Propuesta de un "cuerpo único" de profesorado

Cómo hay que formar a los docentes en un momento de cambio educativo es todavía una asignatura pendiente de un sistema en el que conviven graduados en educación primaria con titulados universitarios que deben hacer un máster de formación del profesorado para dar clase en secundaria. Es decir, formados desde el inicio en pedagogía con conocedores de una materia que han de aprender cómo enseñarla.

En un momento en que la nueva propuesta educativa pasa por la educación transversal, por competencias y proyectos, y por el modelo del instituto escuela, se han vuelto a plantear la creación de un “cuerpo único de profesorado” capaz de abarcar toda la enseñanza educativa y de adaptar sus conocimientos a cualquier nivel.

La iniciativa, avalada por la asociación de profesores Rosa Sensat, supone volver a un modelo en el que haya una formación inicial en pedagogía y después una especialización en el conocimiento en el que se quiere profundizar. Es decir, un profesor de lengua castellana, primero se formaría en docencia y después en lengua castellana, y no como hasta ahora en que un grado en filología habilita para dar clases en Secundaria si se completa un máster de formación docente de un año de duración.

Es una de las propuestas que ha puesto sobre la mesa el Programa de Millora i Innovació en la Formació de Mestres, que ha elaborado la comisión técnica del programa MIF, y que recuperaba este lunes la presidenta de Rosa Sensat, Francina Martí, en una mesa sobre innovación educativa que organizaba la Fundació Jaume Bofill.

Martí proponía que hubiera, "en un marco de revisión del sistema educativo", una continuidad entre los métodos docentes de primaria y secundaria que ahora “deja mucho que desear” y que supone centrarse en la tranversalidad de materias y el aprendizaje por competencias . “Se trataría de dar una formación troncal única y especializada que capacitara para gestionar adolescentes, trabajar en equipo, por competencias… durante toda la enseñanza obligatoria”, explicó después a este diario. Y propone un periodo de transición para adaptar la coexistencia de ambos modelos formativos.

Al margen quedaría la enseñanza en bachillerato, que está fuera de la enseñanza obligatoria, y quedaría por definir cómo se adaptarían a la docencia aquellos graduados que en principio no hubieran estudiado para dedicarse a ella.

Un debate abierto

La propuesta de crear un cuerpo único de profesorado “se vería perfecto” desde la Conselleria d’Ensenyament, afirma el secretario de Polítiques Educatives, Carles Martínez, que no quiere, sin embargo, entrar a valorar cómo debería articularse la formación, si en un grado propio o en el sistema actual. El debate ha de venir enmarcado, recuerda Martínez, en el marco actual de contratación pública que fija las categorías profesionales y sus requerimientos.

La comisión técnica del MIF ya planteaba la creación de un grado único de tipo pedagógico que viniera complementado por posgrados específicos “ajustados a las necesidades del sistema educativo” que, además, fueran reconocidos como “mérito importante” por la Conselleria d’Ensenyament en concursos y oposiciones.

La medida, sin embargo, cuenta con la oposición de algunos sindicatos que han atribuido la propuesta al exceso de profesorado de primaria y la falta de personal a secundaria, y a la propuesta de reforzar la formación de los maestros. Un modelo único de profesorado capaz de dar clases indistintamente desde los 3 a los 16 años supondría “un choque muy importante de métodos pedagógicos y niveles de conocimiento en los claustros de nuestros centros”, señala David Rabadà, del Sindicat de Professors de Secundària.