SECTOR EN LUCHA

El taxi anuncia una ola de demandas contra Uber, Cabify y el Estado

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Carlos Márquez Daniel

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En la misma sala y en la misma silla, cinco días después. El jueves fue el turno de la patronal de las VTC. Y este martes le ha tocado dar su versión a la contraparte, a los taxistas. No han dejado títere con cabeza, como suelen hacer, y aunque todo parece depender de lo que decida el viernes el Govern sobre la posibilidad de imponer la precontratación a Uber y Cabify, los taxistas anuncian la puesta en marcha de una ofensiva legal contra estas multinacionales. Lo que pase en las calle a partir de la semana que viene, ya se verá.

Se trataba de ir desmontando todos y cada uno de los argumentos presentados por la patronal Unauto VTC, que la semana pasada recordó que cualquier modificación de su negocio implicaría que la Generalitat debería indemnizarles con 1.050 millones de euros. Para contrarrestar ese relato, los taxistas se han traído a su abogado de cabecera, Elpidio José Silva, que además de experto en la materia es un auténtico piquito de oro. El letrado ha avanzado la intención del gremio de abrir en próximas fechas tres frentes legales. En primer lugar, una demanda civil y una querella criminal contra Uber y Cabify por intentar “liquidar un sector protegido por directivas europeas”. Y después, una demanda contra el Estado por “daños patrimoniales”, esto es, por el dinero que ha dejado de ganar cada taxista por culpa del desembarco de estas aplicaciones. Han calculado que el montante ronda los 50.000 euros por licencia (en España hay cerca de 70.000 y en el Área Metropolitana de Barcelona, 12.519). En resumen, si las VTC exigen indemnizaciones, el taxi reclama dos tazas.

Humanos insustituibles

Alberto Álvarez, portavoz de Elite Taxi, ha sido muy claro al explicar los objetivos del gremio: “La tecnología es muy bonita, pero primero están las personas y no vamos a dejar que las máquinas nos substituyan”. Sobre la acusación de “monopolio del transporte” vertida la semana pasada por Eduardo Martín, presidente de Unautov VTC, Álvarez ha recordado que el gremio está formado por “un 90% de autónomos que compiten entre sí” y que en cualquier caso “se deben a una regulación en la que tienen poco margen de maniobra”. En este sentido, Luis Berbel, veterano presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya, ha recordado que los taxistas llevan años haciendo propuestas a la Administración para intentar modernizar su negocio. “El taxi compartido, la tarifa única o la aplicación única para toda Catalunya son algunas de las propuestas que hemos hecho hace tiempo al Instituto Metropolitano del Taxi y que siguen esperando en un cajón”. También se ha hablado de paradas inteligentes con ‘wifi’. “Pero siempre nos encontramos -ha añadido Álvarez- con un muro mientras por la derecha te van adelantando” empresas como Uber o Cabify”.

Silva ha emulado la que podría ser su defensa de los hechos delante de un tribunal popular. Con la lección muy aprendida, ha recordado que la directiva comunitaria 123/2006 del Parlamento Europeo, en su artículo 21directiva comunitaria 123/2006, ya protege a los taxistas, como lo hace con las ambulancias, los servicios portuarios o el resto del transporte público. “España lleva nueve años incumpliendo sistemáticamente esta normativa europea, y no solo está en juego el taxi, también un modo de vivir dentro del capitalismo”. El abogado ha culpado directamente a los gobiernos del PP de la situación, asegurando que se ha permitido “la entrada de buitres en el sector del taxi”, y ha cifrado en 25.000 millones el rescate total del sector en el caso de que estuviera en juego su desaparición.

Viernes crucial

Los taxistas tienen cita el viernes con los responsables del Departament de Territori i Sostenibilitat para empezar a concretar el reglamento metropolitano que debería, o ese es su deseo, poner coto a las VTC. Álvarez se ha mostrado “confiado” y ha instado a Unauto a reclamar las posibles indemnizaciones al Estado y no al Govern, que, a su modo de ver, nada tiene que ver con las licencias que se han ido entregando en los últimos años. Lo que vaya a suceder a partir del viernes dependerá de si Territori apuesta o no por que los usuarios de Uber y Cabify tengan que reservar estos servicios con horas de antelación. Si no sale adelante, el taxi saldrá a la calle a lo grande. Si se aprueba, las VTC pedirán 1.050 millones a la Generalitat. Difícil decisión para el ‘conseller’ Damià Calvet. En cualquier caso, y como de costumbre, esto parece que no ha hecho más que empezar.