El 80% de crías de aves marinas muere en su primera semana de vida en el mar especialmente en zonas con más pesca ilegal

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Investigadores españoles y franceses han estudiado las migraciones de las aves marinas y han detectado que el 80 por ciento de las crías mueren durante su primera semana de vida en un radio de 50 kilómetros de una zona del Mediterráneo con mayor incidencia de pesca ilegal.

Investigadores de la Estación Biológica de Doñana y del Instituto de Ciencias del Mar, ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en colaboración con científicos del Centre d'Ecologie Fonctionnelle et Evolutive (CNRS) de Francia, han estudiado los movimientos de juveniles de pardela cenicienta (Calonectris diomedea) en el mar durante los primeros meses de independencia tras dejar el nido. El trabajo se publica esta semana en la revista Royal Society Open Science.

En concreto, siguieron con emisores satelitales a 10 juveniles y 5 adultos de pardela cenicienta de modo que se ha podido describir la migración de las aves adultas durante tres meses en la colonia de cría de las Islas Chafarinas, un pequeño archipiélago situado en aguas mediterráneas y muy cercano a la costa norte de Marruecos y a la frontera con Argelia.

Con esta tecnología se describió la ruta migratoria de las aves adultas hacia el sur de las costas africanas durante unos tres meses, que es el tiempo en el que el dispositivo permanece fijado al dorso del individuo hasta desprenderse.

Sin embargo, el trabajo destaca que de manera inesperada, el 80 por ciento de los juveniles dejaron de dar una señal antes de terminar su primera semana de vida en el mar. La primera autora, Isabel Afán, y la responsable del proyecto, Manuel Forero, de la Estación Biológica de Doñana, han subrayado que el hecho de que la mayoría de ellos desapareciera en un radio de 50 kilómetros alrededor de la colonia de cría, y en un área con una de las concentraciones más altas de actividad pesquera ilegal en el Mediterráneo Esto les hace pensar que "pudieron haber sido víctimas de las aves de pesca".

El estudio insiste en la necesidad de estudiar el riesgo de capturas accidentales por artes de pesca para las aves marinas, que solo se acercan a tierra firme durante la época de reproducción. A continuación inician una larga migración para llegar a las zonas donde pasarán el invierno.

Uno de los aspectos más desconocidos de este grupo de depredadores marinos de larga vida son los movimientos y las estrategias de los individuos más jóvenes durante la migración.

Los investigadores añaden que los juveniles son especialmente vulnerables al riesgo de sufrir daños por las artes de pesca, principalmente de embarcaciones de palangre.

Sin embargo, al no tener evidencias directas, hay que tener en cuenta otros factores como posible causa de esta mortalidad, dicen los científicos. Por ejemplo, una posible causa sería que, al no tener aun las habilidades necesarias para conseguir alimento de manera óptima, los juveniles no hayan podido sobrevivir a los primeros días sin atención parental.

Tampoco descartan que pueda tratarse de eventos de mortalidad asociada al impacto lumínico, que es la principal causa de mortalidad en juveniles en otras zonas donde nidifica esta especie, como es el caso del Archipiélago Canario.

"Nuestro trabajo pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo un mayor número de estudios encaminados a conocer la distribución y las estrategias de movimiento durante los primeros meses en aves marinas de larga vida. Solo así podremos llegar a evaluar la interacción de esta parte de la población con actividades humanas, principalmente con la actividad pesquera", han manifestado Joan Navarro y Marta Coll del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC.

Asimismo, han añadido que de acuerdo con las evidencias existentes hasta la fecha saben que "hay tipos de pesca, como es el caso del palangre de superficie, que afectan de manera negativa a numerosas de estas especies, ya que las capturan de manera accidental en las largas líneas de anzuelos que utilizan".

Aunque aún no hay suficientes datos directos, los investigadores creen estar "bastante seguros" de que esta mortalidad tiene que ver con las pesquerías, por lo que señalan que son necesarios nuevos estudios.

"El uso de novedosos aparatos de seguimiento remoto, con cámaras digitales o detectores de radares de embarcaciones, podrían ayudar a interpretar mucho mejor estos resultados", comentan.