conflicto eterno

Guardia Urbana y Mossos cierran el paso al 'top manta' en el vestíbulo de Plaza Catalunya de Barcelona

Despliegue policial contra el 'top manta' en la estación de plaza de Catalunya

Despliegue policial contra el 'top manta' en la estación de plaza de Catalunya / periodico

Luis Benavides

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Un dispositivo conjunto de la Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d'Esquadra ha bloqueado este lunes por la mañana el paso a los manteros en el vestíbulo de la estación de Rodalies de Plaza de Catalunya. Minutos antes de las doce del mediodía, ambos cuerpos de seguridad se han repartido los diferentes accesos a esta estación de metro y tren para evitar que el 'top manta' volviera a asentarse, como viene siendo habitual en los últimos años pese a los cíclicos desalojos. Esta vez, no obstante, ayuntamiento y Generalitat se han conjurado con un operativo permanente para evitar que los vendedores ambulantes vuelvan a tomar posiciones.

Una vez iniciado el dispositivo, los agentes de los dos cuerpos de policía han permanecido principalmente en el exterior para evitar que los manteros se instalaran en la superficie y como apoyo a los miembros de seguridad de la estación. En el subsuelo, los operadores de la estación, Renfe y TMB, han reforzado visiblemente el número de vigilantes en este punto para disuadir a los manteros con intención de colocar su mercancía.

La hora escogida para desplegar el operativo no era casual. La Guardia Urbana tenía controlados los horarios habituales de los manteros y se ha adelantado a su llegada. Desalojar a más de un centenar de vendedores ya instalados siempre tiene un mayor riesgo, sobre todo si se producen carreras con el intercambiador lleno de viajeros saliendo o entrando de la estación. "Los vendedores solían llegar al mediodía porque sabían que entre las 13.30 horas y las tres de la tarde hay un cambio de turno. Con este operativo nos hemos coordinado las diferentes partes para que no quede descuidada ninguna franja horaria", ha explicado el inspector de la Guardia Urbana al frente del dispositivo, Josep Jordi Guerrero.

Por sorpresa

En un primer momento, muchos manteros se han encontrado el operativo al llegar a la estación y no han cruzado los tornos. La mayoría ha dado media vuelta o, como cabría esperar, se ha dirigido con el mismo billete a otros puntos como el puerto de Barcelona. Unos pocos vendedores ilegales, en su mayoría africanos, han decidido esperar al otro lado de las máquinas validadoras de los billetes por si el operativo era un visto y no visto. A los pocos minutos han comprendido que este despliegue policial y de seguridad privada sin precedentes precisamente perseguía mantener despejado el intercambiador durante todo el día y han vuelto a las vías. Según fuentes de la Guardia Urbana, durante las dos primeras horas del dispositivo los agentes de la policía local desplegados en las vías han intervenido la mercancía de unos 15 vendedores ilegales.

Esta operación "de saturación" está coordinada por la Guardia Urbana, tal y como habían reclamado los Mossos en las reuniones preparatorias. Finalmente el número de agentes de cada cuerpo ha sido similar, aunque una mayor presencia de vehículos de la policía municipal pudiera hacer pensar lo contrario.  En total, unos 70 agentes han tomado este punto caliente del ‘top manta’ en la capital catalana: unos 40 efectivos de la policía local, incluidos agentes de las unidades territoriales de Ciutat Vella y Eixample y policías de paisano, y unos 30 mossos, en su mayoría de  los agentes del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO).  

El mensaje a los manteros ha sido claro. El despliegue, contundente. “Estamos intentando cambiar una situación que existía desde hacía tiempo, y revertir esa situación requería fuerza”, ha expresado el comisionado de Seguridad de Barcelona, Amadeu Recasens, quien también ha aclarado que esta actuación “tiene vocación de continuidad” pero que el número de efectivos de uno y otro cuerpo será variable. Periódicamente, subrayan fuentes municipales, se analizará la efectividad de esta actuación. “Se mantendrá tanto tiempo como sea necesario, pero poco a poco iremos dejando este operativo en manos de la seguridad privada, que contará siempre con el apoyo de Mossos y Guardia Urbana”, ha añadido Recasens, quien ha recordado que estos vigilantes tendrán la consideración de agentes de la autoridad por participar en un operativo dirigido por cuerpos de seguridad.

Competencias

Ayuntamiento y Generalitat, en respuesta a las repetidas alertas de Renfe sobre el problema grave de seguridad, en caso de ser necesaria una evacuación, que supone la presencia de entre 100 y 150 manteros en el intercambiador, se comprometieron a aplicar un operativo para erradicarlo en noviembre del pasado año. Desde entonces, las dos administraciones se han reunido en diferentes ocasiones, también con los dos operadores de la estación ferroviaria.

En las primeras conversaciones entre Ayuntamiento y Generalitat, Mossos se negaban a permanecer en la estación de plaza Catalunya y solo se ofrecía para colaborar en desalojos puntuales, como los realizados los días los pasados días 8, 10, 14, 16 y 31 de enero. Argumentaban que el control de esta actividad comercial ilegal en Barcelona es competencia siempre a la Urbana, sin importar si la mercancía ilegal está en superficie de la plaza o bajo esta. Para la policía catalana el problema no es una cuestión de seguridad pública porque sostienen que en una evacuación de emergencia los vendedores también saldrían corriendo en menos de un minuto. El gobierno municipal, en cambio, basándose en un informe encargado a sus servicios jurídicos, sostenían que la zona era competencia de Mossos.

Superada esta negativa inicial, el principal escollo fue el número de efectivos que debería aportar cada administración. Y es que ninguno de los dos va precisamente sobrado. El gobierno municipal exigía el mismo número de agentes de la Guardia Urbana que de Mossos en este espacio ferroviario. Los mandos de la policía autonómica, por su parte, consideraban que el plan debía ser diseñado y liderado por el gobierno de Ada Colau y que el peso de la vigilancia privada debía ser mayor. En este último punto los dos cuerpos de policía estaban de acuerdo.

La vertiente social

Recasens ha reconocido que los operativos permanentes en la estación de Plaza Catalunya no son suficientes para erradicar la venta de productos falsificados en la ciudad. Tampoco acabarán con el drama que viven los manteros. En este sentido, Recasens ha subrayado que “la represión policial no funcionará, y la prevención tampoco, si no se ponen en marcha otras medidas de tipo social”.

El comisionado de Seguridad de la capital catalana ha recordado que “por primera vez se están buscando salidas para las personas que se ven abocadas a vender en el ‘top manta’ por falta de alternativas”, en referencia a las acciones impulsadas por el  Ayuntamiento de Ada Colau como DiomCoop, un proyecto creado por el consistorio en el 2017 y que ya ha logrado regularizar a 15 personas y contratar a 30 más.