Por fin una ley que proteja a los niños de la violencia

Violencia infancia

Violencia infancia / Eva Filgueira

MIREIA RECASENS. SAVE THE CHILDREN

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Parece que cada vez queda menos para que los niños y niñas puedan estar protegidos frente a todas las formas de violencia que sufren. Este viernes, la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón, ha comunicado que el anteproyecto de Ley de protección integral frente a la violencia contra la infancia se enviará al Congreso de los Diputados en el segundo trimestre del año que viene.

Lo cierto es que esta ley es más necesaria que nunca ya que miles de niños y niñas viven a diario situaciones de maltrato en el ámbito familiar, abusos sexuales, agresiones, acoso escolar o ciberacoso. Se trata de una realidad poco visible pero que necesita soluciones urgentes ya que los niños y las niñas sufren en mayor medida los delitos más violentos: 1 de cada 2 víctimas de abuso sexual es menor de edad, un 9% de los niños sufre acoso escolar, en lo que va de año ya han muerto más de 10 niños por causas violentas en España y 15 han quedado huérfanos por el asesinato de sus madres a manos de sus parejas o exparejas.

Los datos son estremecedores, pero aun así no reflejan la cruda realidad: la mayoría de los casos de violencia contra la infancia no salen a la luz ni llegan nunca a la policía. Esto sucede por varios motivos como la falta de formación adecuada de los profesionales que no permite hacer una rápida detección; un circuito de notificación y atención muy confuso o, en ocasiones, los propios niños no saben cómo denunciar estas situaciones, les da miedo, vergüenza o a veces ni siquiera saben que están siendo agredidos.

Una ley que les proteja es la respuesta más contundente que podemos dar a la violencia contra la infancia y la única a la altura del problema. Un marco normativo transversal que incluya medidas de prevención, detección, protección y reparación de los daños que aborde todas las formas de violencia que sufren los niños y niñas. Y esto requiere una apuesta clara para llevar a cabo un cambio social a través de la sensibilización, concienciación y formación a todos los niveles para acabar de una vez por todas con esta lacra social.

No podemos esperar a que suceda algo para actuar, tenemos que hacerlo antes con programas de prevención. Sabemos que si se establecen mecanismos de prevención adecuados los casos de violencia contra la infancia pueden reducirse significativamente. En el caso del abuso sexual infantil, por ejemplo, se ha demostrado que programas de prevención permiten reducir a la mitad las posibilidades de que un niño o niña sufra abusos ya que los niños que participan en estos programas tienen más conocimiento sobre el abuso y sobre cómo evitarlo y denunciarlo.

El próximo 12 de septiembre se cumple un año desde que el pleno del Congreso acordara instar al Gobierno a poner en marcha esta ley. Este consenso político tiene que prevalecer ahora para hacer posible cuanto antes su tramitación porque el tiempo corre en nuestra contra y porque los niños y niñas ya no pueden esperar más.