños, siguen ocurriendo. Por eso desde Save the Children pedimos al Gobierno, a través de la campaña #NoALaGuerraContraLaInfanciaque suspenda de manera inmediata la venta de armas a países en guerra. Es muy probable que estas armas sean utilizadas en ataques deliberados contra niños y niñas. También pedimos a todos los Estados e instituciones internacionales que firmen la Declaración de Escuelas seguras, que se establezcan los 18 años como edad mínima para el reclutamiento militar y que se endurezcan las condiciones para la venta de armas.