La juez encarcela a Bernardo Montoya por asesinato, agresión sexual y detención ilegal

La familia de Laura Luelmo pedirá prisión permanente revisable para su asesino confeso

El asesino confeso de la profesora Laura Luelmo, trasladado desde la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, el 19 de diciembre del 2018

El asesino confeso de la profesora Laura Luelmo, trasladado desde la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, el 19 de diciembre del 2018

Julia Camacho

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Dos meses después de salir en libertad, Bernardo Montoya regresó ayer de nuevo a prisión. La juez de instrucción 1 de Valverde del Camino (Huelva) ordenó su encarcelamiento preventivo acusado del asesinato de Laura Luelmo, la maestra de Zamora cuyo cadáver fue localizado el lunes junto a una acequia en El Campillo. Le imputa además un delito de agresión sexual y otro de detención ilegal. La abogada que representa a su familia ya ha anunciado que reclamará la máxima pena prevista en el ordenamiento jurídico, la prisión permanente revisable.

La juez entiende que sobre Montoya, de 50 años, pesan “contundentes indicios de criminalidad en relación a la perpetración de los hechos”, según apuntó poco antes de tomarle declaración en el auto por el que levantaba el secreto de sumario. Las evidencias científicas recopiladas por la Policía Científica se han encargado no solo de desmontar su versión de lo sucedido, sino de confirmar que asaltó a la chica y la llevó a su casa, donde la agredió sexualmente y la golpeó hasta causarle diversas contusiones. En su auto de ingreso en prisión, la juez ha tenido en cuenta además de la gravedad de los hechos, la posibilidad de eliminación de pruebas y el riesgo de fuga, así como "el riesgo de que cometa otros hechos delictivos de la misma gravedad que los ahora encausados", según explicaron fuentes judiciales. Y es que Montoya arrastra a sus espaldas un largo historial de condenas por asesinato y robo con violencia que le han mantenido media vida entre rejas. La medida de prisión fue solicitada por el ministerio público y la acusación particular, mientras que la defensa reclamó su puesta en libertad.

Tras abandonar los calabozos de la Guardia Civil en Huelva a primera hora de la mañana, entre la indignación y gritos de “asesino” de medio centenar de vecinos, Montoya fue conducido al cuartel de Valverde, donde esperó hasta última hora de la tarde a que los agentes concluyeran su atestado. Estuvo declarando más de cinco horas, al termino de las cuales la juez ordenó su ingreso en prisión.

Máxima pena

Horas antes, la familia de la víctima, que estará representada como acusación particular por la delegada regional de la asociación Clara Campoamor en defensa de las mujeres víctimas de violencia de género, confirmaba que sin duda pedirían la prisión permanente. “Ahora mismo está todo secreto, en cuanto se levante podremos estudiarlo con la Fiscalía y presentar una acusación formal”, explicó, apoyándose en el peso de la sólida acusación armada por la Guardia Civil contra Montoya confirmando que la chica fue víctima de una agresión sexual y posteriormente golpeada, lo que le causó la muerte.

Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil continuaron ayer recabando pruebas para aclarar las incógnitas que se ciernen aún sobre la investigación. Por ejemplo, el objeto empleado para golpear a Laura en la cabeza y causarle diversas contusiones. También para determinar con exactitud los movimientos realizados por Montoya desde que asaltó a la joven en algún momento de la tarde del 12 de diciembre hasta que la abandonó en el paraje de Las Mimbreras.

Los agentes ya han hallado una bolsa de plástico con las pertenencias de la chica, así como la manta donde fue envuelta para supuestamente trasladarla en el interior de su vehículo. Las pesquisas realizadas hasta el momento han permitido desmontar la versión ofrecida por el asesino confeso y confirmar no solo que hubo agresión sexual, sino que además se produjo en la casa del detenido, quien trató de eliminar el rastro limpiando con lejía y esparciendo los objetos que pudieran incriminarle.