Un proyecto liderado por el Botánico adaptará colegios y centros de servicios sociales al cambio climático

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Un proyecto LIFE quiere promover medidas de adaptación al cambio climático con soluciones basadas en la naturaleza para reforzar la resistencia en colegios y centros de servicios sociales de España y Portugal frente al cambio climático, tras concluir que estos son los espacios públicos más afectados por el calentamiento global.

La iniciativa, liderada por el Real Jardín Botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), prevé analizar y verificar el impacto de las soluciones basadas en la naturaleza para adaptar al cambio climático dos colegios y un centro de servicios sociales.

En concreto, se instalarán cuatro prototipos basados en la naturaleza en fachadas y muros de compartimentación, cubiertas y azoteas, superficies exteriores y aparcamientos de cada edificio piloto seleccionado. Además, se ejecutarán medidas sostenibles de ventilación natural inducida, sombreado estacional (natural y artificial) y la elección de especies autóctonas del ámbito mediterráneo y atlántico.

La expectativa después del proyecto es mejorar de forma importante el bienestar y confort térmico de los usuarios de estos edificios y se reducirán 27 toneladas de C02, se reducirá un 50 por ciento el consumo de agua de riego y de costes de energía con un 50 por ciento menos en refrigeración y un 10 por ciento en calefacción. Por otro lado, se aumentarán las zonas verdes sostenibles en cada edificio, además de recoger 2.700 m3 de lluvia anualmente entre los tres edificios.

Precisamente, los centros escolares y de servicios sociales de España y Portugal son los más afectados de Europa por el cambio climático y los ciudadanos que ocupan estos edificios entre primavera y otoño son los más propensos a tener problemas serios de confort y salud por el aumento de las temperaturas en el interior de los edificios y las características constructivas de estos inmuebles.

La iniciativa parte de los resultados del proyecto LIFE-myBUILDINGisGREEN, un proyecto europeo financiado por el Programa LIFE que coordina el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) en el que participan varias instituciones de la Península Ibérica y en el que se proponen Soluciones Basadas en la Naturaleza para remediar este problema.

Entre las consecuencias del cambio climático para la Península Ibérica, se espera que cada vez las olas de calor sean más frecuentes y que los cambios en la distribución de enfermedades infecciosas sensible al cambio climático se traduzcan en un aumento de los riesgos para la salud y el bienestar humano.

Precisamente, el proyecto LIFE concluye que el cambio climático ejerce una presión sobre las infraestructuras duras, como en los edificios públicos de educación y servicios sociales, pero también en las blandas, como son los sistemas de salud.

En las olas de calor se alcanzan temperaturas en el interior de estos edificios superiores a los 32 grados centígrados entre mayo y octubre y ocasiona serios problemas de salud y estrés térmico para niños, ancianos y personas discapacitadas, considerados grupos de riesgo. Estos edificios, en su mayoría, se construyeron antes de que existiera una normativa básica de condiciones térmicas, de modo que sus usuarios sufren más las consecuencias de las elevadas temperaturas.

En concreto, hay edificios insuficientemente aislados, con escasa protección solar en las ventanas, lo que contribuye al sobrecalentamiento en verano y esto afecta a la salud y el confort de sus usuarios.

En el LIFE-myBUILDINGisGREEN, que coordina el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid, participan el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC) el Centro Tecnológico CARTIF de Valladolid, la Comunidad Intermunicipal del Alentejo Central (CIMAC), la Cámara municipal de Oporto (Portugal) y la Diputación Provincial de Badajoz.

El investigador del CSIC en el Real Jardín Botánico y coordinador del proyecto, Jesús Muñoz, ha advertido de que los edificios de educación y servicios sociales se enfrentarán a "muchos desafíos" en las próximas décadas por el aumento de la presión del cambio climático.

"La solución a este problema no puede pasar por la aplicación de un programa de climatización que permita la instalación de refrigeración artificial mediante climatizadores en estos centros públicos, ya que ni las autoridades públicas responsables ni las directrices europeas lo aconsejan, debido a que los mismos contribuyen al calentamiento global, por su alto consumo de energía eléctrica y su emisión de CO2 a la atmosfera", ha manifestado.