Las universidades plantean un máster también para los maestros

El programa de Millora i Innovació de la Formació de Mestres (Mif), órgano de coordinación de las universidades catalanas con la función de mejorar la formación inicial de los maestros, ha presentado este martes, tras cuatro años de investigación y debate, el documento con las acciones estratégicas a seguir para adaptar la docencia a las necesidades actuales y mejorar su calidad. La anécdota de la tarde, muy ilustrativa del panorama, la dio, en una sesión previa con expertos, Jacint Bassó, director de la Escola Betània-Patmos. "En una entrevista de trabajo para un profesor de lengua y literatura se le preguntó al interesado qué libros estaba leyendo. Contestó: 'Hace meses que no leo un libro". 

La respuesta evidencia la urgencia de hacer efectivas las medidas propuestas por el programa del Mif. Entre los principales objetivos, aportados por el coordinador del proyecto y profesor de la UB, Miquel Martínez, figura conseguir cambiar la estructura de los estudios a un modelo de 3+2, estableciendo un máster universitario, tras el grado, como nivel mínimo de formación inicial para el profesorado de la etapa obligatoria, lo que permitiría mayor flexibilidad y el acceso a la profesión docente de graduados de otras disciplinas. Objetivos a largo plazo que precisarían una reestructuración de los estudios y de la normativa. "La apuesta por un modelo más flexible entre titulaciones es muy loca pero creemos que debe ser así", insistió Ignasi Garcia, director general de Profesorado y Personal de Centros Públicos. 

Aumentar la exigencia y la rigurosidad en la calidad de la docencia, y la mejora del 'prácticum' -las competencias del estudiante para integrarse en la profesión desde el propio desarrollo práctico- son otras piezas claves para el modelo futuro de escuela. "Hay que buscar formas más vinculadas a la práctica de la docencia", subrayó Mar Camacho, directora general de Educación Infantil y Primaria, y en este sentido, el programa del Mif propone un modelo de prácticas en estrecha coordinación entre tutores de las universidades y de las escuelas y que incluya un posgrado profesionalizador, en el que los alumnos seguirán con una doble tutorización universidad-escuela pero con un modelo de docente residente. Establecer criterios para la selección de centros educativos como formadores de prácticas es una de las medidas concretas apuntadas.

Pruebas teóricas obsoletas

Ignasi García significó la conveniencia de un profesorado docente altamente cualificado y tildó de "obsoleta" la prueba teórica de acceso a la función docente y pública. "Habría que minimizar su peso al 30% y dar el valor del 70% a la práctica". A las pruebas que permitan acreditar la competencia profesional docente.

La movilidad funcional del profesorado en todo el ciclo educativo obligatorio es otro de los puntos destacados del documento. A tenor del fuerte incremento de secundaria que se está produciendo en los últimos años y la falta de profesorado habilitado sin máster para impartirla, se considera urgente formar docentes con experiencia en esta etapa. El programa propone que "la apuesta razonable por el modelo de instituto-escuela requiere considerar una única etapa obligatoria con profesorado común que sería docente del centro con posibilidad de transitar por los diferentes niveles educativos".

A todas estas medidas, Josep Pallarés, director general de Universidades del Departamento de Empresa y Conocimiento, agregó otra crucial: "Hay que hacer más atractiva la profesión de maestro". Los datos, apuntó, indican un descenso lineal, desde el 2007-2008, del interés del alumnado por esta titulación. Las prescripciones de junio han bajado hasta un 60% respecto de hace una década. Las chicas de hoy (ellas son mayoría en la profesión) no quieren se maestras.