El Vaticano cerró el caso

Condenado a 11 años un profesor pederasta de un colegio del Opus en Vizcaya

El acusado abusó de manera continuada de un alumno de la escuela Gaztelueta cuando tenía 12 y 13 años

La abogada del caso Gaztelueta, satisfecha con la condena

Fachada de la escuela. En el vídeo, la abogada del caso Gaztelueta, Leticia de la Hoz, se muestra satisfecha con la condena. /

El Periódico

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La Audiencia de Vizacaya ha condenado a 11 años de prisión al profesor de Religión José María Martínez Sanz, del colegio vizcaíno Gaztelueta del Opus Dei como autor de un delito de abuso sexual de manera continuada a uno de sus alumnos, cuando este tenía 12 y 13 años, y da toda la credibilidad a la víctima.  Los abusos se cometieron entre el 2008 y el 2010. La sentencia hecha pública este jueves recoge además la inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena y la prohibición de acercarse a la víctima durante 15 años. La defensa recurrirá.

El tribunal considera probado que el exdocente citaba al niño en su despacho para celebrar preceptorías o tutorías, habituales en ese centro para analizar la evolución académica, personal y espiritual del alumnado. Sin embargo, el acusado incrementó "la frecuencia y duración" de esas entrevistas hasta sacarle de clase dos veces por semana durante unos 50 minutos, en los que "siendo plenamente consciente de la autoridad que como preceptor tenía sobre el alumno, y valiéndose de esa influencia y del escaso conocimiento que en materia sexual contaba" el niño, que cursaba segundo de la ESO, abusó de él.

La sentencia relatan cinco episodios que evidencian una graduación de esos abusos. En una primera vez, el profesor "con ánimo libidinoso" sentó al niño en sus rodillas y éste notó el pene del condenado en erección; otra le conminó a quitarse la camisa y le realizó tocamientos por el cuerpo, y una tercera en que esos tocamientos se extienden hasta los genitales del chico.

Fotos de mujeres desnudas

También ha considerado acreditados un episodio en que el profesor exhibió fotos de mujeres en ropa interior y obligó al menor a masturbarse, y uno en que, "con idéntico propósito de atentar contra su indemnidad sexual", le obligó a bajarse los pantalones y a introducirse bolígrafos por el ano. Los compañeros de clase se burlaban de la víctima por la cantidad de veces que se reunía con su preceptor.

El joven sufrió estrés postraumático por esos abusos y ha necesitado desde entonces hasta la actualidad tratamiento psiquiátrico, si bien evoluciona favorablemente, constata el tribunal. De hecho relató los dos episodios más graves tras años de terapia, por lo que se puso en duda su verosimilitud en el juicio.

En la resolución se critica la investigación realizada por el colegio del Opus Dei tras la denuncia de acoso escolar, que no fue, a su entender, "ni rigurosa, si seria ni transmite mínimos componentes de certidumbre". El centro reconoce que el niño sufrió ciberacoso pero cuando ya había abandonado el colegio, puesto que así lo asumieron varios de sus compañeros, pero rechaza que se produjera un acoso real en sus aulas y no asume su responsabilidad.

Hasta el Papa

El caso se hizo público en enero del 2013, cuando el padre de la víctima explicó en varios medios los abusos que había sufrido el menor y la falta de respuesta oportuna por parte del colegio, donde "lo negaron todo, porque quieren tapar la mala imagen del centro", reprochó entonces el padre. En el 2014, la familia de la víctima puso los hechos en conocimiento del papa Francisco, quién ordenó una investigación que se cerró por falta de pruebas.

El fiscal pedía tres años de prisión para el exprofesor del colegio de Gaztelueta al considerar probado que abusó sexualmente de manera continuada de uno de sus alumnos, aunque propuso también otra pena alternativa, según el nuevo Código Penal, de 20 meses de prisión que evitaría la entrada en la cárcel del docente, al ser inferior a dos años. La acusación particular solicitaba una condena de 10 años para el acusado, con una alternativa de 14, mientras que la defensa reclamaba su libre absolución.