Dos curas más agravan la crisis de pederastia de la Iglesia de Tarragona

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Guillem Sànchez

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Dos nuevos curas han agravado la crisis de pederastia que vive la Iglesia de Tarragona tras los abusos sexuales cometidos por el rector Pere Llagostera que ha destapado EL PERIÓDICO. El Arzobispado de Tarragona, tras "las informaciones publicadas en los medios", ha enviado un comunicado este martes en el que explica que dos sacerdotes que siguen en activo actualmente han sido objeto de investigaciones por parte de la Doctrina de la Fe del Vaticano, el órgano encargado de investigar los casos de pederastia. Da el nombre de uno de ellos, F. Xavier Morell Rom, pero no el del segundo. Según fuentes del sector de la educación consultadas por este diario, el sacerdote Josep Maria Font fue apartado por la Conselleria d'Ensenyament tras un caso de posibles abusos en un colegio del Alt Camp. Ni el arzobispado ni tampoco las parroquias han querido confirmar ni desmentir que Font, tal como apuntan todos los indicios, es el segundo cura referido.

Morell, poco después del comunicado enviado por el arzobispado, que se ha reunido este martes para tratar el asunto, ha presentado su dimisión por la tarde. "Ante las últimas noticias, y aunque los hechos ocurridos no impiden el ministerio de mis funciones en la parroquia de Constantí, he decidido solicitar ausentarme un tiempo", ha dejado escrito en una nota. 

Antes de llegar a Constantí, Morell fue sorprendido en el 2010 en posesión de pornografía infantil, según han avanzado Tarragona Digital y Catalunya Ràdio, pero el caso, que llegó a los tribunales, acabó archivándose, detalla el comunicado del arzobispado. No fue objeto de ninguna pesquisa interna dado que la legislación canónica vigente entonces no consideraba este hecho un "delictum gravius" (delito grave). En noviembre del 2016 sí fue investigado por el Vaticano, después de ser activada la Doctrina de la Fe por el arzobispado, a causa de una denuncia por abusos sexuales cometidos contra un menor. La resolución vaticana de este segundo caso fue archivarla "pro nunc" (por ahora).

Ambos incidentes no impidieron que Morell fuera enviado en septiembre del 2018 a la parroquia de Constantí, donde ha seguido ejerciendo hasta este martes, el mismo destino que ocupó entre 1972 y 1999 Pere Llagostera, que abusó de al menos una decena de monaguillos durante excursiones a refugios al Pirineo de Lleida, montadas por él a comienzos de la década de los setenta, y de un alumno del colegio de Constantí a quien daba clases de repaso tras el horario escolar, a finales de los ochenta. Joan Reig, batería de Els Pets, fue una de las víctimas de Llagostera, y escribió en la canción de ‘Corvus’, incluida en el álbum 'Som' del grupo de Constantí, los abusos de este sacerdote.

El segundo cura investigado

Josep Maria Font, que según todos los indicios es el segundo cura investigado por el Vaticano, también formaba parte de las excursiones del mosén Llagostera al Pirineo leridano. En realidad, a él acudieron a pedir auxilio los monaguillos, según relató a este diario Joan Maria Ramon –el hombre que ha tirado de la manta 50 años después–, y reaccionó ante su petición de ayuda fingiendo que no les creía. Font, que entonces era seminarista, estuvo durante aquellas colonias a las órdenes de Llagostera. No consta, sin embargo, que Font abusara de ningún monaguillo. Tampoco que, a pesar de tener constancia de las acciones del mosén, diera aviso alguno en Constantí, o al arzobispado.

La primera alarma que se activó fue muchos años después, en el colegio del municipio de Cabra del Camp (Alt Camp). En este centro, Font ejerció de profesor de religión. Según fuentes consultadas, en el 2011, maestros de la escuela presenciaron una escena que generó una gran incomodidad en el claustro: sorprendieron al cura encerrado en una habitación con dos niñas, hermanas, sobre el regazo. La escena, difícil de digerir por la proximidad existente entre docente y alumnas, inquietó tanto al profesorado que puso el caso en conocimiento de la Conselleria d'Ensenyament. La Generalitat reaccionó en dos sentidos: apartó al profesor de religión de colegio, y de cualquier otro centro sobre el que tuviera jurisdicción, e informó al arzobispado de Tarragona. La familia de las dos menores, por su parte, presentó una denuncia policial pero, antes de que se celebrara el juicio, la retiró para ahorrarles un proceso traumático a las niñas.

El arzobispado de Tarragona, informado por Ensenyament en el 2011, reaccionó enviando al cura Font a la parroquia de Sant Pere, en Cambrils (Baix Camp). Allí ejerció hasta junio del 2015, cuando fue apartado de forma fulminante por el arzobispado. Font ni siquiera pudo despedirse de los feligreses, algo que causó sorpresa en la comunidad, y un homenaje que estaba previsto dedicarle a su figura tuvo que ser cancelado y acabó celebrándose un año después. El mosén que lo sustituyó, Joan M. Banús, se hizo cargo de la parroquia el 29 de junio del 2015 y niega estar al corriente del motivo por el cual Font fue reemplazado de urgencia.  

El segundo cura al que alude sin citarlo el arzobispado de Tarragona, que rehúsa confirmar si se trata de Font, fue denunciado por abusos sexuales en junio del 2015 –cuando Font fue apartado repentinamente de la parroquia de Cambrils– y, en este caso, la investigación del Vaticano concluyó que debía recibir "medidas disciplinarias proporcionales a los hechos probados".

El comunicado del arzobispado este martes sí pide de forma explícita "perdón" a las víctimas que han sufrido abusos por parte de sacerdotes de Tarragona y se compromete a reparar "los daños espirituales y morales" que les hayan causado y a convertir los espacios eclesiales en lugares "absolutamente seguros para la infancia y la juventud". En el último punto de la misiva asegura que "seguirán investigando los hechos denunciados y colaborando con la justicia del país para aclararlos". No aclaran, sin embargo, si ambos curas fueron denunciados a la policía cuando fueron investigados internamente, tras las sospechas de junio del 2015 y noviembre del 2016.