LÍNEA CASABLANCA-BARCELONA

Familias marroquís usan buses para enviar papeles a sus hijos y sortear la burocracia

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rjulve46839165 barcelona 05 02 2019 estacion del nord de autobuses fotograf190205193412 / ALBERT BERTRAN

Elisenda Colell

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En cuanto llegan a Marruecos, los conductores de autobús que viajan hasta la costa catalana no solo se dedican a recoger viajeros. Hace varios meses que es habitual que algunas familias les entreguen fotocopias de la partida de nacimiento, el pasaporte, además de ropa o comida, para sus hijos que están tutelados por las administraciones. Quieren así acelerar los trámites de regularización, que suelen alargarse mucho cuando los chicos no traen consigo la documentación de su país. 

Fuentes del sistema de protección catalán temen que haya mafias que se aprovechen de la desesperación de los padres y les vendan falsificaciones para lograr que sus hijos estén más tiempo protegidos por la Administración. Una forma de evitar la calle, la pobreza y la exclusión de sus pequeños.

Hamid es un experto conductor de autocar que fundó su propia flota hace más de 10 años. Tres días a la semana, alguno de sus empleados emprende un viaje hasta la ciudad marroquí de Béni Mellal desde la estación del Nord de Barcelona. Tánger, Alcazarquivir, Fez y Casablanca son otras de las paradas obligadas de sus autocares. Y como la suya, hay cuatro compañías más que recorren esta misma ruta desde la capital catalana.

Chicos bajo el motor

"En los autobuses se quiere colar todo el mundo", explica Hamid, acostumbrado a encontrar chicos escondidos bajo el motor de su vehículo en cuanto sale del puerto de Tánger. Pero solo admiten chicos menores de edad entre el pasaje si viajan con sus padres, o con un familiar que esté autorizado a ello. Lo que sí que empieza a notar es que cada vez hay más familias que se agolpan a los buses para entregar sobres. "Nos traen de todo: ropa para los chicos, comida marroquí, cartas… de todo. También documentación".

"Siempre abrimos todos los sobres, por seguridad. Y solo aceptamos fotocopias, no los documentos originales. Estaríamos cometiendo un delito". Él habla por sus autobuses, que ofrecen gratis este servicio de paquetería. "Dudo que otros lo hagan porque en el puerto de Algeciras nos revisan todo el bus de arriba abajo".

Entre la documentación enviada entra de todo. Normalmente se remiten fotocopias compulsadas del pasaporte de los jóvenes, pero también hay quien lleva copias del libro de familia o de la partida de nacimiento de los chicos. El motivo es muy claro. "Los chicos que vienen sin pasaporte tardan más en conseguir los papeles". Porqué además de la burocracia de Extranjería tienen que sumar la del consulado de Marruecos. Ellos se encargan de recabar la documentación de los jóvenes y corroborarla con el Gobierno de Rabat. "En muchos casos son los chicos los que piden el favor a los padres para tener antes los papeles", explican fuentes del sistema de protección a EL PERIÓDICO.

Revisión de los sobres

Hamid y sus empleados revisan que los sobres tengan siempre el nombre del destinatario, el número de teléfono y la dirección. En cuanto el autocar llega a su destino, los paquetes y los sobres se quedan en la taquilla de la compañía en la estación del Nord. Allí llaman a los destinatarios, que el 99% de las veces suelen ser centros de acogida de menores. "Siempre tenemos educadores de menores en las taquillas viniendo a buscar papeles", bromea.

Fuentes del sistema de protección apuntan a que se empiezan a ver movimientos extraños. "Nos estamos encontrando con partidas de nacimiento de los chicos que han sido modificadas este mismo año". Estas mismas fuentes temen que haya quien se beneficie de esta desesperación de las familias. "A cambio de un puñado de dírhams, puede que alguien esté modificando las edades reales de los chicos". Un método para conseguir que la tutela de los menores se alargue durante algunos meses o años. Así pueden esperar que los papeles lleguen a tiempo y al cumplir la mayoría de edad no caigan en una situación de irregularidad.

Con permisos modificados o no, las familias marroquís han descubierto que la burocracia no está ayudando a sus hijos, e intentan evitarla como pueden. Es una estrategia más para lograr que sus pequeños, que se han jugado la vida para llegar hasta este supuesto Dorado, puedan conseguir oportunidades y ser tratados como ciudadanos.