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Bomberos sin mangueras y otras carencias del cuerpo de la Generalitat

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Guillem Sànchez

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Las carencias que sufren los Bombers de la Generalitat superaron límites absurdos durante la campaña forestal del 2018. La falta de suministro de mangueras hizo que algunos parques se vieran obligados a reutilizar y reparar algunas de las desechadas. Un recurso contrario a la normativa interna del que se echó mano para evitar presentarse a un siniestro -literalmente- sin mangueras frente a las llamas. "Desde hace años, lo que se estropea ya no se arregla", resume un bombero de Maçanet de la Selva, cuyo parque sufre goteras grotescas que atraviesan un techo de uralita que nadie parece interesado en cambiar. Y esta "precariedad es extensible a todo el territorio catalán y se ha evidenciado en el fuego mortal de Badalona", avisan los sindicatos UGT, CCOO, CATAC y CSIF.

Los déficits que sufre el cuerpo de emergencias son de material, de instalaciones y de personal, "sobre todo, de personal", insisten bomberos de distintos parques consultados por EL PERIÓDICO. "Necesitamos más bomberos porque somos muy pocos y porque la plantilla ha envejecido", recuerdan desde Girona, donde "la media edad debe de estar por encima de los 40 años". La Conselleria d'Interior ha convocado 250 nuevas plazas y ha prometido que habrá un concurso cada año -consecutivamente- hasta llegar a los 1.000 nuevos profesionales.

Casi nadie confía en que se cumplan estos planes de la 'conselleria'. Y aun en el supuesto de que así fuera, como sucede con los Mossos d’Esquadra, tantos años sin promociones han dejado un agujero difícil de rellenar. Actualmente, según los sindicatos, hay 2.093 bomberos de la Generalitat, un 25% menos que hace algo más de una década, cuando ya se constató que eran insuficientes. La comparación con los bomberos del Ayuntamiento de Barcelona, además, es odiosa, especialmente en cuanto a recursos. Este año salen 80 nuevas plazas para el cuerpo municipal y varios bomberos de la Generalitat tienen intención de opositar para cambiar de organización. 

Negativa a hacer horas extras

En este contexto, siempre ha suscitado resquemor entre los bomberos los cuantiosos contratos de alquiler y compra de medios áereos, o que "en el 2013", en el ecuador del austericidio, "se renovara el contrato con Abertis, que provee las comunicaciones de Mossos, Bombers y Agents Rurals, por 160 millones de euros en total, para una red que no permite el tráfico de datos y solo sirve para locuciones de voz -a través de 'walkies'- con lagunas graves de cobertura en zonas de riesgo de fuego forestal, interiores o subterráneos", señala un cabo de Valls al frente de un chat interno de Telegram reivindicativo. Tampoco los nueve millones invertidos en Eolia en el 2010 "han aportado ninguna mejora" en las comunicaciones. Las búsquedas de personas perdidas se siguen realizando "con mapas de papel", sin haber integrado herramientas de geolocalización que los ciudadanos ya usan en su día a día. "Y de incluir drones en el futuro, algo que ya es 'presente' en las emergencias de otros países, ni rastro", añade.

Parques bajo mínimos

En una votación interna reciente, en la que participaron tres cuartas partes del colectivo, más de 1.000 resolvieron mantener la negativa de hacer horas extras. "No es una huelga, es una protesta para dejar al descubierto el verdadero tamaño del cuerpo sin este esfuerzo suplementario", matizan. A raíz de la protesta, según los sindicatos, el 75% de los parques están bajo mínimos desde el 1 de diciembre, cuando comenzó. Esto implica que en muchos puntos del territorio existan dotaciones de solo tres bomberos que obligan a trabajar en unas condiciones arriesgadas tanto para los propios funcionarios como los cuidadanos a quienes socorren.

