La inmigración, salvavidas de la crisis demográfica española

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Macarena Baena

La llegada de inmigrantes en el primer semestre del año ha conseguido contrarrestar la crisis demográfica que sufre España, un país en el que cada vez nacen menos niños y donde la población es cada vez más vieja.

Como ocurre desde 2015, el crecimiento de la población solo se sustenta en la llegada de extranjeros ante la incapacidad de los distintos gobiernos de España de implementar medidas de igualdad, conciliación e impulso a la maternidad que mejore su tasa de natalidad.

Y no será por falta de encuestas, estadísticas y estudios que insistan en la necesidad de acometer reformas y aprobar medidas para aumentar el número de hijos que actualmente está en 1,33 por mujer. En España ya solo hay dos millones de niños menores de 5 años.

Según lo datos difundidos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el saldo migratorio, es decir la diferencia entre el número de personas que ha llegado a España en el primer semestre y el que se ha ido fue de 121.564 personas.

Una cifra que ha servido para compensar la caída demográfica (nacimientos menos muertes) que ha registrado España en ese periodo y que se ha saldado con una pérdida de población de 46.273 personas.

Es decir, que la resta entre el saldo migratorio y el vegetativo da como resultado un aumento de la población residente en España de 74.591 personas, hasta los 46,7 millones de habitantes de los que el 10 %, 4,6 millones son extranjeros.

Según las Cifras de Población (CP) y la Estadística de Migraciones (EM) correspondiente al primer semestre de 2018 del INE, estos datos consolidan el crecimiento de la población española iniciado en la segunda parte de 2015 tras casi cuatro años de caídas consecutivas.

Si se detallan las cifras, el aumento de población entre enero y junio fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 46.273 personas (178.939 nacimientos frente a 225.212 defunciones), que fue compensado con un saldo migratorio positivo de 121.564 personas (llegaron 287.882 inmigrantes -que crecen un 23 % respecto al primer semestre del 2017- y 166.318 emigrantes -caen un 15,6 %-).

Así, en el primer semestre, la población extranjera residente en España ha aumentado en 123.254 personas mientras que la de nacionalidad española se ha reducido en 26.173, pese a contabilizarse las 43.882 personas que en ese periodo obtuvieron la nacionalidad española.

Si se profundiza en los datos se observa que los españoles nacidos en España se han reducido en 66.654 personas en la primera mitad de 2018.

Entre los extranjeros que han elegido España como país de residencia destacan los venezolanos, que aumentaron un 20 %, con 18.749 personas más mientras que los más numeroso de quienes se marcharon son los de Reino Unido (4.318) .

De quienes entre enero y junio decidieron venir a España casi 40.000 tenían nacionalidad española y, de ellos 15.636 nacieron aquí. De los que se han ido 40.856 son españoles, 25.822 de nacimiento.

Las nacionalidades más comunes de quienes han llegado hasta junio son la marroquí, la colombiana y la venezolana.

De quienes se han marchado destacan los rumanos, los británicos y los marroquíes.