AYUDA CONTRA LA EXCLUSIÓN

El calvario de la Renta Garantizada de Ciudadanía: "¿Tengo que tirarme por el balcón para que me hagan caso?"

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zentauroepp45027683 barcelona 14 09 18 retrato para un reportaje sobre la renta 180914181830 / ADRIANA DOMÍNGUEZ

Carlos Márquez Daniel

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Se ha vestido con un traje chaqueta marrón, se ha maquillado, se ha puesto un tacón bajo y se ha peinado con una coleta. "La gente espera encontrarse una apariencia triste y dejada, pero nunca, jamás perderé la dignidad. Y tampoco la sonrisa, por mucho que lo único que me salga es llorar". Las lágrimas aparecen cuando habla de sus dos hijos, de su familia, de su precaria situación económica, de cómo su pequeña le dice que sí, que seguro que consiguen quedarse en el piso. De la mala suerte no buscada y de la buena fortuna encontrada en entidades sociales y en personas más o menos anónimas. Najat Yedri-Ghbalou, de 39 años, llegada desde Marruecos cuando tenía cuatro años, no ha tenido una vida nada fácil. Este es su relato. Y de cómo lleva casi un año esperando que le den la Renta Garantizada de Ciudadanía.

Es imposible realizar un perfil de la exclusión cuando todas y cada una de las personas que la sufren tienen su propia historia. Pero sí hay elementos comunes. Como el miedo, la incertidumbre, el vértigo ante la burocracia, la pérdida de esperanza. Najat ha bebido de todo ello, pero con el añadido de ser una mujer que siempre ha tenido que nadar río arriba. Tiene un hijo de cuatro años y una hija de seis que sufre el síndrome de Guillain Barre, una enfermedad que causa debilidad muscular y por la que la Administración le ha reconocido una discapacidad del 42%. Su marido está en paro desde hace meses y ella no trabaja desde el 2012, cuando nació la pequeña. Viven en Ciutat Vella en un piso que ocuparon hace dos años y que es propiedad de un banco. Su desahucio está programado para el 21 de noviembre e ingresan unos 260 euros mensuales entre el paro del padre y la ayuda que reciben por los dos menores.

Objetivo: 996 euros mensuales

Con todo eso, Najat se presentó el 24 de octubre del 2017 en el Servei Públic d’Ocupació de Catalunya para reclamar la Renta Garantizada de Ciudadanía de la que habían hablado en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), de la que forma parte desde el 2016. Con la ley en la mano, según sostiene Diosdado Toledano, portavoz de la comisión promotora de esta prestación (la ILP recogió 120.000 firmas y logró el voto unánime del Parlament), a Najat deberían tocarle 996 euros mensuales. Aquel día le dijeron que se fuera para casa tranquila y que ya le dirían algo en un plazo máximo de cinco meses. Es lo que se conoce como silencio administrativo positivo: si vencen los cinco meses de plazo máximo y no ha habido respuesta, se da por aprobado el expediente. Volvió en febrero, confiada de que, al no haberle dicho que no, la cosa avanzaba adecuadamente. Pero no, su expediente todavía no estaba resuelto. Vuelva usted en unos meses. 

"Sigo apareciendo como desistida de la prestación. ¿De verdad no se me suficientemente desesperada?"

Najat Yedri-Ghbalou

— Madre de dos hijas

Regresó en julio, y la cosa cambió radicalmente. La persona que la atendió le dijo que aparecía como desistida, es decir, como si ella hubiera dado marcha atrás y hubiera rechazado la ayuda. Resulta que le faltaba un documento (no se lo habían notificado, dice ella) y no lo había presentado. "No me lo podía creer, casi me lanzo encima de ella, pero pobre, no tenía ninguna culpa, solo hace su trabajo". Lo certificó en julio; algo de las cuentas corrientes.

Regreso a la ventanilla

Este viernes ha vuelto a la ventanilla. Ha obtenido la misma respuesta: "Todavía no se ha resuelto su recurso, vuelva en unos meses". "Sigo apareciendo como desistida. No entiendo nada… ¿De verdad no se me nota suficientemente desesperada? ¿Cómo voy a renunciar a algo que puede salvar las vidas de mi familia? ¿Qué tengo que hacer para que me hagan caso? ¿Tirarme por el balcón?”.

Toledano se indigna con el "maltrato psicológico" que están padeciendo las personas solicitantes de la renta. "El Govern sabe que las personas que piden esta prestación no tienen recursos. Eso significa que tampoco tienen los medios, y a veces ni las ganas, de quejarse. Están jugando con la vulnerabilidad de las personas. Todo lo que está pasando me recuerda al recorte que Artur Mas hizo con la Renta Mínima de Inserción en el 2011".

Si el expediente de Najat termina siendo positivo, debería cobrar de manera retroactiva, esto es, desde el momento en el que hizo la petición, hace casi un año. Esto significa que, si le dan lo que parece que le tocaría, en su casa entrarían de golpe más de 10.000 euros. Eso sucederá en el mejor de los casos. Por el momento, quizás para sacudirse un poco la rabia, acudirá al Síndic de Greuges para interponer una denuncia.

Diosdado asegura que el favor de 100 días al nuevo gobierno ya ha vencido. Y que pasado este plazo de cortesía, ha llegado la hora de iniciar acciones que pongan de manifiesta lo que considera "una terrible injusticia y jugar con las vidas de miles de personas". No descartan protestas y huelgas de hambre. Najat lo tiene claro: "Yo hago un mes de Ramadán, así que seguro que aguanto mucho más que el resto".