METEOROLOGÍA

El verano ha sido tres grados más cálido de lo habitual en Catalunya

Ambiente veraniego en Barcelona frente a la ola de calor

Ambiente veraniego en Barcelona frente a la ola de calor / RICARD CUGAT

El Periódico

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El Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat) ha calculado que este verano ha sido el segundo más caluroso de los últimos años, con solo algunas excepciones en el Pirineo y Pre pirineo, donde la temperatura ha resultado cercana a la media climática.

Las anomalías han sido más destacadas en la zona costera del territorio, donde los tres meses estivales han sido claramente cálidos, especialmente en agosto. Los valores máximos se han situado hasta tres grados por encima de los normales para la época, así como la distribución de las lluvias, que ha sido irregular, con zonas de superávit y otras secas.

Solo en algunos sectores del Pirineo y Prepirineo, como la Cerdanya, el Alta Ribagorça, el Alt Urgell, el Pallars Sobirà, el Solsonès o el Berguedà, el verano ha sido normal. Las anomalías más altas, con temperaturas que han logrado más de 2,5 grados por encima las medias, se han situado en las comarcas del Litoral y Pre litoral, especialmente en la Alt Empordà y a la misma ciudad de Barcelona (Barcelonès), pero también a puntos del Vallès Oriental, Baix Llobregat, Baix Camp y Baix Ebre.

En el momento de analizar los observatorios con más de 100 años de datos, al observatorio del Ebro (con registros desde 1905), el verano del 2018 ha sido el segundo más cálido de toda la serie, por detrás del 2003, con una temperatura mediana de 27,2 °C. También El observatorio Fabra, con registros desde 1914, ha sido el tercer verano más cálido de la serie, con una temperatura mediana de 24,2 °C, igualando al valor de 2015 y detrás de los cálidos 2003, 2009. En cuanto a las series históricas disponibles, que se iniciaron en 1950, en Figueres – Cabanes (Alt Empordà), este verano ha sido el segundo más cálido de al menos los últimos 69 años.

Presencia de una falca anticiclónica

Agosto ha sido el mes que más ha influido en este balance final del verano. Si bien en algunos puntos del Pirineo y Prepirineo ha sido normal, el mes de agosto ha resultado cálido en casi todo el país. El carácter marcadamente cálido de este se explica por la presencia de una falca anticiclónica con llegada de una masa de aire cálido procedente del norte de África los primeros días del mes, produciendo el episodio de calor más destacado de todo el verano.

A pesar de que en el interior de Catalunya no fue un episodio de calor excepcional, en algunos de estos sectores litorales fue una de las olas de calor más destacadas desde agosto de 2003, con una temperatura mínima que rozó los 30 °C en la ciudad de Barcelona y áreas de l'Empordà, y con una temperatura máxima alrededor de los 40 °C los días 4 y 5 de agosto, tanto en el interior como al litoral.

Distribución irregular de precipitaciones

Por su parte, las lluvias han presentado una distribución muy contrastada, con áreas lluviosas y secas, a diferencia de los últimos dos veranos, cuando casi todo el territorio tuvo déficit de precipitación. Las áreas que se pueden calificar de lluviosas se concentran sobre todo al cuadrando nordeste, litoral Central, Pre pirineo oriental y puntos del Pirineo. En algunos de estos sectores ha sido el verano más lluvioso de las últimas décadas. En Poniente, pre litoral Sur, delta del Ebro, extremo norte del litoral y pre litoral central, litoral norte, y de forma más puntual puntos de la Cataluña Central y Pirineo y Pre pirineo, la estación ha sido seca.

En algunos lugares de la Ribera de Ebro, y de forma más local en la Conca de BarberàPriorat Pla d'Urgell el verano se puede calificar de muy seco (cantidades recogidas inferiores al 30% de la media climática).

El Servicio Meteorológico ha indicado que la distribución irregular de días de tormenta muestra la gran irregularidad propia de la estación, con unos meses de junio, julio y agosto en que el paso de varias perturbaciones comportó numerosos episodios tempestuosos, el más destacado el del 9 de agosto, con 5.759 rayos nube-tierra, el número de rayos más elevado desde el 14 de septiembre de 2014.

Casi todo el país ha presentado una anomalía positiva, especialmente el Pirineo, donde se ha llegado además de diez días de tormenta respecto de la media correspondiente, y el Pre pirineo y Catalunya Central. El resto de áreas presentan una anomalía más discreta, en torno a los más de tres días de tormenta de lo que es habitual en la franja litoral norte y hasta 2 días más al resto. La excepción se encuentra en la Ribera de Ebro, donde incluso hay valores negativos.