La Caixa ha ayudado a más de 150.000 personas en el proceso final de su vida

La Caixa. Programa de atención al final de la vida

La Caixa. Programa de atención al final de la vida / periodico

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Aranzazu Espejo tenía 24 años cuando, hace 12 meses, perdió a su madre, que falleció de un cáncer cerebral. Su familia tuvo la suerte de entrar en el programa ‘Atención integral a personas con enfermedades avanzadas’ y contar, gracias a la Obra Social La Caixa, con la ayuda de una psicóloga, Olga, que ayudó a que su madre dejara la vida “sin sufrimiento y de una manera digna” y a ella y a su hermana a “tener una despedida íntima y consciente” de un ser tan querido. Fueron las palabras que empleó este jueves para describir su experiencia en una rueda de prensa en Madrid previa al acto de conmemoración de los 10 años del programa asistencial, al que prevé acudir esta tarde la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.

Como complemento a la estrategia de cuidados paliativos del sistema nacional de salud, la Obra Social La Caixa ha atendido a 153.953 personas en el proceso final de su vida y a 210.936 familiares a lo largo de estos años, casi 12.000 sólo en Catalunya. Se calcula que en torno a 1,5% de la población padece enfermedades avanzadas y de ellas el programa ha atendido en torno al 20%, en el proyecto más numeroso de la Obra Social.

De hecho, cuenta con el respaldo de la comunidad científica internacional. El Consejo de Europa destacó hace un mes que es un modelo de “excelencia psicosocial”, según señaló Xabier Gómez-Batiste, director científico del programa, quien consideró que aunque el proyecto no puede llegar a todos los pacientes, sí que ha servido para que se “generalice” la necesidad de implantar cuidados paliativos de calidad, justo antes de que se apruebe definitivamente la llamada ley de muerte digna, destinada precisamente a extender este derecho.

En 128 hospitales

El programa, implantado en 128 hospitales y en 133 unidades de apoyo domiciliario, a través de 42 equipos de atención psicosocial, busca proporcionar al enfermo en su fase final de la vida y a sus familiares apoyo emocional, social y espiritual, teniendo en cuenta la atención al duelo, el apoyo a los profesionales de cuidados paliativos y el acompañamiento a cargo de más de 1.000 voluntarios.

Según explicó Aranzazu Espejo, el apoyo psicológico les ayudó a “entender el duelo como un proceso”, en su “primer contacto con la muerte” y al haberse podido “despedir” de su madre con “calidad” el proceso fue “con más serenidad”. Como Espejo, el 92% de las personas atendidas califican como excelente o muy buena la atención recibida y cerca del 90% aseguran que les ha ayudado a resolver temas difíciles, como de comunicación o de relación con la familia y el entorno.

Las acciones complementarias

El programa tiene acciones complementarias como el proyecto final de vida y soledad, para atender a personas con enfermedades avanzadas y que están muy solas; la escuela de cuidadores, ubicada en Barcelona y dirigida a familiares y voluntarios para ayudarles a disminuir la carga emocional y física que supone el cuidado de otra persona; y el ‘espaciocaixa’ de atención integral, que proporciona entornos acogedores pensados para los pacientes ingresados.