Uno de cada tres padres admite estar enganchado al móvil, más que sus hijos

Una chica mira un móvil

Una chica mira un móvil / EL PERIÓDICO

Patricia Martín

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Si usted está cenando con su familia y mira inmediatamente el móvil cuando le entra un wasup. Si pasa más tiempo en el parque, pendiente del teléfono, que de jugar con sus hijos. O si, durante el fin de semana, no es capaz de desconectar un rato, probablemente se encuentre entre el grupo de padres que hacen un uso excesivo de la tecnología y no son un buen ejemplo para sus descendientes. Son uno de cada tres, según la mayor encuesta en la materia, que concluye que, con carácter general, los progenitores están más enganchados a las nuevas tecnologías que sus hijos, pese a que estos han nacido y viven en un mundo digital.  

De hecho, las familias sitúan en 10 años como la edad media más adecuada para que los menores tengan su primera tableta y los 13 años un móvil. Si bien, casi el 40% considera que ha permitido que su hijo tenga un teléfono demasiado pronto, según una encuesta realizada por GAD3 para la asociación de padres Empantallados, que aglutina a progenitores preocupados por acompañar a sus hijos en el mundo digital.

Los conflictos

El estudio señala que el ciberacoso, la relación con desconocidos, el acceso a contenidos inadecuados, la pérdida de tiempo o la sobreexplotación de su imagen son los temas que más preocupan a padres y madres, en contexto en el que el 66% considera que las pantallas están desempeñando un papel favorable en la vida familiar mientras que cuatro de cada 10 cuatro afirman que las nuevas tecnologías son una fuente habitual de conflictos con sus hijos. Es más, el 74% opina que no les ha servido para unirse más a sus descendientes.

Ante este panorama, en la presentación del estudio varios especialistas animaron a los padres a no sobreproteger en exceso a sus hijos, sino a saber "acompañarles" en el mundo virtual; a conocer y respetar sus gustos, su perfil tecnológico y a poner normas claras, sobre cómo usar las tecnologías, pero sin impedir radicalmente su uso. "La tecnología no nos puede pillar a los padres en modo off", sostuvo María Zalbidea, autora del blog ‘Cosiendo la brecha digital’.