Una de cada tres jóvenes acceden a mantener relaciones sexuales sin desearlo

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zentauroepp46781800 cjas190201182335 / ELISENDA PONS

Elisenda Colell

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Una de cada tres mujeres catalanas de menos de 30 años reconoce no tener voz ni voto a la hora de usar un método anticonceptivo, y el 27% aseguran que "frecuentemente" mantienen relaciones sexuales sin quererlas. Son datos recogidos durante el 2018 por el Centre Jove d’Anticoncepció i les Sexualitats (CJAS). La asociación Drets Sexuals i Reproductius de Catalunya propone una asignatura "troncal" sobre derechos sexuales durante toda la enseñanza.

"No se trata de ser alarmistas, los jóvenes no están yendo a peor, pero hasta ahora no teníamos datos para cifrar lo que siempre ha sido una realidad incómoda", aclara Sílvia Aldavert, coordinadora de la asociación Drets Sexuals i Reproductius. Aun así, la violencia sexual entre adolescentes preocupa en la entidad. Los datos que aporta el primer centro de planificación familiar de Catalunya apuntan, sobre todo, que las jóvenes no son escuchadas en la cama. Y no solo eso. "Tampoco son conscientes de ver eso como algo negativo, violento y que no se puede permitir. Lo están normalizando", asegura la experta.

Casi 1.500 entrevistas

En la encuesta se interrogó a 1.478 chicas catalanas de menos de 30 años a lo largo del 2018. Algunas respondieron directamente en la sede de la entidad en Barcelona, mientras que otras lo hicieron en diversas visitas a institutos, universidades o 'casals'. El 30% de estas jóvenes manifestaron que su pareja no les deja escoger el método anticonceptivo que van a usar. En palabras de Aldabert, "el chico no quiere ponerse condón y ellas acatan". También una de cada tres dijeron mantener relaciones sexuales no deseadas "a menudo". Y de estas, la mitad no lo identificaron como un acto de violencia sexual. Entre las que sí lo creen así, el 42% añadió que había experimentado violencia física al mismo tiempo.

Celos, control y patriarcado

Más allá de los datos, si entramos en el terreno cualitativo, el equipo de profesionales del Centre Jove hace un diagnóstico muy claro del comportamiento que mantienen los jóvenes. "Sigue calando el mito del amor romántico y la media naranja", idea que combinada con los roles de género, se transforma en una bomba de relojería. "Hemos enseñado a los chicos a ver el sexo de forma egoísta, una actividad con la que disfrutan ellos", asegura Aldabert. Mientras, las chicas se ven arrojadas a la lógica de la sumisión. "Ven los celos y el control, como algo romántico", y a partir de ahí se masca la tragedia. Ellos toman las riendas sin pensar en ellas (y a veces ni respetarlas), y ellas lo aceptan a cambio de un supuesto amor verdadero. “La publicidad, la pornografía, la educación, y la sociedad patriarcal en general han creado este caldero”. Ahora el reto es romper con todo esto.

Asignatura de sexualidad

En la asociación lo tienen claro: "Tenemos que dar a conocer los derechos sexuales des de que son pequeños". Y proponen impartir asignaturas de sexualidad en el currículo durante todas las etapas educativas, siempre adaptadas a la edad. De pequeños, que conozcan su propio cuerpo, trabajando las relaciones del respeto; más adelante una crítica de la publicidad o los cuentos y de adolescentes promover espacios de diálogo para trabajar el consentimiento con equipos de educadores o psicólogos formados en la materia. "Ahora lo estamos abordando con el profesor de catalán dando una pausa, en alguna tutoría o haciendo un taller de prevención de enfermedades de transmisión sexual: tienen que poder identificar la violencia", asegura la responsable de la asociación. Creen que los profesores “no están suficientemente formados”. Pero la alternativa de la familia tampoco funciona. Primero, porque durante la adolescencia los padres dejan de ser referentes para los chicos. Y segundo, porque muchas familias tampoco saben muy bien cómo abordar el tema. "Seguimos reproduciendo roles patriarcales: le damos el condón a nuestra hija para que no se quede embarazada, y a él no le decimos ni que tiene que pensar en el placer de la chica. Tenemos que hacer algo distinto para romper este círculo vicioso". Aún así, lamentan que la Generalitat siempre se haya "cerrado en banda" a la hora de abordar esta propuesta.