Tras detectar pintura tóxica en dos vagones

Los trabajadores del Metro de Barcelona piden protección contra el amianto

Metro Barcelona

Metro Barcelona / Ricard Cugat

Juan José Fernández

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Previendo la aparición de más vagones afectados por la presencia de amianto, los trabajadores del Metro de Barcelona exigen a la empresa la "retirada de los trenes en los que se haya detectado MCA (material con amianto) y la no manipulación del resto". Así lo reclaman en una carta del Comité de Empresa dirigida a la dirección de Relaciones Laborales de Ferrocarril Metropolitá de Barcelona SA a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO.

El hallazgo de pintura bituminosa seca y fabricada a base de amianto en dos vagones del Metro barcelonés extiende la inquietud entre la plantilla, confirman fuentes sindicales. Mientras el suburbano de Barcelona ha retirado dos vagones, el de Madrid, solo por los hallazgos del mineral cancerígeno en la pintura de los trenes, ya lleva 124 coches apartados de la circulación.

La carta, emitida la tarde de este jueves y firmada en L'Hospitalet de Llobregat por José Manuel Moreno, delegado de Prevención de CCOO, exige que se aproveche lo ya investigado en las detecciones precedentes de amianto en el Metro madrileño y, por lo tanto, que "prioricen las revisiones de Metro de Barcelona con los elementos con MCA detectados en Metro de Madrid, y se realice una revisión profunda".

En la misiva, el Comité de Empresa pide una serie de medidas urgentes de prevención que hasta ahora no se están realizando en Barcelona. Entre ellas, que se limpien y aspiren los fosos de los talleres de mantenimiento de los trenes, que paren los trabajos en esas zonas mientras no se limpien, que "al personal que está en contacto con MCA se le lave la ropa en el centro de trabajo" (para evitar la contaminación de sus casas y sus familias) y, además, un examen médico a toda la plantilla: "Que todo el personal de Metro sea incluido en el registro RETA de trabajadores expuestos a MCA y por tanto se le realice la vigilancia de la salud a todos los trabajadores con el protocolo de vigilancia por exposición a amianto con carácter anual", dice la carta.

"Evitar falsos negativos"

El pasado 16 de octubre, la dirección de Relaciones Laborales dirigió una nota al Comité de Empresa afirmando que, si bien se detectó ese día "entre el cinco y diez por ciento" de crisolito de amianto en la pintura bituminosa de los bajos de un tren de la serie 4000, la muestra hallada es "no friable". En estado friable están aquellas sustancias líquidas (como la pintura) que, una vez se secan y degradan, se fraccionan o convierten en polvo. El amianto ataca a los pulmones por la inhalación de sus microfibras.

Metro de Barcelona mide la presencia de asbesto en sus trenes desde julio pasado, concretamente en sus convoyes de las series 2000, 3000 y 4000, vehículos de la marca CAF algunos de los cuales también han dado positivos de pintura tóxica en el Metro de Madrid. Y ha recordado a sus trabajadores el 16 de octubre que "en todas las mediciones ambientales realizadas en los talleres de Metro, trenes y el resto de la red (…) no se ha detectado presencia de amianto que suponga un riesgo para la seguridad y salud de las personas".

Pero los estudios realizados en Metro de Barcelona no les resultan del todo creíbles a sus trabajadores. En la carta de este jueves piden que "se amplíe el número de muestreos" para "evitar falsos negativos", que se tomen muestras no en cualquier zona del tren, sino "donde haya mayor manipulación y puedan estar más deterioradas" y que a los delegados sindicales de prevención se les avise con tiempo suficiente "con el fin de estar presentes en las revisiones y toma de muestras".

Además, la misiva exige que se forme a todo el personal en los peligros del amianto, su adecuado tratamiento y cómo se detecta su presencia, enseñanzas que hasta ahora no se han impartido.

Tras el último hallazgo de amianto en el Metro de Madrid, la carta de Barcelona pide que se hagan comprobaciones con una pieza más por su posible contenido de asbesto. Son los convertidores de señal de los trenes, llamados en el argot profesional "convertidores SEPSA de 25KVA y 125KVA", que en Barcelona llevan los convoyes de las series 3000 y 4000 y que en Madrid se han probado como tóxicos.