También supone que muchos parques, que ni siquiera cuentan con estos efectivos, deben cerrarse durante guardias enteras. "Hace pocas semanas hubo un fuego en Sant Hilari y los parques de Cassà de la Selva, Hostalric y Amer estaban cerrados. Quedaban Santa Coloma de Farners, que acudió a Sant Hilari, y Maçanet que asistió en un siniestro a Lloret de Mar. Durante horas, la comarca de la Selva entera se quedó sin bomberos. Eso estresa mucho porque si hubiera ocurrido cualquier cosa se habría tardado mucho en llegar, imaginar que te presentas a un fuego que lleva media hora ardiendo…", explican funcionarios que han votado seguir con esta negativa.

Quienes más presión sostienen con las carencias materiales "son nuestros mandos", les reconoce un bombero de Girona, que son conscientes de que continuamente están liderando intervenciones de riesgo basadas en herramientas que "pueden fallar". "Porque fallan cosas tan básicas como las máscaras de oxígeno, los 'Lukas' -máquina para liberar personas atrapadas por la carrocería en un accidente de tráfico- o camillas de plástico -agrietadas por años expuestas al calor de las llamas- que usamos para rescates de altura".

Estas son algunas muestras de la realidad de Bombers de la Generalitat que enumeran los propios funcionarios:

Camiones antiguos

La mayoría de los camiones comienzan a acumular demasiados años de servicio. Pero el estado actual del parque móvil no se justifica únicamente por la falta de liquidez en las arcas de la Generalitat. Durante el pasado verano, en plena campaña forestal, numerosos vehículos se quedaron apartados porque no se había previsto instalar a tiempo cinturones en los asientos traseros.

Instalaciones deterioradas

Desprendimiento de la fachada del parque de bomberos de la Generalitat en Cambrils.

Desprendimiento de la fachada del parque de bomberos de la Generalitat en Cambrils. /

La mayoría de parques, un lugar en el que los bomberos hacen guardias de 24 horas que incluyen la pernoctación, presentan un deterioro notable. El presente año ha habido desprendimientos en la fachada (Cambrils), goteras (Maçanet de la Selva) o puertas vencidas de las cocheras (Manresa). El parque de Moià sigue siendo de barracones.     

Falta de equipamientos básicos

El déficit de material afecta actualmente a cosas tan prosaicas para un bombero como las mangueras, las máscaras de aire o los EPI (Equipo de Protección Individual). Los profesionales afirman que las solicitudes para que se reemplacen prendas del uniforme se alargan 'sine die' y que la 'descontaminación' de los trajes de intervención, a diferencia de lo que ocurre en cuerpos como el de Barcelona, dista mucho de llevarse a cabo tras cada actuación en la que se exponen a combustiones tóxicas. 

Arietes 'caseros'

El cuerpo fabricó hace tiempo por su cuenta arietes para derribar puertas de domicilios. Era una herramienta casera y circunstancial que debería haber sido substituida por útiles profesionales. La realidad es que se han consolidado como los arietes 'reglamentarios'. 

Camión del 'AVE' estropeado

El parque de Figueres dispone de un camión diseñado para desplazarse a través de los raíles del AVE en el Túnel del Pertús, entre Catalunya y Francia. Su existencia responde a la necesidad de cubrir una emergencia en el interior de este espacio inaccesible con los vehículos regulares. Actualmente, y no es la primera vez, está estropeado. 

Falta de autoescaleras

La exigua flota de camiones con autoescalera, decisivos en un incendio como el de Badalona en el que hubo que rescatar a numerosas familias a través de las ventanas, implica que cuando se estropean dos o tres al mismo tiempo surjan problemas para cubrir con garantías zonas grandes con poblaciones importantes. 

Externalización del trabajo

El modelo de extinción de incendios de Catalunya se sustenta en parte sobre los bomberos voluntarios y los ADF (Agentes de Defensa Forestal). Son recursos necesarios de rango inferior a los profesionales. Sin embargo, debido a la falta de funcionarios, cada vez asumen un papel mayor en los fuegos forestales.