Las fisioterapeutas explotan contra el acoso de clientes machistas

Decenas de mujeres narran cómo sus pacientes se desnudan, les tocan el culo y les faltan al respeto

Fisioterapeuta

Fisioterapeuta / Pixabay

Mamen Hidalgo

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Pacientes que se quitan la ropa interior o buscan a la profesional en Facebook para acosarla. Clientes que les tocan el culo, que tienen erecciones y piden "ayuda” para ello, que tratan a las mujeres con condescendencia, que las infravaloran y bromean sobre lo que harán a sus novios... Las fisioterapeutas han dicho basta ante infinidad de situaciones de acoso machista que no están dispuestas a soportar.

A través de su propio #MeToo, han convertido las redes sociales en su refugio, un lugar donde desahogarse con sus compañeras y denunciar el acoso sexual y laboral que han sufrido en varias ocasiones cuando el que estaba en la camilla era un hombre.

"¿Habrá final feliz?" La pregunta se traslada a la vida real, y decenas de mujeres narran haber tenido que sufrirlo durante las sesiones y cómo se paralizan por el miedo que sienten ante desconocidos, especialmente en servicios a domicilio.

Unas viñetas

La explosión de testimonios surgió a raíz de unas viñetas de Bibiana V, 'Fisioterrícola', en las que plasmaba peticiones de hacer masajes por debajo del calzoncillo, tocamientos o bromas sexuales. Berta recogió el guante y planteó #MeTooFISIO para englobar las quejas y darles magnitud. Ahí se evidenció que no eran hechos aislados, sino algo estructural.

Comenzó narrando que en su primer trabajo, mientras movilizaba el brazo de un hombre, le cogió por la cintura y le tocó el culo. "No supe reaccionar, no dije nada. Mi compañera, que era muy cachas, dijo que lo trataba ella".

El hashtag nació tras una discusión en un grupo de Facebook, donde los compañeros restaban importancia. "Fue algo totalmente espontáneo. Empezaron a comentar hombres diciendo que ellos no hacían eso y me fui a Twitter a hacerlo público".

Profesión "sexualizada"

Lamenta que su entorno no les defienda, menos aún cuando trabajan en una clínica privada: "Te dicen que te aguantes porque el cliente tiene que volver". Y puntualiza cómo ha ido creciendo un mito erótico con su trabajo: "Nuestra profesión se ha sexualizado".

Además, explica que siempre había alguna justificación. "Si es joven, porque está con las hormonas en ebullición. Si es más mayor, porque tú eres joven y eso le excita a cualquiera. Si es paciente neurológico adquirido, porque su frontal no regula. Si es geriátrico, porque lleva eones sin mojar y eso se acumula..."

A Elena, un compañero le dijo que las especialistas en suelo pélvico debían "follar de puta madre". Otra vez se asociaba la habilidad de su profesión con el sexo.  Todas ellas coinciden en lo difícil que es reaccionar. Sí lo hizo Ana León cuando era estudiante y se desnudó un paciente. "Le dije que se vistiera y me dijo que estaba más cómodo así. Me cagué encima, pero fui capaz de levantar la cabeza y repetirle que se fuera. Si me vuelve a ocurrir no sé si sería tan valiente".

La rémora del "final feliz"

Ana Carrasco incidía en el final feliz. "Me lo han pedido varias veces". También reconoce que le han intentado meter mano y cuenta una anécdota durante una entrevista de trabajo: "Era para un club de élite, y el médico me preguntó si mi novio tendría algún reparo en que yo trabajase en un vestuario con hombres desnudos. Que qué iba a hacer viendo a tantos tíos con la churra fuera".

Las fisioterapeutas están cansadas de ‘bromas’, como que un paciente con dolor en el pubis le diga que si siempre le va a atender una chica tan joven se inventa dolores. O que afirmen que sus novios estarán contentos con esas manos. “Aguantar las erecciones de un paciente que pide que le descarguen las piernas", cuenta Vicky. "Ir a un domicilio y que se te plante el señor en pelotas, que al taparle se quite la toalla, que deje caer sus manos en tus piernas o que se niegue a ponerse boca abajo", añade 'femifisio'. "¿Sabéis qué es tener 21 años y que se te empalme un paciente y haga gemidos?" En definitiva, un problema estructural al que la profesión quiere poner solución.

"Indignado y sorprendido"

Miguel Villafaina, presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España, se muestra "absolutamente indignado" y sorprendido, y alerta del "nivel de perversidad de la sociedad" que sexualiza una profesión en la que se trabaja con el cuerpo. "Nos hemos sensibilizado con este tema y nos hemos preocupado. Me impresiona que sea algo de tanto calado en lo que hemos estado ciegos", declara a EL PERIÓDICO. Aunque matiza: "Los hombres también hemos sufrido algunas de estas situaciones".