6 claves para entender los peligros a los que se enfrentan los niños y niñas de la Caravana Migrante

Infancia migrante México

Infancia migrante México / Pedro Armestre

ALICIA IBARRA. SAVE THE CHILDREN

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1. ¿De qué huyen los niños, niñas y familias de Centroamérica?

De la violencia y la pobreza. El informe de Save the Children Atrapados muestra que Honduras, Guatemala y El Salvador se ubican entre los 10 países del mundo con un mayor índice de muertes por homicidio por cada 100.000 habitantes. Solo en Honduras, en el año 2015, los homicidios representaron la mitad de las muertes por causa externa entre niños y niñas.

Las maras y las pandillas en estos tres países son auténticos ejércitos que reclutan niños, niñas y adolescentes para ejercer la delincuencia. Se estima que el número de los miembros de las maras equivale al 83% del total de efectivos armados en los ejércitos y al 89% de la policía de estos países.

Los niños y niñas en situaciones de pobreza, con desnutrición o procedentes de hogares desestructurados están más expuestos al reclutamiento y a la violencia de estos grupos. El informe Atrapados explica cómo en Honduras y en El Salvador los niños a partir de los 8 años participan, en buena medida coaccionados o forzados, en actividades de apoyo a las bandas criminales (vigilancia, información, tráfico y venta de droga, robos, extorsiones y acciones violentas). Por su parte, las niñas son generalmente víctimas de abuso sexual, violencia de género o tráfico de personas.

2. ¿Cómo es el viaje a Estados Unidos?

Muy peligroso. Muchos niños, niñas y adolescentes que escapan de la violencia y la pobreza de Honduras, Guatemala y El Salvador hacen el viaje a Estados Unidos sin compañía de un adulto. Esto provoca que estén altamente expuestos a sufrir violencia, accidentes, abusos, explotación, e incluso a la muerte. Las mafias y los traficantes de personas, conocedores de esta realidad, usan sus posiciones de poder para vulnerar los derechos de la infancia.

Es el caso de Jacqueline, una joven de Honduras que, con tan solo 14 años, huyó sola de la violencia de San Pedro Sula, su localidad natal. Su sueño era reencontrase con su hermana, también menor, que había migrado a México. Cuando llegó a la localidad mexicana de Tapachula, buscó una habitación en la que instalarse. Cuando fue a ver la casa, varios hombres la rodearon y la violaron. Más tarde se entregó a la policía y acabó en un centro de menores, donde espera ser deportada.

Save the Children está trabajando en Tapachula, Ciudad de México y Tijuana dando apoyo psicológico a niños, niñas y adolescentes que, como Jacqueline, han vivido situaciones traumáticas durante el viaje.

3. ¿Por qué es una crisis migratoria y humanitaria?

Por el alto volumen de personas en situación de movilidad y por las condiciones extremas en las que se encuentran, para Save the Children se trata de una crisis humanitaria de proporciones desconocidas, tal y como también señaló Naciones Unidas. La Caravana Migrante ha supuesto un fenómeno nuevo en el tipo de movilidad humana, en el que miles de personas de perfiles muy diversos, que huyen de la pobreza y la violencia, se han unido para hacer un viaje más seguro.

4. ¿Es la primera Caravana Migrante?

No. Miles de personas migran cada día de Centroamérica a Estados Unidos buscando un futuro mejor, aunque se trata de la primera caravana de estas dimensiones. Solo de Honduras escapan de la violencia y la pobreza aproximadamente 300 personas a diario. Los niños y niñas de este país, de Guatemala y El Salvador tienen interiorizada y planeada la migración en cuanto terminan la escuela primaria.

Los migrantes, especialmente los niños, niñas y adolescentes que viajan solos, prefieren hacer esta ruta en grupo para sentirse más seguros, aunque sigan tiendo muchas probabilidades de sufrir violencia y abusos. Save the Children lleva años trabajando con estas caravanas, velando por la seguridad de los menores en cada uno de los países de la ruta.

5. ¿Qué estamos haciendo desde Save the Children?

En los países de origen, apoyamos y protegemos a los niños y niñas de la realidad de pobreza y violencia de la que huyen, ofreciéndoles oportunidades y formación para quedarse, así como información sobre los peligros del viaje. También estamos apoyándoles en el tránsito de su recorrido desde El Salvador, Honduras, Guatemala y México, ofreciendo espacios seguros para la infancia y apoyo psicológico a los menores que han vivido situaciones traumáticas durante la ruta. Además, estamos al otro lado del muro, en este caso, en Estados Unidos, garantizando que se respetan los derechos de la infancia.

Cerca de la frontera entre México y Estados Unidos las mafias y los traficantes de personas se aprovechan de la desesperación de la población que quiere cruzar al otro lado. Por este motivo trabajamos, también, en Tijuana, Tapachula y Ciudad de México.

Recientemente el ejército de Estados Unidos lanzó pelotas de goma y gas pimienta de forma indiscriminada contra niños, niñas y familias que querían cruzar el muro. Seguiremos denunciando al Gobierno de Estados Unidos cada vez que incumpla las leyes internacionales de protección de infancia.

Save the Children ha lanzado la campaña #InfanciaEnPeligro para visibilizar los enormes peligros a los que están expuestos los niños y niñas migrantes de Centroamérica, así como para promover un sistema integral de protección a la infancia a través de un acuerdo entre los distintos Estados implicados. La prioridad de la organización es que, independientemente del país donde se encuentren los menores, sus derechos sean respetados.

6. ¿Cuáles son las peticiones de Save the Children?

Hemos lanzado una petición de firmas para pedir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a los Estados implicados en estas rutas migratorias que respeten los derechos, la seguridad y la dignidad de la infancia de Centroamérica: Que no se criminalice a la infancia migrante, son solo niños y niñas que huyen de la violencia y la pobreza; que no se separe a los menores de edad de sus familias; y que no se detenga a los niños y niñas migrantes de Centroamérica.