Las nueve principales amenazas para la infancia

¿Cuántas personas en el mundo sabrían identificar qué se conmemora cada 10 de diciembre? Seguramente un número todavía demasiado bajo. Hoy se celebra el que debería ser considerado como uno de los días más importantes en nuestra historia reciente. Se cumplen 70 años de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, ni ocupa el lugar que debería en la opinión pública internacional ni —quizá en consecuencia— sus 30 artículos son respetados como sería deseable.

Desde una perspectiva de infancia, el cumplimiento de los derechos humanos sigue dejando mucho que desear. En Save the Children hemos analizado cuál es la actual situación a nivel global. Con motivo del Día de los Derechos Humanos recogemos nuestras nueve principales preocupaciones sobre la situación en el mundo de las niñas, niños y adolescentes:

1. Huida de la violencia: la infancia sigue siendo víctima de los conflictos armados y de todo tipo de violencia generalizada incluso en supuestas situaciones de paz. A finales de 2016, 28 millones de niños y niñas habían sido desplazados a la fuerza de sus lugares de residencia. El número que vive en zonas de conflictos también ha aumentado: de 1 de cada 10, a principios de 1990, a 1 de cada 6 en los últimos años.

2. Matrimonios infantiles: se calcula que, a este ritmo, más de 150 millones de niñas habrán contraído matrimonio antes de cumplir los 18 años en 2030. A pesar del progreso global, no hay ninguna región que se encuentre en condiciones de eliminar el matrimonio precoz antes de ese año. Todas las regiones necesitan acelerar el progreso, pero América Latina y el Caribe —región que prácticamente no ha conseguido ningún avance desde 1990— debe acelerar considerablemente el ritmo de reducción de este índice. Además, en África Subsahariana, debido al crecimiento de la población, el número de matrimonios de niñas previsiblemente irá en aumento.

3. Embarazos adolescentes: aunque la prevalencia de embarazos en niñas adolescentes parece estar descendiendo en todas las regiones excepto en América Latina y el Caribe, debido a que la población global de adolescentes continúa creciendo, las proyecciones indican que el número de niñas menores de 18 años que dan a luz al año aumentará en todo el mundo, de unos 7,8 millones en la actualidad a 8,8 millones en 2030. Los mayores aumentos proporcionales es probable que ocurran en África subsahariana.

4. Aumento de la desigualdad: la brecha en cuanto al retraso del crecimiento entre sectores ricos y sectores en situación de pobreza ha aumentado en la mayoría de países de ingresos bajos. Níger, Mali, la República Centrafricana, Chad, Sudán del Sur, Somalia, Nigeria, Guinea, Sierra Leona y la República Democrática del Congo encabezan un listado de países donde las desigualdades continúan creciendo, afectando especialmente a los niños y niñas.

5. Retraso infantil del crecimiento: el número absoluto de niños y niñas con retraso del crecimiento en África Subsahariana sigue aumentando. En África Occidental y Central este incremento se concentra de forma desproporcionada, donde el número de niños y niñas con retraso del crecimiento ha subido de 22,9 millones, en 2000, a 28,1 millones en 2016. En 2025, si se mantiene el escaso ritmo de progreso actual, en el mundo habrá 130 millones de niños y niñas con retraso del crecimiento (en lugar de la cifra objetivo de 99 millones) y más de la mitad de ellos se concentrará en África Subsahariana (comparado con alrededor de la tercera parte en la actualidad).

6. Mortalidad infantil: el progreso en los esfuerzos dirigidos a salvar vidas ha favorecido a los niños y las niñas de los países más desarrollados. Sin embargo, no hay ninguna región que se encuentre en condiciones de cerrar la brecha con relación a mortalidad infantil para 2030. Además, la mayoría de ellas tampoco podrá eliminar la disparidad en cuanto a índices de mortalidad de niños y niñas menores de 5 años entre los hogares más ricos y los hogares en la mayor situación de pobreza, ni si quiera para 2050. A pesar de los extraordinarios avances que se han producido en el mundo desde el año 2000, incluso si continúa la disminución de los índices actuales, más de 60 millones adicionales de niños y niñas morirán antes de cumplir los 5 años entre ahora y 2030, principalmente por causas prevenibles. Aproximadamente la mitad de estas muertes corresponderán a bebés recién nacidos.

7. Barreras para el acceso a la educación: el avance en los esfuerzos dirigidos a asegurar que toda la infancia acceda al ciclo completo de enseñanza primaria y secundaria se ha estancado. Aunque el número de niños y niñas que no pueden acceder a la educación disminuyó de forma constante durante la primera década del presente siglo, el avance, en esencia, se ha detenido durante los últimos años. Además, considerando el crecimiento de la población en las regiones con los peores resultados, se conseguirá una escasa disminución en el número global de niños y niñas no escolarizados en 2030, en comparación con la cifra actual. Asimismo, por lo menos 400 millones de niños y niñas van a la escuela, pero no aprenden (es decir, no saben leer ni tienen conocimientos básicos de aritmética).

8. Trabajo infantil: las cifras de trabajo infantil han aumentado en África Subsahariana. Entre 2012 y 2016, mientras que el índice de trabajo infantil en esa región aumentó del 21 al 22 %, en todas las demás regiones se consiguió reducirlo. La región también se encuentra entre las que han resultado más afectadas por el conflicto y la pobreza, lo cual aumenta el riesgo de trabajo infantil.

9. Abuso sexuales y violencia: ni las sociedades más desarrolladas han conseguido eliminar la violencia que sufren niños, niñas y adolescentes en su ámbito familiar o educativo. El acoso escolar y el ciberacoso siguen siendo una amenaza real que provoca incluso muertes. Los abusos sexuales y otras formas de violencia persisten en el círculo más cercano de miles de niños y niñas que se encuentran indefensos. El aumento de casos que han salido a la luz en países como España tras años de silencio evidencia la desprotección a la que la infancia todavía se enfrenta y la necesidad de legislar para acabar con la impunidad.

A pesar de lo escasamente halagüeño que resulta este diagnóstico, en Save the Children, con nuestro enfoque de trabajo global, desde una perspectiva de derechos humanos y gracias a nuestra presencia en más de 120 países, mantenemos nuestro compromiso por revertirlo.