DEBATE ABIERTO

La presidencia de turno de la UE sugiere retrasar el fin del cambio de hora al 2021

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Silvia Martinez

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¿Están a favor de abolir el cambio de hora tanto en invierno como en verano en la Unión Europea? Si es así, ¿cuándo deberíamos abandonarlo? El compromiso puesto sobre la mesa por la presidencia semestral de la UE, que ocupa Austria, sugiere la fecha del 2021, pero preguntas como estas no tienen todavía respuesta de los Veintiocho. La Comisión Europea presentó en septiembre pasado una propuesta legislativa en la que apuesta por acelerar y eliminar el cambio desde el próximo año. La realidad, sin embargo, es que son pocos los estados miembros que han fijado su postura y el acuerdo, a priori, llevará tiempo.

Desde finales de septiembre, el grupo técnico responsable de examinar la propuesta en el Consejo –donde están representados expertos de los 28- se ha reunido en tres ocasiones pero los avances son imperceptibles y es poco probable que haya un punto de inflexión para finales de año. “Hay muchos países que han empezado con consultas internas y que simplemente necesitan más tiempo”, explican fuentes del Consejo. Es el caso de España pero también de otros como la vecina Francia que consideran que es demasiado pronto para posicionarse. “La mayoría de los Estados miembros no tienen una posición y no han expresado su predilección por una opción”, corroboran fuentes de la presidencia austríaca.

La propuesta y el calendario propuesto por Bruselas suscitan muchas dudas y hay delegaciones que no ven necesidad de avanzar tan rápido por mucho que haya elecciones en mayo del próximo año. Países como Holanda creen que la discusión debería abordar antes las tres opciones: mantener el horario de verano, el de invierno y también la situación actual. "Adoptar una decisión con vistas a adoptarla en abril de 2019 no es realista y el actual reglamento solo debería ser revocado una vez que el nuevo sistema esté claro", explican fuentes diplomáticas holandesas sobre la postura de su gobierno que considera crucial la coordinación con los países vecinos.

Las críticas del Ejecutivo holandés por la urgencia de Bruselas son muchas. Consideran que los resultados de la consulta pública realizada en verano por la Comisión Europea "no es representativa", no hay estudio de impacto que evalúe con precisión los efectos (financieros) del cambio ya que solo citan algunos estudios sin los pros y los contra, y antes consideran necesario consultar con la población y las empresas holandesas. "La velocidad que plantea la Comisión no es factible", avisan las mismas fuentes que aseguran que el servicio jurídico del Consejo ha determinado que la base legal utilizada por Bruselas en su propuesta es además incorrecta.

Próxima semana, primer debate político

El primer debate a nivel político tendrá lugar este 29 y 30 de octubre en Graz (Austria). Ese día se reúnen los ministros de transportes de la UE y la presidencia austriaca ha previsto un debate. No se esperan avances pero sí será la primera oportunidad de tomarle la temperatura al plan entre los Veintiocho y ver el apoyo que suscita la fecha de 2021, para muchos "más realista" que la propuesta por la Comisión Europea. Otras fuentes consultadas recuerdan que aunque la propuesta llegara a aprobarse el próximo año no podría aplicarse automáticamente ya que sectores como el transporte –especialmente las aerolíneas- necesitan entre año y año y medio para preparar sus horarios

Hasta ahora son pocos los países que han expresado públicamente su opción predilecta. Es el caso de Austria, partidaria de abandonar el cambio bianual y de aplicar el horario de verano, o de Finlandia cuyo parlamento promovió a principios de este año una resolución defendiendo también la abolición del sistema actual. Lo que no han decidido en Helsinki es si apostar por el horario de invierno o el de verano.

Una reciente encuesta encargada por el ministerio de transportes entre los finlandeses y publicada la semana pasada revela que el 52% de los entrevistados son partidarios de quedarse en el horario de invierno frente al 48% que apuesta por el de verano. La diferencia es mayor en otra encuesta de Gallup que cifra en un 47% los favorables a quedarse de forma permanente con la hora de invierno frente al 39% que optarían por el de verano. “Nos hubiera gustado que se aboliera desde el próximo año pero entendemos que hay muchos Estados miembros que necesitan hacer consultas internas”, reconocen fuentes de la delegación finlandesa. “Muchos Estados miembros dicen que necesitan conocer antes cual sería el mapa de husos horarios si se eliminara el cambio de hora porque el temor es que haya una fragmentación del mapa horario”, añade la misma fuentes.

Otro de los países que a priori lo tienen claro es Portugal. Su primer ministro, Antonio Costa, es el único que ha dicho bien alto que prefieren mantener el cambio bianual. Inicialmente también Grecia se había pronunciado a favor del status quo pero la propuesta de compromiso planteada por la presidencia austríaca ha modulado su negativa y el ministro de transportes “se reserva el derecho a formular su posición oficial en la reunión informal de Graz”, explican fuentes de la delegación griega.

La Eurocámara se suma al debate

En paralelo, también el Parlamento Europeo se ha puesto manos a la obra. La comisión de transportes ha nombrado a la socialista sueca Marita Ulvskog como ponente del informe y su objetivo es pisar el acelerador, máxime teniendo en cuenta que abril será el último mes hábil de esta legislatura y que es la fecha señalada en la propuesta como plazo para que los gobiernos notifiquen a Bruselas su decisión de si quedarse con el horario de invierno o de verano. “La Comisión ha propuesto la fecha de 2019 pero ahora es el Parlamento Europeo y los Estados miembros quienes deben decidir”, explica el portavoz Enrico Brivio pasando la pelota al legislador.

La intención de Ulvskog, explican desde su oficina, es finalizar el primer borrador antes de finales de 2018 de forma que la primera discusión entre los eurodiputados se celebre en la reunión prevista para el 21 y 22 de enero y que la votación en comisión se produzca el 4 de marzo, unas semanas antes de llevar el texto al pleno. “La Comisión ha presentado un calendario ambicioso pero la señora Ulvskog quiere trabajar duro para intentar que se vote en el plenario de marzo”, aseguran.